Sol Contra Sol

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El equipo salió al campo, preparándose para la segunda parte. «Conque hemos jugado mal...» pensó Sol Daystar, molesto por esas palabras y la falta de apoyo de Njord cuando se quejó del seleccionador.

Uruguay sacó de centro y, desde la primera jugada, demostraron su superioridad física. Rex, que había entrado por Cronus, fue el que más problemas causó a los uruguayos, ya que estaba fresco. Sin embargo, José logró superarlo a duras penas.

Parecía que Uruguay finalmente había encontrado su ritmo. José confiaba más en sus compañeros y viceversa, lo que hacía que sus jugadas fueran más fluidas y precisas, llegando a la portería con rapidez. Con José más calmado, era más fácil defenderle. Wanli logró desviar un tiro suyo gracias a que lo marcaba agresivamente, sin dejarle un segundo libre.

Los delanteros uruguayos también estaban presionados constantemente, así que el centrocampista Benjamín probó un disparo lejano. Preston, sorprendido por la potencia y colocación del tiro, se lanzó y, sin saber cómo, lo paró.

—¡Muy bien chicos, habéis defendido muy bien! —dijo Preston, elogiando a los defensas por obligar a Uruguay a disparar desde lejos.

Hizo un pase hacia Bay, él intentó aguantar el balón para ganar tiempo y que más compañeros se uniesen al ataque. Rex y Harrold llegaron a tiempo.

El capitán regateó a Mateo Aguilar, el mediocentro defensivo de Los Vástagos del Sol, usando su supertécnica "Pared Forestal" y le pasó el esférico a Remington. El centrocampista de la Royal le hizo un pase a Riccardo, con el que se entendió muy bien y seguidamente le devolvió el pase, superando así a un defensa que quería frenar el ataque.

Rex buscó a quién pasar el balón para chutar. Victor estaba rodeado de dos jugadores y Sol, aunque solo, no estaba atento ni se movía. Harrold tenía un defensa encima y Riccardo y Arion se habían quedado atrás. Sin querer desaprovechar la jugada, Rex decidió no retroceder el balón.

Tras unos segundos de duda, hizo un silbido. Siete pingüinos de colores (rojo, naranja, amarillo, verde, azul claro, azul oscuro y morado) aparecieron picando el balón, infundiéndole aura de energía igual a la de sus respectivos colores. Rex disparó con todas sus fuerzas, y los pingüinos giraron alrededor del balón en su trayecto, ejecutando el "Pingüino Emperador 7".

El portero uruguayo respondió con el "Núcleo Ígneo", deteniendo el disparo con mayor facilidad que el de Sol en la primera parte.

El partido continuó con idas y venidas de ambos equipos, pero Uruguay disfrutó de más oportunidades. Inazuma Japón tuvo problemas para detener las ofensivas de sus rivales, pero de alguna manera lograban interceptar los balones, especialmente a José, sabiendo que sus disparos podían vencer a Preston.

En una de las jugadas, Japón usó su supertáctica "Infiltración Invisible", rebautizada como "Uno Para Todos". Biel, el último jugador libre, probó un disparo lejano que se fue muy alto, chocando con algo en lo alto. El defensa, avergonzado, no se atrevió a mirar a sus compañeros.

Siguieron las jugadas y después de unos dos minutos los chicos del banquillo escucharon a un móvil sonar no muy lejos de ellos, se giraron instintivamente. El celular era de un camarógrafo, por su cara parecía ser algo importante.

—Pero no puedo irme de mi puesto. —Escucharon. Entonces hizo una pausa, que debía ser porqué le decían algo desde el otro lado de la llamada—. Bueno, sí. Tienes razón, esa cámara es más importante, pero... ¡Está bien, ahora voy!

El chico dejó la cámara sola y se fue hacia la salida que estaba al lado del banquillo de Inazuma Japón, el muchacho pasó por delante y los miró a todos un momento y vio una cosa que le hizo parar en seco. Se acercó a ellos mirando a una de las chicas.

Inazuma Eleven Go: ¡Mundial, allá vamos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora