La Villa Romanov

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Primera parte: Pecado

Capítulo 4: La Villa Romanov.

Al amanecer Gennovive partió sin despedirse, salió del pueblo a las cinco de la mañana, ella y su elfina fueron a caballo hasta el próximo pueblo Muggle del camino Ruso. Allí se desaparecieron, para luego aparecer en la entrada de la Villa campestre Romanov en Italia.

Desde la caída del Lord Oscuro la villa había sido abandonada, antes era usada como cuartel oficial. Gennovive y la elfa entraron por los marchitos jardines mientras atravesaban todo el camino hasta la casa principal.

Era un paisaje realmente depresivo, igual que el estado de ánimo de su dueña.

Cuando por fin llegaron, la elfina se fue a trabajar para limpiar el lugar y Gennovive subió las escaleras llenas de polvo a la habitación principal.

Entro al que una vez fue su cuarto preferido de la casa, ahora estaba oscuro y lleno de telarañas, los muebles estaban cubiertos por sabanas y la cama de plumas ahora estaba vestida de negro. El balcón que daba al precioso campo de rosas, actualmente daba la vista de un rosal marchito y completamente destrozado.

Con un hechizo no verbal Gennovive dejo el lugar limpio de polvos y habitable. Maximizo las maletas y las lanzo al armario mientras que se preparaba un baño de agua caliente.

La primera noche fue tormentosa, llena de relámpagos que la hacían querer llorar de miedo, sabía que era muy infantil pero en las penumbras de ese cuarto se sentía tan sola...

Estaba incomoda y no podía dormir, era como si algo dentro de ella estuviese aterrorizado e inquieto.

Bufo molesta al recordar el intruso en su interior y con algo de asco se dio unas palmadas en el vientre.

Estate quieto..., duérmete ya... se dijo internamente cansada, y fue instantáneo, esa sensación de desasosiego y malestar desapareció quedándose todo en calma.

Confundida y con un extraño sabor en el alma Gennovive se quedó profundamente dormida.

La primera semana en ese horrible y deprimente lugar pasó con lentitud, una lentitud dolorosa. Sola con sus recuerdos en esa propiedad Gennovive tenía ganas continuas de suicidarse.

Cabalgaba al levantarse, daba paseos continuos por el lago y leía el resto del día en la biblioteca.

A penas y probaba bocado, no le interesaba alimentarse, y sentía una rabia tan profunda a ese bebe que quería matarlo de hambre si era posible.

Entonces al comienzo de la segunda, estaba cabalgando como de costumbre por los terrenos, cuando sintió unas horribles ganas de vomitar que la hicieron caerse del caballo dándose de lleno contra sus costillas.

Gimió de dolor, retorciéndose y escupiendo sangre en la tierra.

Estaba a punto de desmayarse cuando le vio, era un niño, de cabellos oscuros y ojos grises, vestía harapos y la veía con curiosidad desde un árbol cercano.

 Intento hacer fuerzas  y enfocar la vista, el niño se fue acercando hasta arrodillarse a su lado.

Volvió a gemir de dolor y los ojos del niño se aguaron.

— ¿Quién eres? —pregunto ella.

—Me llamo Daniel—contestó el con voz aguda.

— ¿Dónde están tus padres Daniel? —siseo.

—Yo no tengo padres—gruño él.

— ¿Y entonces dónde vives? —dijo ella confundida.

—En la casa del árbol—dijo con simpleza—tus padres mataron a los míos hace más de dos años—contesto a su primera duda con timidez.

La Mujer de Severus Snape #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora