El estruendoso grito del público resonó en el estadio, marcando el final de un partido intenso y emocionante que había dado inicio al mundial de manera espectacular.
Los jugadores se dirigieron hacia los vestuarios para cambiarse, pero les informaron que no había más actividades programadas para el día y que podían dirigirse a sus nuevos apartamentos si lo deseaban. Sin perder tiempo, acordaron partir.
Al salir del estadio, se encontraron con varios grupos de chicos cargando mochilas. La mitad llevaba mochilas azul claro con un sol bordado, mientras que la otra mitad llevaba mochilas azul oscuro con la bandera de Italia.
—Ha sido un partido impresionante —dijo uno de los jugadores que llevaba el sol en la mochila mientras se acercaba a los jugadores japoneses. Era mas alto que la mayoría gracias a sus largas piernas, su pelo amarillo lo hacía parecer una especie de estrella, similitud que se hacía mas notoria gracias a sus intensos ojos del mismo color—. Es increíble pensar que tendremos que enfrentarnos en algún momento del torneo.
—¿Quiénes sois? —preguntó Arion lentamente, tratando de no parecer brusco. El chico frente a él se puso a reír ante el desconocimiento de los jugadores japoneses.
—Me llamo José González y soy el capitán de la selección uruguaya. Al igual que vosotros, estamos en el grupo A, así que podríamos llamarnos rivales, ya que en algún momento nos tocará enfrentarnos.
Todos los jugadores japoneses les saludaron y los uruguayos hicieron lo propio.
Por su parte los jugadores italianos avisaron de que se iban para descansar el resto del día y adaptarse al horario. Se despidieron y marcharon hacia su autobús. Los japoneses estaban a punto de seguir su ejemplo cuando José los detuvo con un grito de "¡Ey!", llamando su atención.
—Hemos hablado con otros equipos de nuestro grupo y hemos decidido organizar una reunión para conocernos mejor y fomentar nuestra rivalidad de una manera amistosa. Vosotros formáis parte del grupo A, así que también estáis invitados.
Los jugadores japoneses asintieron con agradecimiento antes de prepararse para partir.
Se subieron a uno de esos autobuses rojos de dos plantas y fueron directos a la parte de arriba. En las escaleras, Cronus se fijó en que había un hombre sentado en los asientos de más atrás del piso inferior. Le dio tiempo a reconocer a ese hombre: era el guía Edward.
Una vez que todos estuvieron a bordo, el autobús se puso en marcha. Mientras salían del estacionamiento, Arion razonó sobre una pregunta que tenía que hacer al jugador uruguayo. Se acercó a la barandilla mientras los buscaba con la mirada, por suerte aún no se habían movido del sitio, Arion supuso que era porque estaban esperando a su propio bus. Se aclaró la garganta antes de gritar.
—¡Joséee! —El chico le oyó y le miró—. ¡¿Donde es la reunión?!
—En el área de Grec... —respondió José, pero su voz se desvaneció mientras el autobús se alejaba. A pesar de la interrupción, Arion dedujo dónde se celebraría la reunión.
Esta vez fueron por una ruta diferente, el autobús pasó por las diferentes zonas. Vieron el área uruguaya, la zona española, la parte canadiense y el sitio nigeriano. Las tres primeras se parecían bastante entre si, lo que las hacía únicas eran las construcciones famosas. En la primera las construcciones eran el palacio Salvo y el teatro Solís, en la de Canadá eran la CN Tower y un gigantesco jardín botánico con diferentes figuras hechas de plantas; como pasaron por fuera no pudieron ver con claridad ninguna de ellas, aunque a Arion le pareció ver la cabeza de una mujer hecha de plantas. La Sagrada Familia y la Alhambra eran los monumentos españoles. Al ver esas gigantescas obras arquitectónicas a Cronus le vino una gran incógnita, así que bajó para buscar al guía para que le resolviera las dudas.
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Inazuma Eleven Go: ¡Mundial, allá vamos!
Fanfiction¿Qué hubiera pasado si el Celesta Galaxy nunca hubiera existido y en su lugar el torneo celebrado hubiera sido un mundial normal y corriente? Con los mejores jugadores del Camino Imperial representando a Japón y sin ser una aventura galáctica. ¿Qui...