capitulo 14: encerrada

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Narra Ángel

Me fui despertando poco a poco, la cabeza me daba vueltas, estaba desorientada. Me levanté con calma y miré a mi alrededor.

Parecía una almacén, el espacio era muy grande, con columnas con luces apagadas, las paredes eran de piedras y el suelo estaba sucio, casi todo a oscuros, casi no había ventanas por las que pasara la luz y las puertas estaban cerradas. Aclare un poco más la vista. Había algo en medio, algo que se interponía entre mi vista y las paredes del lugar, me acerqué y lo toqué, era un cristal.
Un cubo de cristal.

- ¿Hola? - grité desconfiada. Pasaron unos segundos antes de que una puerta se abriera y alguien pasará por ella.

- buenas tardes, Ángel - dijo la directora acercándose a mi.

- ¿Tardes? ¿Qué hora es? ¿Dónde estoy? - dije calmada y entre cerrando los ojos.

- son las seis de la tarde y está en el ala este del Alfea - respondió sin cambiar su semblante serio.

- ¿Que está pasando? ¿Por qué estoy aquí encerrada? - dije mientras seguía observando la pequeña celda.

- me temo que pasará aquí un tiempo, por seguridad suya y de sus compañeros.

- ¿Seguridad? Yo no haría daño a nadie. - dije ya a la defensiva.

- se equivoca, hace cuatro días intentó acabar con la vida de su compañera Bloom - deje de escuchar en cuanto dijo "cuatro días".

- ¿Cuatro días? ¡¿Llevo aquí CUATRO DÍAS?! - grité.

- relájese - me ordenó, respiré profundo y conseguí calmarme.

- ¿Por qué?

- usted es un hada, una muy peligrosa e inestable - no dije nada, Farah empezó a dar vueltas tranquilamente alrededor de la jaula - no es la primera vez que hace uso de sus poderes y lo sabe, por lo menos este ataque pude pararlo a tiempo. Usted es lo que se conoce un Hada de la Muerte, creo que no hace falta que le expliqué culés son sus poderes. Solo hay tres posibilidades de que usted salga de aquí: la primera sin poderes, la segunda demostrando que tiene completo control, aunque es algo que nunca se ha visto y la tercera, en una bolsa de plástico. - ella dejó de hablar y se quedó quieta mirándome, esperé unos segundos.

- ¿Me está diciendo que si no renunció a mis poderes o aprendo a controlarlos me matarán? - ella asintió impasible - has dicho que ya había usado mis poderes, pero yo no sabía que tenía pod...

- si que lo sabía - me interrumpió - pero se niega a aceptarlo.

- ¿A cuántas personas he matado? - dije en un susurro con miedo a la respuesta.

- a dos - suspiré pesadamente y bajé la mirada al suelo.

- ¿A quienes? - dije de la misma manera.

- la primera víctima fue su novio.

- mi novio tuvo un accidente de coche - añadí rápido.

- su novio ya estaba muerto cuando el coche se estrelló - cerré los ojos y volví a respirar profundo.

- ¿Y la segunda? - dije con dificultad y la voz un poco cortada por las ganas de llorar que tenía, algo me decía que ya sabía la respuesta a esa pregunta.

- su madre - dijo con un poco más de tacto, no pude evitar que se me escaparan algunas lágrimas de los ojos.

- quiero que me lo quiten, no quiero un poder con el que solo pueda matar - dije después de unos minutos, alcé la cabeza hacia la directora, mis ojos estaban rojos y las marcas de las lágrimas se secaban en mis mejillas.

- es un proceso muy doloroso y puede que no sobreviva - explicó.

- entonces aprenderé, conseguiré controlarlos y jamás los utilizaré. - Farah asintió y sin decir nada más salió por la puerta por la que había entrado dejándome sola.

Las piernas empezaron a temblar me, intentaba aguantar y retenerlo todo, debía ser fuerte... Pero no pude.
Grité, grité muy fuerte hasta desgarrarse la garganta y que me doliera como el infierno, al mismo tiempo que caía de rodillas al suelo y una onda expansiva de humo negro como el carbón salía de mi cuerpo y rebotaba contra los cristales volviendo todo el espacio completamente negro.

Narra Musa

Lleva cuatro dias intentando ver a mi hermana, Farah no soltaba ni prenda y siempre ponía escusas, Sky también interrogaba a Silva a diario y luego iba ha hablar conmigo para ver si yo sabía algo, y eso lo único que conseguía era preocuparme más.
Lo que más me estresaba era no poder sentirla, sé que estaba viva porque sabía que la conexión que teníamos aún seguía ahí, eso en cierto modo también me aliviaba.

Bloom iba a lo suyo y seguía con sus problemas personales, parecía que se había olvidado por completo que mi hermana estaba oculta en algún lugar de Alfea posiblemente contra su voluntad, y lo peor es que era por su culpa, y no parecía dispuesta a aportar su granito de arena. Eso me enfadaba.

Caminé por la cafetería, mi intención era subir a ver a Aisha a su nuevo trabajo como secretaria de la directora Farah, pero no llegué a poner a un pie en la escalera.

Sentí un dolor punzante en el pecho, la cabeza me bombeaba con fuerza, la bandeja de comida se me cayó de las manos y yo estuve apunto de seguirla pero unos brazos me agarraron, los de Sam.

- ¿Musa, que ocurre? ¿Estás bien? - dijo preocupado, abrí la boca en forma de gritó por el dolor que sentía pero no me permití soltar sonido.

- mi hermana - dije con dificultad.

Pasaron unos minutos hasta que el dolor se calmó del todo y pude incorporarme yo sola.

- Sky, tenemos que encontrar a Sky - ambos salimos corriendo hacia la entrada de Alfea donde el rubio se encontraba junto a Stella.

- ¡Sky! - gritó Sam primero. El rubio se dio la vuelta mientras se dirigía hacia nosotros.

- ¿Qué ocurre? - dijo con el ceño fruncido.

- Ángel, la he sentido, por fin, está aquí en Alfea - dije emocionada, el bajo la mirada sin inmutarse. - ya lo sabías, sabes dónde está - afirmé.

- está en el ala este, donde se produjo la fiesta de especialistas, han puesto guardias y no dejan entrar a nadie - explicó.

- ¿Y no pensabas decírmelo? - dije indignada. - ¿Sabes qué? Da igual, hay que sacarla de ahí, cuanto antes - los tres asentimos y corrimos hacia el ala este.

Evidentemente no conseguimos nada.

No Fue Mi Intención - FATE: la Saga Winx (Sky De Eraklion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora