Las Reliquias de la Muerte -Parte II-

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Sexta Parte: El Conjuro

Capítulo 36: Las Reliquias de la Muerte (Parte II)



Hogwarts, 1998.

Para Severus, respirar en Hogwarts era un infierno... pararse en aquella maldita torre de Astronomía no era nada más que doloroso. Lleno de recueros y memorias contenidas su mente era un precipicio sin fin... Si no fuese por Genn, por Lola, por Daniel, por el maldito de Potter, aunque no quisiese admitirlo ya hubiese acabado con su vida.

O lo que quedaba de esta.

Miraba a los estudiantes caminar cabizbajos y sin ganas, se sentía impotente, furioso... frustrado, no merecían esto, ¡Nadie merecía esto!

— ¿Severus? —la voz de su esposa le hizo salir de su letargo, con lentitud voltio a verla para siempre maravillarse

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— ¿Severus? —la voz de su esposa le hizo salir de su letargo, con lentitud voltio a verla para siempre maravillarse. La belleza de Genn, incluso en estos tiempos tan oscuros era sublime, la forma en que siempre le veía, su manera de calmarle, de enfocarle... de hacerle entrar en razón era impresionante.

Hace unos segundos meditaba sobre su vida y su muerte, y ahora al verla todos aquellos tormentosos pensamientos simplemente desaparecían.

— ¿Sucede algo? —siseo con voz amortiguada.

—Necesito tu ayuda, Alecto tiene castigada a una niña de Gryffindor otra vez—susurro Genn mortificada.

Severus contuvo la respiración, y allí iba de nuevo, a arriesgarlo todo.

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— ¡¿Snape?! —Chillo Harry sin comprender nada—. ¿Por qué Snape me mandaría la espada de Gryffindor?

Quizá por la misma razón en que Genn nos ayuda, pensó Herm pero se contuvo de hablar.

—Hay muchas cosas curiosas en las cámaras de Gringotts—comentó el duende.

— ¿En la de madame Lestrange también? —preguntó Harry interesado por el sentido de esa oración.

—Puede ser—susurro misterioso.

—Necesito entrar—declaró—-En una de sus cámaras.

—Eso es imposible—siseo.

—Solo sí, pero contigo no—Hermione rodo los ojos, eso acabaría muy mal.

No se equivocó... fue igual o muchísimo peor que haberse colado en el Ministerio de magia... descubrieron el siguiente Horocrux: La copa de Hufflepuff, pero el duende les traiciono asique tuvieron que improvisar, y Harry decidió que por improvisar quería decir montarse sobre un dragón salvaje y volar lo más lejos que pudieran.

La Mujer de Severus Snape #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora