La semana pasó de la mejor manera. Arion había vuelto a quedar con Skie y JP, no quedaba ni una pizca de aquel nerviosismo que se sentía en el aire entre él y la joven, inculcado sin querer por el chico del Congo. Durante sus escapadas diarias, se toparon con varios compañeros: Wanli y Harrold jugando con una chica en el parque, Bay disfrutando del paisaje, u otro día hallaron a Rex con sus padres frente al teatro.
Sin darse cuenta, llegó el día clave. El día en que sabrían si quedaban eliminados del torneo o, por el contrario, aún continuaban vivos y un paso más cerca de la victoria. También era el día que Travis había pedido a Arion que se reunieran en el hospital. No era una cita exclusiva, así que Arion decidió llevar a sus dos mejores amigos. Ellos aceptaron sin dudarlo.
Arion se despertó tarde. Había planeado ir al hospital muy temprano, pero ya no podría ser. No tenía sentido apresurarse. Se vistió, comió y salió con calma. Sus amigos llegaron a su casa, preocupados al principio, pero pronto se rieron al ver que Arion estaba aún en pijama. Sherwind tardó media hora más en prepararse, y finalmente se dirigieron al hospital sin prisas.
—¿Qué querrá el entrenador? —preguntó Arion.
—Tal vez se encuentra mal.
—No creo, JP —le dijo la chica—. Yo creo que ha ido al hospital para ver a su hija.
—¿Pero por qué tanta urgencia para hablar conmigo allí? —continuó Arion.
Nadie supo qué responder, así que siguieron camino hacia el hospital. Al llegar, vieron a la distancia a dos chicos con el pelo azul oscuro y ropas violetas entrar en el edificio.
—¿Eran Victor y Vladimir? —preguntó JP, frunciendo el ceño.
—Sí, también me han parecido ellos.
—Seguro que están aquí por algo relacionado con la recuperación de Vladimir —sugirió Skie.
Entraron unos veinte segundos después que los hermanos, ellos no estaban en la recepción. Arion se acercó al mostrador para preguntar por Travis. «Ya tendremos tiempo de saludar a los Blade».
La recepcionista le pidió su nombre y apellidos. Arion encontró la solicitud algo extraña, como si estuviera en una lista de invitados para un evento exclusivo. Al proporcionarlos, la recepcionista preguntó si iba acompañado. Arion asintió y llamó a JP y Skie.
Ellos también tuvieron que proporcionar sus nombres completos. Tras todas las preguntas, la recepcionista les indicó que debían dirigirse a una habitación específica.
La preocupación se reflejaba en los rostros de los chicos. «¿Estará bien?» se preguntaban. Subieron dos pisos siguiendo las indicaciones de la recepcionista. Al salir del ascensor, giraron a la derecha y recorrieron un largo pasillo hasta detenerse frente a la sala indicada.
Llamaron a la puerta y, tras recibir permiso, entraron. Lo que encontraron en la habitación era inesperado. Travis no estaba solo como pensaban.
En la sala se encontraban Victor y Vlad; también Riccardo y los demás miembros de la selección. Pero esos solo eran la mitad de los presentes. La sorpresa fue aún mayor cuando reconocieron a Mark Evans, Kevin Dragonfly y Xavier Foster, entre otros. Todos estaban alrededor de una cama y se volvieron al escuchar la puerta.
—¿Qué está pasando aquí? —Fue lo único que pudo salir de la boca de Arion.
Travis se acercó a ellos y miró a Mark Evans, él asintió y dejó un hueco. Arion y sus amigos se aproximaron a la cama y vieron al hombre que estaba en ella: un anciano calvo, vestido con la ropa típica de hospital. Aunque estaba despierto, parecía demasiado debilitado para siquiera sentarse.
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Inazuma Eleven Go: ¡Mundial, allá vamos!
Fanfiction¿Qué hubiera pasado si el Celesta Galaxy nunca hubiera existido y en su lugar el torneo celebrado hubiera sido un mundial normal y corriente? Con los mejores jugadores del Camino Imperial representando a Japón y sin ser una aventura galáctica. ¿Qui...