Su hijo ya se encontraba cambiado, utilizaba ese pijama con figuritas de All Might que él usa unos años antes. Le quedaba a la perfección. Lo arropó en su cama, dándole un beso en la frente, cosa inusal en él.
- ¿te pasa algo mamá? - preguntó el pelinegro.
- Sólo un deja vú. - contestó despeinando el cabello negro de su hijo. - Ahora descansa, mañana tenemos que regresar donde la vieja.
- ¿No podemos quedarnos?
- Distraeríamos al idiota de tu padre así que no.
Tadashi rio. Amaba la forma de ser de su madre. Era única.
Katsuki se encamino hasta la puerta, pensando en el deja vú que había tenido. ¿Que había sido eso? ¿Por qué esa imagen con una niña más pequeñita? Era extraño, muy extraño. Abrió la puerta y caminando dos o tres pasos volvió a abrir otra puerta.
- Baku-love, regresaste. - dijo el pelirrojo, sonriendo.
- No, como crees, este de aquí es un holograma. - dijo con ironía el rubio cenizo. - Idiota, si he regresado.
- Eso fue algo estúpido ¿verdad? - contestó riendo. - Perdón.
Katsuki negó con su cabeza, y entró por completo a la habitación, queriendo lanzarse a la cama, pero no podía, por obvias razones. Eijiro lo abrazó, dándole por un beso en la frente, siento como el rubio correspondía a su abrazo. Eijiro levantó la cabeza de Katsuki, sujetándolo del mentón, mirándolo tiernamente.
- Te amo.
- Lo sé, idiota. - contestó sonriendo. Con sus ojos diciendo: Yo te amo más imbécil. Palabras que Eijiro podría descifrar con sólo mirarlo a los ojos.
Se acercó a los labios de Bakugou, viendo como su ligero ceño fruncido se relajaba. Los beso, sintiendo el ligero sabor a fresa debido a la gaseosa que estaba tomando minutos antes, junto a ese sabor a cereza natural en los labios de Katsuki. Él, por su parte, sentía el sabor de cerveza combinado con gaseosa en los labios de su pareja. Le disgustaba, pero no dirá nada por no querer arruinar el momento como muchas otras veces ya había hecho.
Las manos de Eijiro bajaron hasta llegar a los glúteos de Katsuki acariciándolos, provocando que el rubio pasará sus manos al rededor del cuello del pelirrojo, profundizando aquel beso que al principio era tierno y dulce, y que, ahora, se volvía ardiente y salvaje.
- N-No podemos. - soltó el rubio cenizo, separándose del beso, recuperando un poco de aire.
- ¿No quieres hacerlo? - dijo con una voz grave, mordiendo el labio inferior de Katsuki. - ¿Estas seguro de no querer hacerlo?
- Le puede hacer daño. - susurró con un sonrojo creciente en su rostro. - D-Deja de hacer eso.
- ¿Te molesta? - preguntó seductoramente, siguiendo con su juego de masaje en los glúteos de Katsuki, metiendo una de sus manos dentro del pantalón negro que usaba como pijama su amado rubio, teniendo más contacto con la delgada tela que le evitaba gozar de la suave piel de Bakugou.
- B-Basta. - fue lo que pudo pronunciar antes de caer rendido a la pasión, dejando su cabeza en el pecho de Kirishima, quien rozaba su entrada un tanto húmeda a través de los calzoncillos.
- No puedo ni quiero detenerme ahora. - dijo el pelirrojo, excitado, despojando de sus prendas a Katsuki, había pasado tiempo desde que habían tenido alguna cercanía intíma y ahora no iba a detenerse.
- Si le p-pasa algo, la bruja nos va a matar. - contestó Katsuki dejándose llevar por la excitación que sentía. - Mmgh.
- No reprimas tu voz, amor. - dijo Eijiro, metiendo y sacando su índice en el interior del rubio, aun con los calzoncillos puestos.
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Una ayuda al pasado
Fiksi Penggemar¿Qué harías si de la nada aparece un chico con las mismas características físicas y mentales que tú y tu posible pareja? ¿Y peor aún si él mismo revela que es tu hijo? Esas preguntas encajaban perfectamente con el cara descuadrada de Katsuki Bakugou...