mirada que mata

me perteneces ✓

[MAGNUS]

Estoy sentado frente a la ventana, contemplando la luna, mientras abrazó mis piernas.

¿Cómo llegué a este punto?

La respuesta se encuentra 12 años atrás. Mi mente vuela y busca el recuerdo de aquellos actos que hoy lastimaran a aquel bonito chico de ojos azules, aquel ángel al cual hice pecar.

No le guardo rencor por lo que hizo, hace algunos años también estaba en ese lugar. Yo asesine a los Lightwood por una razón egoista, para salvarme, destruyendo una familia. Se que Alec debió haber tenido una buena razón para hacer lo que hizo.

Los recuerdos de los sueños en los que aparecía mi madre. Dicendo que lo perdone, en ese momento no lo entendí pero ahora...

mi madre quería que perdone a Alec, pero... ¿Y si Alec no me perdona a mí?.

¿porqué?¿Qué me llevo a dejar a 3 Niños sin sus padres? Fácil...

mi propio egoísmo.

Mi padre siempre me mantuvo alejado de sus negocios turbios, me mantuvo en una burbuja de lujos y comodidades. Descubrí sus negocios cuando tenía 15 años me involucre con gente peligrosa sin que mis padres supieran, creía tener todo bajo control, pero no fue así. Las cosas se me fueron de las manos, termine siendo uno de los más buscados en la calle.

Mi padre lo supo, era de esperarse. Se desató una gran discusión en casa mi padre gritando frenéticamente, mi madre llorando y yo desafiandolo. Este mundo tiene sus reglas, una de ellas es que las deudas se pagan, sin importar nada. Eso se refiere a todo tipo de deudas.

Mi padre decidió enviarme lejos, me sacaría del país. Me opuse, era un adolescente rebelde, quería ser independiente, demostrarle que podía arreglarmelas solo. 

Así que escape...

***

Han pasado 3 meses desde que me marché, me oculte en un hotel de mala muerte. Mi cuarto es del tamaño del que algún día fue mi armario, las paredes están agrietadas y pintadas de un celeste ya gastado por el paso del tiempo y la humedad, ocacionalmente puedes ver algunos insectos o ratones, no hay agua caliente, ni calefacción. Por todas esas condiciones mi padre jamás me buscaría aquí, él creé que soy un niño mimado que no sobrevivirá ni dos minutos lejos de él, pues que cree, ya van 3 meses.

Pero no podía quedarme aquí eternamente, tenía que buscar alguien que me ayude, contactos.

***

Aún no encuentro a nadie que me ayude, escuche de hay alguien igual influyente que mi padre, un tal Valentine Morgenster pero aún no puedo encontrarlo.

Decidí salir un rato a comprar provisiones, justo en la entrada revise que no haya nadie, la calle lucia desierta solamente estaba una camioneta negra pero no lucia sospechosa. Camine unos cuantos metros, llevo una capucha que cubre gran parte de mi rostro. Escucho el encendido de un motor, de repente el auto que estaba estacionado hace unos momentos se encuentra a mi lado, de él descienden tres hombres—que más parecían simios gigantes— me suben al auto luego siento un golpe en la cabeza y todo se vuelve negro.

***

No se cuanto tiempo ha pasado, siento las manos entumesidas, me duele la nuca—debe ser por el golpe— dice una voz en mi cabeza, entonces recuerdo todo, el auto, los hombres, el golpe. —mierda— mascullo con frustración, creo que mi padre me encontró. Trato de moverme pero estoy atado a lo que parece una silla, tengo los ojos vendados, puedo percibir el olor a cigarrillo en el ambiente y mi corazón da un vuelco, mi padre no fuma...

—vamos...— me aliento a mi mismo, llevo unos minutos forcejeando con las ataduras de mis manos, pero esta al parecer no ceden ni un poco.

—esas cuerdas son muy resistentes— escucho una voz gruesa y firme.

—¡mierda!—su presencia me toma por sorpresa, no escuche ninguna puerta, ni pasos. ¿Desde cuando está aquí?¿Habrá estado todo este tiempo?¿Quién es?

—esas no son palabras para un chico como tú,—no,entiendo ha que se refiere con "un chico como tú" —es de mala educación decir ese tipo de cosas frente a tus mayores.

—es de mala educación hablar sin verse a la cara—respondí de inmediato.

—chico listo— ni siquiera lo escucho acercarse cuando siento que la venda que obstruia mi visión desaparece, mis ojos demoran un poco en adaptarse a la repentina luz.

—¿Quién eres?– pregunto nunca había visto al tipo que ahora se encuentra frente a mi.

—soy Valentine Morgenster— Dice haciendo una pequeña reverencia— y ahora... me perteneces.