Capítulo 12

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11:30am. Vaya, ¿cuánto duran los afrodisíacos?. Pensó el pelirrojo levantándose de la cama de su pareja, besando la frente de Katsuki, quién dormía pacíficamente.

Se colocó unos boxers y sus pantalones negros, y salió de la habitación. Camino por el pasillo llegando a la sala común, encontrándose con un peliverde tomando un café junto a un chico de cabello bicolor. Ambos se le quedaron viendo a penas entró a la sala.

- Buenos días - susurró el pelirrojo entrando a la pequeña cocina.

- ¿Kacchan está bien? - preguntó Izuku preocupado.

- Él esta bien - contestó Eijiro - Hace unas horas logró dormir.

- Debió ser traumatico para Kacchan haber sufrido eso.

- Me gustaría que no comentará nada de eso, no me gustaría que más personas supieran lo que paso.

- Lo entiendo. - dijo el peliverde, asintiendo con la cabeza.

Empezó a sacar varios tipos de ingredientes, quería cocinarle, nuevamente, un desayuno especial, después de todo necesitaría algo que le diera energías. Empezó a preparar el café, mientras colocaba dos tostadas en la tostadora blanca. Abrió cajones y las puertas del repostero de madera, en busca de mermelada de frutos rojos.

- ¿Qué estas buscando, Kirishima? - pregunto el peliverde, tratando de ayudar a su amigo.

- La mermelada de frutos rojos. - contestó abriendo la quinta puerta de la parte superior del repostero. - No recuerdo donde la pusieron.

- Creo que esta por aquí. - contestó Midoriya abriendo una puerta de la parte inferior.

- Aquí está. - comentó Shoto abriendo la puerta al costado de Eijiro.

- ¡Gracias! - agradeció el pelirrojo agarrando el frasco entre sus manos.

Minutos después, el pelirrojo tenía una bandeja de plata con un plato de frutas picadas, dos tostadas con mermelada de frutos rojos, dos tazas de café y un vaso de jugo. Con sumo cuidado camino con la bandeja hasta llegar a la puerta de la habitación de Bakugou, y, tras una gran lucha para evitar que la bandeja se cayera, logró entrar a la habitación, encontrándose con un Katsuki a medio despertar.

- Buenos días - canturreó el pelirrojo dejando la bandeja en el escritorio de la habitación de su pareja.

- Buenos días. - saludó el rubio apoyando todo su cuerpo en uno de sus brazos mientras que con la mano del otro se tallaba un ojo.

- ¿Cómo amaneciste, Baku-love? - preguntó cariñosamente Eijiro, acercándose a su pareja.

- Me duelen las caderas. - contestó el rubio, frunciendo el ceño con un notorio sonrojo. Eijiro sonrió. - Tengo hambre.

- Es normal, es casi medio día. - respondió, ayudando a su pareja a sentarse mejor en la cama - Te hice el desayuno.

- No quemaste la cocina ¿verdad? - bromeó el rubio, riendo al ver la cara ofendido de Kirishima. - ¿Dónde está Tadashi?

Eijiro sonrió, nuevamente, sabía que realmente le importaba la presencia de Tadashi, aunque el rubio no lo admitiera.

- Esta en mi habitación. - dijo Eijiro, cargando la bandeja de plata acercándosela a Katsuki.

- Gracias.

Y empezó a comer, en un silencio tranquilizador hasta que el estómago hambriento de Eijiro rugió, este rio avergonzado. Katsuki le ofrecio un poco de su desayuno, después de todo había comida de más.

(...)

Las revisiones por las que tuvo que pasar Bakugou con Recover Girl tomaron más tiempo del previsto, llegando a tardar unos dos o tres días, reduciendo el tiempo de Katsuki y Tadashi para poder estar a solas, incluyendo a su padre claro.

- ¡Quiero salir! - exclamó por tercera vez, amargando a su madre.

- Tu no puedes salir sin supervisión. - sentenció el pelirrojo acariciando los cabellos rubios de su pareja - Mañana podemos salir, dejemos descansar a mamá.

- Idiota. - susurró el rubio cenizo golpeando levemente el pecho de su pareja, volteo a ver a su hijo. - Veamos una película.

Tadashi sonrió. Eijiro se levantó de la cama y abrió la laptop de su pareja, desbloquéandola con su fecha de aniversario. Entró a Netflix y buscó una película que llegará a gustarle tanto a su pareja como su hijo.

- ¿Una de acción? - preguntó refiriéndose al género de película.

- ¡Si! - contestó Tadashi, mientras que el rubio asintió levemente.

Eijiro buscó una película entre la sección de acción, y luego presionó una llamada El último cazador de brujas. Regresó a su lugar a un costado de Katsuki y su hijo se metió en medio de ambos.

En el trayecto de la película, mientras Tadashi y Eijiro se metían en demansía en ella, Katsuki se levantó disimuladamente, para que ninguno de los dos se diera cuenta de su acción, y corrió hacía el cuarto de baño para terminar arrogando lo poco de alimento que tenía su estómago. Las arcadas de Katsuki llamaron la atención de Eijiro y Tadashi, quienes pausaron la película y salieron corriendo a ver al rubio, quien se encontraba arrodillado frente al escusado, terminando de vomitar.

- Baku-love, ¿Te encuentras bien? - preguntó el pelirrojo acariciando la espalda de su pareja.

- ¿Tú crees que me encuentro bien? - Eijiro negó. - Entonces cállate idiota. - Katsuki frunció el ceño - Mocoso traeme un vaso con agua.

El pelinegro asintió y salió corriendo a la pequeña cocina de la sala común, buscando un vaso en el repostero. Mientras tanto, Katsuki jaló el tanque del escusado y empezó a tratar de relajarse, tratando de llegar a una conclusión. Nada de lo que había comido durante esos días le habían hecho mal ¿verdad? No había comido nada que le cayerá mal, y lo del almuerzo había sido ligero. No había nada que explicará lo que tenía. ¿O sí?

Katsuki abrió demasiado los ojos y se levantó de golpe, Tadashi ya había llegado para entonces, agarró el vaso de agua que le había entregado y, tras tomar todo el agua de golpe, salió disparado de su habitación para llegar a la de Ashido.

- ¿Bakugou? ¿Necesitas algo? - preguntó la pelirosa cerrando su armario, de donde había sacado una casaca púrpura con un extraño logo en la espalda.

- Tengo un problema.. creo.. - contestó en susurro mirando el suelo - Necesito ayuda.

- Voy por ayuda.

La pelirosa entendió que 'ese problema' tendría que ver con Eijiro, así que descartó la idea de llevarlo, llamó a Denki y Sero, también a Momo, algo le decía que necesitarían de su quirk pronto. Regresó a su habitación, viendo como el rubio cenizo se dedicaba a mirar el suelo rosado de su habitación.

- Ya viene la ayuda. - comentó Ashido, sentándose a un costado de su amigo.

Tenía una leve presentimiento de lo que le ocurría a su amigo.

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¡Hey! ¡Hola a todos!

¡Regresé!

Pensé tomarme mucho más tiempo, pero no creo que lo que me llegará a pasar tendría que afectar a mis lectores. Así que llegó con otro capítulo jajaja.

Hasta el siguiente capítulo.

Bye, bye.

Una ayuda al pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora