𝐔𝐧 𝐀𝐥𝐟𝐚 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐫𝐨𝐥𝐚𝐝𝐨 ᶜʰᵃⁿᵍˡⁱˣ

18

Me desperté por la mañana adolorido, no podía mover bien mis manos, mi cabeza dolía, me levanté despacio y subí al baño, entre a este y lavé con jabón mis manos, lavé mi rostro, me miré al espejo, tenía unas grandes ojeras, salí del baño y entré a la cocina, me tomé una pastilla para el dolor de cabezas y manos, me vende como pude los nudillos, me ardían demasiado, bajé devuelta y observé el sacó de boxeo chorreado, busqué desinfectante y otros productos para limpiar todo, terminé, me había dado hambre, me preparé algo para comer y me senté en el sillón, estaba cansado y adolorido, de todas formas, física, emocional y mentalmente, me dormí viendo televisión.

Me desperté por el sonido de mi teléfono, miré la pantalla, Minho llamaba.

- ¿Hola? - Contesté despacio.

- Hola - Se escucho bajo en la otra línea.

- ¿Que paso? - Pregunté medio dormido.

- Nada, solo quería preguntarte cómo estás - Dijo.

- Bien, recién me despierto - Mentí.

- Oh, genial yo también, estoy en casa de Seungmin en el sillón, ¿Tu dónde estás? - "¿Pensó que dormiría allí?".

- Estoy en el sillón de mi casa - Contesté.

- Ah estás en tu casa, pensé que dormirías con Félix - Dijo.

- No, él estaba muy mal anoche y lo acosté y me volví a casa - Mentí.

- Oh, ok, entonces nos vemos luego, adiós - Saludó y colgó.

No había pensado en anoche en todo el día, no quería hacerlo, no podía, me dolía, me tapé hasta la cabeza con las colchas que tenía allí y me dormí.

La mañana del domingo se hizo presente, había dormido desde ayer hasta hoy, me levanté con hambre, me sentía un poco mejor, las manos me dolían un poco pero podía soportarlo, me preparé comida y me puse a ver una película, me sentía tranquilo estando solo, hasta que mi teléfono sonó, no me fijé quien era pero supuse que sería.

- Hola Minho, ¿Que sucede? - Pregunté pesado.

- Minho, no, te equivocaste - Escuché una voz familiar en mi oído, separé el teléfono para leer quien era, la pantalla brillaba "Papá".

- Oh, papá, hola, ¿Como estas?, no leí quien era - Saludé, era raro que llamara.

- Hola hijo, estoy bien, ¿Y tu cómo estás?, te escuché algo decaído - Dijo.

- Oh, no estoy bien solo que recién despierto, ¿Y mamá cómo está? - Pregunté.

- Ok, ella está bien, está algo ocupada como para hablar ahora pero te manda saludos - Dijo.

- Ah bueno, besos para ella también - Hablé.

- Bueno hijo, me alegra escuchar que estás bien, debo irme - Contestó.

- Ok, adiós, cuídense - Dije para después cortar la llamada.

Pensé unos minutos, era raro que llamara, seguí viendo la película en paz, se hizo la noche, me duche y acosté, había sido un fin de semana algo estresante por el viernes en la noche, tranquilo el sábado y raro el domingo, necesitaba dormir.

El Lunes llegó, me levanté con pesadez y dolor, mi manos habían empezado a doler nuevamente pero más fuerte, me cambié el vendaje y me tomé una pastilla, no tenía ganas de caminar entonces salí en el auto, iba despacio ya que no podía sujetar bien el volante, llegué a la escuela y estacioné como pude, me bajé y a lo lejos observé a los chicos, todos estaban reunidos, me acerque a ellos, entre ellos estaba Felix tenía algo de miedo de acercarme por lo del viernes en la noche.