Superación Sin Límites

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 —Hoy haremos lo siguiente: —empezó a decir Travis—. Cinco vueltas al campo, dos rondos de ocho personas por grupo, unas jugadas de cinco defensas contra cinco delanteros y acabaremos con un entrenamiento especial. Y comienza en cinco, cuatro, tres, dos, uno. YA. —dijo al tiempo que pitaba con un silbato y chasqueaba los dedos con la mano libre.

Los jugadores empezaron a correr, las tres primeras vueltas al campo fueron fáciles, pero a partir de la cuarta Wanli y Biel bajaron el ritmo y veían como sus compañeros los dejaban atrás y a partir de la quinta vuelta Biel no pudo seguir el ritmo de su compañero defensa, acabaron las vueltas y Biel, agotado, pidió agua. Travis se le acercó y le dijo que como "castigo" tendría que ponerse de defensa en el rondo, el chico del pelo azul no se quejó, tenía miedo a alguna represalia deportiva.

Los rondos fueron mucho más relajados que las carreras. En estos ejercicios fueron Riccardo y Biel los que sobresalieron con creces a sus compañeros. Biel paraba cada uno de los balones cuando le tocaba ponerse en medio y Riccardo hacía unos pases que siempre caían al pie del jugador que quería. El único que era capaz de frenar el recorrido de la pelota del capitán era el propio Biel, pues nunca dejaba de presionar haciéndose cada vez más grande ante la adversidad.

Travis fijó la vista en el chico de cabellos azules, esperó a que se cruzaran las miradas y cuando lo hicieron le dedicó una sonrisa complaciente para relajar al chico. Biel desvió la cabeza rápido pero esbozó una leve sonrisa que fue suficiente para Percival. El entrenador conocía sus capacidades y aunque su aguante era nulo sabía que tenía fuerza de voluntad para continuar siempre, tan solo tenía que recordar todo lo que hizo para tener una oportunidad en la selección.

Biel no era el chico en mejor forma física hacía unos meses atrás. Pero sus padres tenían mucha fe en él, así que se pusieron en contacto con Hillman y este a su mismo tiempo intermedió con Travis. Juntos le pusieron al chico una serie de metas y una rutina de ejercicios para cumplir dichos objetivos.

Jiménez tuvo que llegar a un peso estable a partir de correr diariamente cinco kilómetros diarios, hacer ejercicios de piernas con una bicicleta estática, completar flexiones y abdominales y sobretodo cambiar la dieta, verduras, frutas, ensaladas y frutos secos lo primero dejando de banda toda aquella comida industrial aunque no fuera del todo.

Travis no recordaba ni una sola queja del chaval así que cumplió su parte y le regaló la oportunidad.

El último entrenamiento consistió en un partidillo de cinco contra cinco sin contar los porteros en un campo reducido para dar prioridad a jugadas frenéticas. Como los números no daban, se dejaron a cuatro chicos para que descansaran y fueran el recambio para el equipo que perdiera. Los primeros en quedar en el banquillo fueron Lucian, Biel, Cronus y Njord.

El partidillo comenzó y Arion se asoció con Riccardo para ir superando a cada uno de los rivales.

—Uff, ¿habéis visto qué bien regatea Arion? —Comentó Lucian

—Sí —asintió Cronus—, es que Arion está poniendo la velocidad que necesita Riccardo para un campo tan estrecho y pequeño. Mira que es difícil dar pases en sitios tan reducidos y tan densos como este campo pero Di Rigo siempre se las apaña y hasta parece fácil.

Biel le dio la razón a Fourseasons y no contento con esto agregó:

—Es que además se aprovechan de que la línea defensiva de Houdini y Iggie está muy dispersa y que dejan unos espacios muy débiles ante pases a la espalda. Y como el campo es tan pequeño los defensas tienen más trabajo, tal vez más fácil pero más intenso.

El disparo falló por poco y Victor maldijo su propia compostura.

—¡Uy, casi! —Volvió a hablar Lucian

Inazuma Eleven Go: ¡Mundial, allá vamos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora