Inazuma Eleven Go: ¡Mundial, allá vamos!

Final Asiática; Encaminando la Segunda Fase

Los días habían pasado muy rápido para todos. Hacía nada estaban jugando un partido que decidiría quienes formarían parte del Inazuma Japón, y ahora se encontraban en el autobús rumbo al último encuentro de la primera fase del mundial.

El equipo que ganara se convertiría en el único representante de Asia, a diferencia de los otros continentes, que usualmente tenían más de un equipo en la competencia. Europa y América del Sur eran la que tenían más representantes siempre, pero era lo normal, ya que ahí vivían el fútbol con más intensidad, aunque eso no suponía un problema para ningún jugador de Inazuma Japón.

—Calculo que quedarán unos treinta minutos para llegar al estadio, normalmente serían muchos menos, pero... —dijo el conductor mientras hacía una señal a la carretera, que estaba infestada de coches que también iban al estadio para ver el partido.

—¡Vaya! ¿Toda esa gente nos quiere ver jugar? ¡Es increíble! —Arion estaba muy emocionado. Estaba más entusiasmado que en la final del Camino Imperial, a pesar de que sabía que este solo era el último partido de la fase inicial y que aún quedaba mucho torneo por delante.

Miró a los demás, también estaban emocionados, pero al mismo tiempo se sentían inseguros y Arion sabía por qué. Travis aún no había dicho que jugador tendría que abandonar la selección, eso bajaba los ánimos a cualquiera. Arion también sentía miedo de que fuese a ser él, estuvo pensando en qué haría si así fuese. Se sintió tan incómodo con sus propios pensamientos que decidió buscar alguna distracción y la encontró en Victor que estaba delante de un portátil y con los auriculares puestos.

Se acercó para ver qué hacía y vio que estaba en una videollamada con Vladimir, su hermano. El chico al ver a Arion por la pantalla le saludó y Arion le devolvió el saludo, Victor sin pensarlo dos veces le pasó uno de los cascos para que pudiesen hablar los tres.

—¡Ey Arion cuanto tiempo! ¿Cómo va?

—¡Muy bien! ¡¿Y tú?! —Sin darse cuenta estaba levantando mucho la voz, llamando la atención de todos sus compañeros de equipo. Victor le dio un pequeño codazo para avisarle y Travis le pidió que bajara el volumen, Arion se disculpó con las manos. Vladimir se reía desde el otro lado.

—Pues yo estoy muy bien, mira... —Dejó la cámara en un lugar un poco alejado para que se pudiera ver el cuerpo completo. Arion se fijó que estaba en una habitación de hospital, de repente dio un salto de la cama poniéndose de pie y dando dos sentadilla seguida en dos movimientos  —Ya estoy bien, gracias a Axel vuelvo a sentir mis piernas.

—Es genial —dijo el jugador de forma muy bajita para que no le volviesen a llamar la atención, la emoción se notó igualmente en sus palabras—. Ahora que estás bien, ¿cuánto tardarás en volver a Japón?

—Quería que fuese una sorpresa pero, ya que me lo preguntas, volveré hoy mismo, aquí son las diez de la noche y mi vuelo sale a las ocho de la mañana.

—¡¿Ahí son las diez de la noche?! ¡Pero si aquí estamos a las once de la mañana! —dijo Arion muy sorprendido. Escuchó un siseo proveniente de Travis—. Perdón. —Respondió el chico volviendo a bajar la voz.

—Sí, hay trece horas de diferencia entre un país y el otro y son unas once o doce horas de vuelo, así que si he calculado bien llegaré ahí a las nueve de la mañana de mañana en Japón. O al menos eso espero, lo de los horarios es un lío ja, ja, ja.

—Vaya eso es genial, que ganas de verte.

—En realidad no —interrumpió Victor, Arion creyó que ser refería que no quería ver a su hermano, pero era un malentendido que arregló rápidamente el delantero—. Si ganamos el partido contra India saldremos en vuelo a la isla del fútbol más o menos a la hora que él llegará aquí. Si llegamos a vernos será apenas por cinco minutos y eso sin contar que su vuelo se retrase por alguna razón. —Se le humedecieron los ojos a Victor, aunque lo disimuló haciendo ver que se le había puesto una pestaña en el ojo.