Capítulo 15

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Sus amigos salieron de la habitación, con la principal tarea de tratar de hablar con su amigo pelirrojo, quien se encerró en su habitación, después de salir furioso de la habitación de Katsuki. Katsuki por su parte, se había enojado por culpa del enojo de su pareja, sabía que la había cagado y tendría que disculparse, pero su orgullo se lo impedía.

- Mamá, deberías hablar con papá.

- Que se vaya a la mierda - contestó el rubio dándose la vuelta en su cama, sollozando levemente, tratando de no hacer ningún ruido. Falló.

Tadashi sonrió levemente. Conocía a su madre y su estúpido orgullo, así que no tuvo que pensarlo dos veces para salir de la habitación y entrar a la fuerza a la habitación del otro Kirishima.

- Mamá esta llorando. - dijo sin explicación alguna, viendo como se descuadraba el rostro de su padre.

Eijiro no dijo nada. Se limitó a apretar los puños y decir:

- No importa.

Tadashi suspiró. Conocía lo orgullosos que podían ser sus padres, y entendía perfectamente que ninguno hablaría con el otro hasta que uno de los dos aceptará su culpa, en este caso tendría que ser Katsuki, pero, acéptemoslo, Katsuki no admitiría su error, o al menos no de manera directa.

Tadashi salió de la habitación, camino lentamente por el pasillo para llegar a la sala común, pensaba una forma en la cual ambos, Katsuki y Eijiro, pudieran conversar y aclarar el malentendido.

(...)

Sus amigos ya lo habían animado a que hablará con Katsuki, y quería hacerlo, pero sabía que, tarde o temprano, Katsuki terminaría pidiéndole perdón, como las pocas veces que lo había hecho.

O al menos esos fueron sus pensamientos durante tres días.

Katsuki se había encerrado tres días en su habitación, evitando cualquier contacto con el pelirrojo. Incluso aprovecho su licencia de maternidad, cosa que le parecía estúpida en un inicio, pero ahora gloriosa, para contrarestar su estricto horario del cual se había acostumbrado. Sentía cuando Eijiro salía de su habitación y tocaba suavemente su puerta, para luego irse por no recibir respuesta alguna. Su corazón se estrujaba, pero se negaba a aceptar su error. Después de que Eijiro se iba, él salía de su habitación, y con pesar, caminaba hasta el pequeño comedor de la sala común.

Su cabello más despeinado de lo normal, con unas notorias ojeras debajo de sus rubís ojos, los cuales estaban irritados por tanto llorar. Sus muslos al descubierto y su intimidad escondida debajo de unos boxers narajas, junto a ello una camiseta negra olgada, sin mangas, perteneciente de Eijiro.

Agarró una taza x del respostero, sirviendo un poco del café que alguno de sus compañeros habia hecho y no lo había terminado. Abrió el refrigerador y saco el pedazo de pastel de zanahoria que estaba ahí. Empezó a comer lentamente, llorando en silencio, acariciando su vientre un poco abultado. Tadashi lo observaba con despecho, odiaba ver a su madre así, pero no sabía que hacer, no esta vez. Caminó hasta su madre y lo abrazó, Katsuki lloró, liberó el montón de lágrimas reprimidas, sus sollozos fueron fuertes y provocaron que el corazón de Tadashi se quisiera romper, odiaba eso.

- ¿Estás mejor, mamá?

El rubio asintió, se separó del abrazo y limpió sus lágrimas. Tomó un poco de su café y salió corriendo hacía su habitación, abrió su cuarto de baño y terminó vomitando en el escusado. Tadashi lo seguió, con un vaso de agua en su mano. Al llegar vió como su madre terminaba de vomitar.

- Odio esto.

Tadashi rio. Le paso el vaso de agua y Katsuki se lo bebió de golpe, quería quitar el sabor amargo de su boca. Su garganta ardía. No era la primera vez que vomitaba, pero aún no se acostumbraba a tener que estar arrojando cualquier contenido que lógrase ingerir.

