Rivalidad Distante

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A un día del partido contra Grecia, Cronus no podía sacudirse la ansiedad que le apretaba el pecho. Nunca había sentido algo así. Desde que fue seleccionado para el Inazuma Japón, solo había temido una cosa. Al principio lo creía improbable, casi imposible, pero ahora esa hidra se acercaba con cada minuto que pasaba.

No había mostrado signos a sus compañeros de que algo andaba mal. Parecía que su actuación estaba siendo convincente, ya que ni Biel ni Iggie, a quienes había confesado un problema con un jugador de la selección griega, mostraban preocupación.

El equipo había estado entrenando duro en esos días, pero Cronus había reducido su esfuerzo. Esperaba que Travis o Jude lo apartaran del partido por no estar a la altura. Sin embargo, ninguno de los entrenadores lo había reprendido. En contraste, Preston lo estaba dando todo, obsesionado con crear una nueva supertécnica del cuaderno de Mark. Aunque Cronus admiraba su entusiasmo, pensaba que Preston se estaba excediendo. Apenas había mejorado su técnica "Rotación Inversa" en dos niveles y ya estaba ansioso por más.

Víctor y Vladimir también estaban inmersos en sus intentos de crear una técnica combinada, pero el primero comenzaba a perder la motivación tras casi dos semanas de intentos fallidos. En cambio, Vladimir seguía con su optimismo inquebrantable, feliz de poder entrenar junto a su hermano después de tanto tiempo sin siquiera poder caminar. Cronus respetaba a Vladimir y comprendía el agotamiento de Víctor.

Durante uno de los entrenamientos, formaron grupos de tres, y a Cronus le tocaron Bay y Biel. Recordó que Bay había sido entrenado por Byron Love, el hombre que debería haber sido su entrenador en el Zeus, si sus padres lo hubieran dejado ir antes de que el equipo desapareciera. Habría evitado su desmantelamiento.

—Oye, Bay, ¿cómo es ser entrenado por Byron? —Bay quedó un momento anonadado por la pregunta.

—¿A que viene esto?

—Tengo entendido que es el entrenador de Grecia. Si sabemos cómo entrena, podríamos tener una ventaja.

Biel, emocionado, apoyó la idea, sin sospechar que Cronus solo intentaba evitar la verdad.

—Bueno... —Bay se lo pensó un momento—. Byron siempre ha preferido el ataque sobre la defensa. No me sorprendería que sacrificara un poco de esta última para marcar más.

—Tiene sentido —asintió Cronus—. Pero en el Kirkwood jugabais más en equipo y no tan ofensivos.

—Es cierto, pero aún así nos pedía que atacáramos más que el rival.

—¿Alguna cosa más?

—No se... siempre fomentaba el compañerismo sobre el individualismo. Y bueno... tú también deberías saber algo, ¿no jugaste contra el Zeus cuando lo entrenaba Aphrodite?

—Espera, me he perdido ¿no estábamos hablando de Byron? —preguntó Biel, algo confundido, y Cronus suspiró de alivio.

—Sí, son la misma persona. Aphrodite era su seudónimo cuando jugaba en el Zeus, hace años. Mucha gente aún lo recuerda por ese apodo.

—¿Aphrodite, como la diosa griega? —se rio Biel.

—Exacto. Los jugadores del Zeus se ponían apodos de deidades griegas, y se comparaban como tales.

—¿Así que se llamaban Poseidón, Hades, Ares...? —Biel parecía divertirse con el tema, pero Cronus, siendo un gran admirador del equipo, no compartía la broma. Aún así se fijó en un dato.

—Sabes bastante de la mitología.

—Bueno, algo sé. Me gusta. Veo esas historias como relatos fantásticos, y a mí me encanta la magia y la fantasía —se excusó.

Inazuma Eleven Go: ¡Mundial, allá vamos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora