[Raphael]
–CORRAN, DISPERCENSE– ordenó Alec. Corrí tratando de volver a donde estaba Ragnor. El humo dificultaba mucho encontrarlo, logré llegar a donde el debía estar, debía pero no estaba.
–RAGNOR– se que no debía gritar así por qué sería más fácil de encontrar, pero no podía irme sin él.
–RAGNOR– volví a intentar, se que el no se iría sin mí.
–RAFA, CORRE– escuche su voz, algo iba mal, corrí hacia el lugar de donde provenía. Al fin el humo dejaba ver mucho más, Lo ví, estaba de rodillas a unos metros de mí, con las manos hacia atrás, supongo que atadas.
–MALDITA SEA– dijo al verme– RAFA CORRE.
cuando trate de acercarme noté a Jonatan a unos pasos de él, lo tomo del cabello, haciéndolo soltar algunos sonidos de incomodidad. Di un paso hacia ellos, mi corazón retumbaba en mis oídos.
–Quieto– advirtió el rubio– ustedes dos arruinaron todo, tenía a Bane en mis manos y Alec desarmado. Ni siquiera es su pelea y se arriesgan.
–son nuestros amigos– respondí.
–eso es una tontería, mira donde acabaron– en un rápido movimiento que a mis ojos pasaron como en cámara lenta, Jonathan acerco una jeringa hacia el cuello de Ragnor, inyectandolo. Luego de eso lo desató, inmediatamente el se acercó a mí.
–¿Qué le inyectaste?– Ragnor sostenía su cuello con cara de molestía.
–es un veneno que yo mismo perfeccione– sonrió. La palabra veneno hizo eco en mí cabeza– un derivado del Ying Feng. Mas doloroso, más rápido, más... Letal.
–vamonos, encontraremos una solución– dijo Rag. Pero se que posiblemente solo el tenga el antídoto o que sea muy complicado de encontrar, haría lo que sea por Rag pero estoy contra el reloj.
–¿Qué quieres a cambio de el antídoto?– su risa me lleno de ira.
– debes llevar a Bane y Alec al mirador mañana, los espero media noche– todo estaba arruinado– cuidado con pedirle ayuda, solo perderás tiempo y él pagará–.
Sin más se alejó, caminando tranquilamente.
***
Al llegar a la nueva dirección ni yo, ni Rag pudimos ocultar la preocupación en nuestros rostros.
Fuimos recibidos con comentarios de alivio dentro mí, me dolía el tener que traicionarlos. Pero no podía dejar morir a Rag.
–¿Seguro que todo está bien?– me preguntó Isabelle cuando pudimos estar solos al menos unos minutos, yo solo asentí con la cabeza. Ella parece no creerme.
–casi hieren a Ragnor, eso me tiene algo nervioso– con eso parece satisfecha.
Minutos después me acerque a Ragnor, el cual estaba en silencio sobre el sofá– ¿Podemos irnos a casa?– ya estábamos en manos de Jonathan, no habría más peligro si salimos de aquí.
Sin llamar la atención salimos del lugar, sin despedirnos, ya que seguro nos detendrian.
Durante el camino no hablamos. Al llegar, todo estaba como hace unas horas lo dejamos. La noche había sido larga, hace unas horas estábamos riendo por el caos que ocasionamos en el bar, ahora estábamos mortificados porque uno estaba por morir.
Empecé a preparar chocolate, mientras revolvía la mezcla Ragnor enredo sus brazos en mi cintura. No pude evitar comenzar a llorar, no es justo, apenas nos recuperamos.
No quería traicionar a mis amigos, no quería ver a Ragnor morir.
–shh...– beso mi hombro– estaremos bien. Él dijo que era dolorosa pero ni siquiera siento algún cambio, tal vez solo era agua salada– este comentario me hizo soltar una pequeña risa.
–solo tu tiene veneno corriendo en tus venas y bromeas con eso– apague la cocina, el chocolate estaba listo– tengo miedo.
–yo también lo tengo bebé, pero tenemos que encontrar una solución– gire en sus brazos para quedar frente a frente– no quiero morir, no cuando apenas te recupere. Pero no quiero que traicionemos a nuestros amigos.
–Rag no puedo dejarte morir, ellos podrán salir de esto, podemos contarle todo.
–calma, lo pensaremos mañana, ahora disfrutemos del tiempo juntos.
***
[Alec]Son casi las 4 de la madrugada por más que lo intente no puedo dormir. Mis hermanos apenas tocaron las cama, ambos compartían una. Isabelle tenía el cabello suelto, alborotado, vestía la camiseta de Jace, con una pierna sobre la cadera de esté. Jace solo en ropa interior, la abrazaba, dormía con la boca medio abierta. Verlos así me recuerda a cuando éramos niños, ellos aún lo son.
Yo los arrastre a esto, acerque a cubrilos. Ellos eran unos descarados a los cuales siempre me vi obligado a ver en ropa interior, pero los demás no tenían por que.En la otra cama estaba la pelirroja y su amigo, ellos dormían de manera más ordenada pero al igual que mis hermanos también parecían niños.
Salí de la habitación, en la cual solo habían tres camas. Yo debía compartir cama con Magnus, pero él nunca apareció.
Estaba sobre el sofá, mirando a la nada.– ¿Por qué me cuidas?– pregunto de la nada– ¿es tu conciencia?– en su tono no había reproche, cosa que me sorprendió mucho. Yo era para él, el asesino de su padre.
–No, no sé si me creas o no pero yo no mate a tu padre– volvió su vista hacia mí.
–Pero la flecha era tuya–.
–si participe, yo mate a sus guardias, pero Jonathan lo mato– sus ojos se aguaron, pero no soltó ni una lagrima.
–lo siento– eso es lo único que sale de su boca. Eso debía decirlo yo, él no tenía por que disculparse.– entonces ¿Por qué lo hacés?
–no losé, tal vez sea por ese sentimiento que me generas. Es como el cariño que tengo hacia mis hermanos, es igual pero diferente a la vez. Podría hacer lo que sea por ellos y por ti, pero a ti... A ti deseo besarte.– siento mi cara acalorarse.
–Alec yo tampoco soy quien piensas– intento ocultar mí decepción por qué ignoro mi confesión– yo también trabajé con Valentine, no hice cosas buenas. Salvar a Clarissa y su madre fue mi unica buena acción.
–eso no importa– realmente no me importa, yo tampoco soy bueno. Llego mucha sangre en mis manos– yo no juzgo tu pasado.
–no lo entiendes y tengo miedo de que cuando lo entiendas me odies.– sus voz se quebró un poco, pero seguía sin soltar las lágrimas.
–explicamelo, juro que no podría odiarte– que es lo peor que puede haber hecho.
–Alec yo mate a tus padres–.
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mirada que mata
Fanfictionel gran Magnus Bane queda encerrado en su apartamento mientras se produce un incendio, es salvado por un sujeto, lo único quemamos recuerda de aquél sujeto son sus ojos un par de ojos azules, la hermosa mirada de su Salvador..... o eso pensaba ¿Aqu...