Daño

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JOANA

Hoy era el último día antes de empezar a tomar el nuevo medicamento. Me sentía bien, bueno físicamente. Hoy quería estar tranquila, no quería agobiarme ya que sin medicación, bueno... no era la misma de antes. La medicación me ayuda bastante a controlarme. Cris había estado ahí todo el tiempo. De hecho, decidimos ver una película en el sofá acostadas. Yo no lograba ponerle atención a la película, mi cabeza estaba dando mil vueltas en muchos temas, los cuales prefiero no mencionar ahora. Quería tranquilizarme, así que tome el brazo de Cris para que me abrazara. Mi mente podría estar hecha un lio, pero sentir a cris cerca me relajaba un poco.

Todo iba bien, ya me estaba relajando un poco, mi cabeza estaba recargada en la pierna de cris. En eso suena su teléfono, le llegan muchas notificaciones. Ella lo toma y se pone a responder. No sabía a quién le escribía, pero mientras lo hacía le sonreía al teléfono. ¿Con quién habla que la hace sonreír? ¿Por qué contesta ahora? En mi cabeza me estaba haciendo mil historias, me estaba empezando a rayar. Después cris dejo el teléfono de lado, decidí no decir nada, seguro eran ideas mías. Pero mi ansiedad regreso cuando sonó nuevamente el celular de cris y era una llamada. Ella vio el teléfono, se puso de pie y fue a contestar el teléfono. Me quede sola en el sofá, esperándola. Mi cabeza no dejaba de pensar en muchas cosas negativas y en crear mil historias de quien podría ser. ¿Quién la llama? ¿Por qué se fue? No me quería rayar, pero en ese momento era imposible no hacerlo. Cuando llego de nuevo al sofá, se sentó a mi lado y me sonrió.

CRIS

Llegue a sentarme al sofá con Joana, acababa de hablar con Dany, hace mucho no hablaba con él. La siguiente semana había una comida familiar, pero le dije que lo pensaría, ya que primero quería que Joana estuviera al 100%.

J: mmm ¿Quién era?

C: Era Dany. La siguiente semana hay comida familiar.

J: Vale... ¿y? – se veía nerviosa -

C: Pues nada, le dije que le avisaba.

J: ¿Por qué? ¿No quieres ir?

C: no si si, solo pues quería preguntarte a ti. Si tú quieres ir.

J: Si, bueno claro si quieres llevarme.

C: Pues claro que quiero llevarte.

J: y hace rato con ¿Quién hablabas por mensaje? – me llamo mucho la atención su pregunta –

C: Emmm pues con las chicas

J: mmm ¿segura?

C: si

J: ¿Puedo ver tu teléfono?

C: ¿Cómo? ¿No me crees?

J: Pues sí, pero no tienes nada que esconderme ¿no? Te veías muy feliz respondiendo los mensajes.

C: Pues solo fue porque dijeron algo chistoso

J: Pues... - no sabía por qué Joana me pedía esto -

C: A ver Joana, ten – le di mi celular – no tengo nada que esconderte, pero no merezco esto. – me había cabreado algo esa petición de Joana, no por enseñarle el teléfono, sino porque no confiaba –

J: ... - no tomo mi teléfono, solo se le quedo mirando –

Se le quedo viendo al celular y sus ojos se veían diferentes, estaba entrando en brote y eso lo sabía. Se puso de pie y empezó a tomar sus cosas.

C: ¿A dónde vas?

J: Voy a dar una vuelta – no quería dejarla salir en ese estado sola –

C: Te acompaño

J: No, ahora regreso

C: Joana, no te voy a dejar salir sola.

J: Cris no eres mi madre, okay. NO ME TIENES QUE CUIDAR TODO EL TIEMPO JODER.

C: Joana...

Estaba a punto de abrir la puerta y le tome el brazo. Ella se zafo de una manera muy brusca, su brazo alcanzo a darme un golpe en el ojo y perdí por un segundo el equilibrio y termine en el suelo. Me quede en shock sentada en el suelo. Joana me intento ayudar a pararme, pero estaba tan en shock que cuando sentí como me toco el hombro, me sobresalte, me asuste un poco. Ella se alejó luego luego y se fue corriendo a la habitación.

JOANA

Cris no me dejaba salir de casa y yo en ese momento quería aire fresco. En un intento por detenerme me tomo del brazo, yo me estaba empezando a cabrear y me solté. No me fije la fuerza con lo que lo hice pero alcance a ver como Cris caía al suelo. Me le quede viendo, me puse a su lado e intente ayudarla a parar. Pero cuando le toque el hombro, ella se sobresaltó, como si estuviera asustada. Me aparte lo más rápido de ella, me tenía miedo y lo entendía. Era un monstro. Le hice daño, no quería que me siguiera viendo así que me encerré en la habitación. Me recargue en la pared y me quede sentada llorando. No podía creer que le había hecho daño a Cris. No quería salir de ahí, no quería hacerle más daño. 

Todo fluye mejorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora