Soledad de Equipo

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Se encontraba junto a la cama. Leía en el móvil, inmerso en lecturas variadas, desde temas relacionados con el fútbol y el torneo mundial hasta asuntos ajenos al deporte. Había pasado toda la noche sin dormir, y esa actividad parecía ser lo único que se le ocurría hacer en ese momento.

Afortunadamente, el chico había descansado durante toda la noche sin problemas. Camilla le había explicado que lo trasladaban por seguridad, no por necesidad y que estaría listo para el partido contra China. Si eso era cierto, Percival le haría jugar, pero siempre con la precaución de no comprometer su estado físico.

El cansancio empezaba a afectar al entrenador por haber estado la noche en vela. Se levantó y se pasó la mano por los ojos, quitándose las legañas. Salió de la habitación decidido a tomar un café y un respiro. Fuera, se topó con un jugador de la selección sentado en una silla. NNo se molestó en identificarlo, daba por supuesto que sería Lucian, pues se había hecho muy amigo de Biel. Pero el chico habló y reconoció la voz: no era Dark.

—¿Está bien, entrenador?

La voz era la de Harrold, sus ojeras demostraban que había estado despierto toda la noche también. Travis quería tomarse el café cuanto antes así que le hizo una señal a Houdini para que le siguiera. Para su sorpresa, el chico obedeció sin protestar, un comportamiento inusual en comparación con los últimos días.

Se dirigieron a la máquina de cafés, y Travis se sirvió un expreso para él. Le hizo una señal a Houdini por si quería uno y éste le devolvió un gesto de que no tenía dinero.

—No seas bobo, Harrold. No voy a dejar que lo pagues tú. Solo dime cuál quieres. —El chico le pidió un café con leche y Travis lo sacó.

Salieron fuera del hospital, donde había una especie de parque para que los ingresados pudiesen salir cuando les fuese bien. El sitio estaba lleno de plantas, siempre que había venido al hospital y había salido se encontraba a niños jugando con una pelota. Travis eligió un lugar con mesas y sillas metálicas. Dejó su café en la mesa y se sentó, invitando a Harrold a hacer lo mismo frente a él. El chico le recordó que aún no había respondido.

—Está bien. Ha dormido más que tú y que yo juntos esta noche, al menos. Mi hija me ha dicho que probablemente pueda salir entre hoy por la tarde y mañana por la mañana, lo que significa que te perderás otro partido más —lo había dicho con la cara más seria que tenía, pero eso no evitó que Harrold se riera un poco—. Vaya, parece que ya no te importa tanto.

—No es lo que me preocupa ahora mismo, la verdad. Solo quiero que se recupere lo antes posible. Entrenador, ¿me puedes decir por qué lo escogiste para representar Japón? No lo digo en plan borde, solo quiero saber que es lo que te impulsó a escogerlo. Si te digo la verdad, sigo pensando que está a un nivel inferior al nuestro. a veces hace unas jugadas que son más que aceptables, pero luego tiene fallos garrafales, como cuando se cayó contra Indonesia. Además, no tiene ni una sola supertécnica, ni de disparo, ni de regate y ni defensa. —Hubo un silencio incómodo que duró un par de segundos.

—Estás equivocado en una cosa con él, aunque yo no te la voy a decir. —Ese secretismo extrañó a Houdini, pero no lo suficiente como para carcomerse la cabeza—. Si quieres saber en qué me basé para aceptarlo en el equipo, te diré que Biel no tuvo un tramo fácil para llegar hasta aquí. Tuvo que aguantar un cambio de país, que eso siempre es duro, se autoimpuso un entrenamiento intensivo de dos meses donde se machacó día a día, Hillman y yo le impusimos unas pautas y unos objetivos que cumplió con creces y todo eso solo para tener la oportunidad participar en el partido de Inazuma Japón A contra el B. La oportunidad, que no el puesto, algunos confundís esos dos términos muy a menudo. El jugó y fue después cuando decidí que debía estar aquí. Es cierto que a veces tiene fallos muy importantes, pero nunca se rinde y además es un buen compañero... Al igual que tú. —Confundido, Harrold lo miró con ojos como platos—. Sí. Quieras o no has demostrado tener un gran corazón detrás de tu fachada de tipo duro. Si no, dime, ¿por qué estás aquí?

Inazuma Eleven Go: ¡Mundial, allá vamos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora