Capítulo 22

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- ¡¡¡Tsuki!!!

- Mierda. - susurró Katsuki deteniéndose, sabía que si seguía avanzando, terminaría motivando aún más a esas molestias.

- ¿Baku-love, los conoces? - pregunto Eijiro, refiriéndose al grupo de cinco personas acercándose a ellos.

- Por desgracia, si.

- ¡Tsuki! - gritó 'un chico' de estatura baja con una gran sonrisa en su rostro. - Tiempo sin vernos.

- Me hubiera encantado que no nos volvamos a encontrar.

- Katsuki Bakugou, eso es muy malo de tu parte. - reprochó 'el muchacho'. Miró a Eijiro, sonriente. - ¿También eres amigo de Tsuki? - preguntó, y sin esperar a recibir respuesta, dijo: - Soy Connie Blouse. Un gusto en conocerte.

- El gusto es mío, Connie. - contestó Eijiro, ignorando la mirada asesina de su pareja. - Yo soy...

- Eijiro Kirishima, 15 años. - interrumpió una voz a Eijiro, dándole toda su información. El causante de eso era un chico moreno de cabello castaño de lentes. - Quirk: endurecimiento.

- ¡Souda! ¡Deja de interrumpir a la gente! - regañó Connie. - Pérdonalo, a veces es un mal educado.

- ¿Lo dice una chica que anda causando desastres en su clase? - retó el castaño.

¿Una chica? Pensó Kirishima, con una gran interrogante en su cabeza.

- Ya callaos, de una vez. - pidió otra chica de cabello plata, con una serena voz, pero con una mirada aterradora. - Ignorando esto, me presento, soy Azula Blouse.

- Encantado.

- Soy Satoru Matsuo. - se presentó un rubio con perforaciónes en las orejas.

- Y yo Nanami Takeda. - finalizó una pelinegra con cabello rizado.

- Un placer conocerlos.

- ¿Qué mierda quieren ahora? - preguntó el rubio cenizo, ya acabando con la poca paciencia que le quedaba.

- Tsuki de verdad que eres malo. - se quejo la otra peliplata teñida de un rojo púrpuro. - Todavía referirte así a tus superiores.

- ¿Superiores? - pensó en voz alta el pelirrojo.

- ¡Exacto! - dijo la pelinegra. - Somos vuestros superiores, pero Tsuki no recuerda eso.

- Cuándo os comportéis de su edad, lo haré. - contestó Katsuki, con un extraño acento que Eijiro no conocía.

- Yo lo hago, y aún así no me respetáis. - dijo Azula, frunciendo el ceño.

- Dejéis de pelear. - pidió Satoru sonriente, ignorando el mal humor de sus amigos. - Nezu nos va a matar como lleguemos tarde, otra vez.

- ¡No me mires así! - se quejó, otra vez, la peliteñida. - No fue mi culpa.

Una pequeña discusión se empezaba a formar, aunque fue detenida debido a la risa pacifíca de Eijiro.

- Lo siento. - se disculpó el pelirrojo, aún sin dejar de reír. - Es que me es imposible no reírme.

- No te preocupes, chido duro. - dijeron al unísono las gemelas, cambiando su mirada tranquila a una retadora en cuestión de segundos.

- ¿Chico duro?

- Idiota. - sentenció Katsuki mirando a su pareja. - Se refieren a tu quirk.

- ¡Ah! Eso..

- Okey, vamos a llegar tarde. - afirmó el moreno, mirando el pequeño reloj de su mano. - ¿Quién tuvo la maravillosa idea de quedarnos hasta tarde en la casa de Nanami? - todos se quedaron en silencio, dirigiendo una discreta mirada hacia la teñida, quien se hacía la desentendida. - No sé ni siquiera para que pregunto.

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