Katsuki limpió los rastros de vomito de su boca y regresó a la cocina. Quería, y tenía, que comer algo, su estómago, ahora, no podía aguantar mucho tiempo sin tener algo dentro. Empezó a comer la rebanada de pastel de zanahoria, en esos momentos le parecía la gloria porque normalmente no comería harinas en la mañana. Acercó la taza de café a su boca, pero tuvo que alejarla al momento de olerla y sentir las ganas latentes de volver a vomitar. Él quería ese café. ¡Vaya que era terco! Tomó de golpe el contenido de la taza, aunque eso le hiciera correr hasta su habitación, otra vez, para poder vomitar, lo poco que había ingerido. Frunció el ceño. No le gustaba eso.

- ¿Es qué acaso no me vas a dejar comer nada? - pregunto enojado mirando su vientre abultado.

Suspiró. Se resigno a no desayunar, no quería tener la garganta ardiendo. Se tiró a su cama. Gruñó por lo bajo, lanzarse quizás no había sido una buena idea, hizo doler a su vientre. Se puso de costado, observando la pared blanca de su habitación. Cerró fuertemente sus ojos. Estaba más sentimental de lo normal, y eso no le gustaba, termino sollozando. Odiaba eso.

Eijiro, por su parte, se veía más deprimido con el pasar de los días. Ashido ya no sabía que hacer para que la sonrisa de su amigo regresará. Era la primera pelea fuerte de la pareja. Antes habían discutido, claro que antes nadie sabía sobre su relación secreta, pero nunca tan fuerte como esa pelea.

- Kiri, ¿Por qué no tratas de hablar con él? - pregunto la pelirosa con una pequeña sonrisa.

- Eso es lo que estuve tratando de hacer estos tres días, pero nunca recibo respuesta. - contesto decaído, mirando el suelo mientras caminaba.

- ¡Hey! ¿Dónde está el Kirishima que conozco? ¿Dónde está el Kirishima varonil que nunca se rinde? - preguntó queriendo dar en el clavo exacto para que su amigo se esfuerse, y así lo hizo.

Eijiro asintió. Salió corriendo por el pasillo, ignorando los insultos que se llevó por estar en corriendo entre la multitud de estudiantes. No iba a rendirse. No, claro que no lo haría. Ya le había costado demasiado poder estar con Katsuki como amigos, para luego ser pareja, le había costado tanto como para perder todo por una leve discusión. Después de un maratón completo que había recorrido, por no querer esperar el ascensor principalmente, llego a la planta en donde se encontraba su habitación, y la de Katsuki. Se detuvó, tenía que recuperar el aire perdido. Camino con miedo, encontrándose con Tadashi en la sala común, leyendo un manga, lo más probable es que sea uno de acción de él o de Katsuki. Tadashi lo vió y sonrió. Eijiro le devolvió la sonrisa.

Retomó su camino hasta pararse frente al dormitorio de su pareja.

Katsuki Balugou.

Suspiró. Empezaba a tener miedo. ¿Dónde se fue toda su valentía? No lo sabía.

Apreto su puño derecho, y con sus nudillos golpeo la puerta. Esperando respuesta. Escuchó como alguien se acercaba a la puerta, maldiciendo por lo bajo. Rio timidamente.

- Te dije que podías entrar sin tocar, mocoso. - habló el rubio sin darse cuenta de quien se trataba.

- K-Katsuki.

- Eijiro.

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¡Hey! ¡Hola a todos!

¿Cómo estáis?

Este capítulo esta dedicado a Natalia_Dyer_ por ser la primera en votar en el capítulo anterior y a Give_up89 por alegrarme lo poco que restaba del día de ayer con sus comentarios.

Os tengo una pregunta, gracias a una lectora que pidió esto: ¿Queréis un preguntas y respuestas donde expliqué sus dudas con respecto a la historia o qué en capítulos vaya dando pequeños flashback's? En vosotros están las decisiones. Yo les hago caso :3

Eso es todo.

Hasta la próxima.

Bye, bye.

Una ayuda al pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora