Capítulo 9

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Estaban reuniendo héroes para una misión de rescate, se tardaban demasiado, o eso pensaba Eijiro. Él era el más preocupado y paránoico de todos, junto a su hijo, a decir verdad.

No pienso esperar más tiempo. Pensó caminando a hurtadillas hasta la puerta de los dormitorios, iba a rescatarlo.

- ¿A dónde piensas que vas? - pregunto una voz detrás suya, voz que conocía a la perfección.

- ¿A dónde crees? Voy a buscar a Blasty.

- ¿Tú solo? ¿Quieres morir acaso? - reclamo Sero cruzando sus brazos.

- No pienso quedarme de brazos cruzados, mientras el resto no hace nada. - contesto frunciendo el ceño - Me piró.

- ¡Vamos contigo! - exclamó la pelirosa acercándose a ambos chicos - Después de todo tu solo no vas a poder hacer nada.

- ¿Están locos?

- Si. - afirmo un rubio entrando a escena - Y tú también lo estás.

- Chicos, ustedes..

- Suena arriesgado, pero me unó - dijo rendido el pelinegro, acercándose a sus amigos, abrazando por el hombro a Kirishima - Vamos a recuperar a tu rubia.

- No le digas así.

- Yo también voy con ustedes - dijo una quinta voz, detrás de Kaminari, quien dio un grito ahogado.

- ¡Oh, no! Eso si que no. - sentenció Eijiro sujetando a su hijo ppr los hombros - Tú no vas a venir.

- Yo también voy a salvar a mamá.

- ¿Sabes lo que tu mamá me haría si llegarás a aparecerte por ahí? - pregunto el pelirrojo, tratando de hacer entrar en razón a su hijo - Nos asesinaría.

- Pero yo..

- Escucha, Tadashi, sé que quieres ir a por mamá - empezó a decir, poniéndose en cunclillas  - Pero nos quitas un peso de encima si te quedas aquí.

- Pero..

- Quizás necesitemos ayuda, y entonces vas a ser de gran ayuda si te quedas aquí - habló esta vez Mina - Así traeremos a mamá sana y salva.

Tadashi asintió, no estaba del todo convencido sobre quedarse, pero aceptó. Vio como su padre, en compañía de sus amigos, emprendían un nuevo camino, alejándose de las instalaciones de la UA.

(...)

Su cuerpo ya no lo obedecía. No sabía por que su cuerpo reaccionaba a las asquerosas caricias que le proporcionaba Shigaraki. Las odiaba, pero su cuerpo las aceptaba.

- Parece que los afrodisíacos* funcionaron. - anunció el peliceleste recorriendo con sus largos dedos las carnosas piernas del rubio.

- ¿De qué..?

- Cuando seguías dormido te di un afrodisíaco. - afirmó. - Para ser exactos cialis*.

- ¿Qué mierda?

- Nos divertiremos mucho.

La sonrisa en el rostro de Tomura se agrandó, después de ver la cara de horror de Katsuki. Disfrutaría mucho esto, y lo sabía.

Su dedo índice, que se realizaba un vaivén de adentro hacia afuera en el recto de Katsuki, unió a su danza su dedo corazón, sacando un pequeño gemido ahogado al rubio. El movimiento cambió, en vez de adentro hacia afuera, ahora separaba sus dedos, tratando de dilatar más su entrada, aunque esta empezaba a reaccionar, soltando un pequeño líquido transparente y viscoso de su ano.

Una ayuda al pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora