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El esperado Lunes llegó, fuimos a la escuela después de un relajante fin de semana juntos, hoy solo iríamos media mañana, ya que solo terminaríamos de pagar el transporte y algunas otras cosas, también terminaríamos de decidir qué y cuántos profesores irían. Partiríamos el Martes temprano, y con temprano sería MUY temprano, 4:30 de la mañana debíamos estar en la entrada de la escuela con nuestras pertenencias, estaríamos llegando a nuestro destino a la 9:20, sería un viaje algo agotador pero que valía la pena, iríamos a pasar casi una semana a el bosque, encargamos unas cabañas para poder quedarnos, en teoría todo el camping se encontraba ocupado ya que iríamos muchos, contando a segundo año.

Lleve a Félix a su casa y yo me fui a la mía, debíamos armar las maletas para irnos, mañana partiríamos y volveríamos el domingo, no estaba seguro de que clase de ambientes encontraría allí, así que guarde ropa corta y larga, no pasaría frío pero tampoco calor, guarde mi desodorante, perfume, un pequeño peine, ropa interior, ropa de baño, higiene personal, y muchas otras cosas, entre ellas algunos supresores por las dudas, para mí y para Félix, y unos preservativos, estaba seguro que no los usaría pero por las dudas los llevaría, termine con mi maleta, la baje acomodandola a un lado de la puerta, subí, me bañé y me acosté, estaba algo inquieto, no podía relajarme, le pedí por favor a mi lobo que me durmiera ya que mañana sería un día algo movido, el aceptó pero que le debía un favor, me acomodé esperando que hiciera lo suyo mientras en mi cabeza pregunta una y otra vez, "¿Que me pedirá en ese favor?".

Mi lobo me despertó gruñendo, la alarma llevaba 20 minutos sonando y yo no reaccionaba.

- Ya, perdón, estaba muy dormido - Dije con voz ronca.

- La próxima te dejaré que sigas durmiendo - Dijo algo molesto, se acomodó y se durmió.

Con pereza me levanté, baje, calenté el agua y me prepare una buena taza de café, 3:05, mi mirada se encontraba fija en un punto perdido, pensaba en el sueño que tenía y que quiera dormir al igual que mi lobo.

Sacudí mi cabeza y me terminé mi café, agarre las llaves de la casa, mi cargador, algunas otras cosas que llevaría en una mochila y salí, mi piel se erizo al contacto con el exterior, hacia algo de frío, en las noches refrescaba y de día hacia calor, eso era unas de las cosas que pasaba cuando la primavera estaba por llegar. Me puse un buzo, cerré mi casa y partí, tiraba de mi valija con ruedas hasta la escuela, iría caminado ya que no podía dejar el auto estacionado allí, caminaba tranquilo, las calles estaban oscuras, simplemente iluminadas con las luces de noche, dirigí mi vista hacia el cielo, recorrí todo este, observe las estrellas, pensaba en lo hermosas que se veían brillando, reí al recordar la sonrisa brillante de mi omega, si que brillaba y me encantaba, moví mis ojos y me encontré con la luna, allí estaba, radiante como siempre, con sus bellos cráteres, tenía las imperfecciones mas perfectas que podía tener, cada cráter era particular y maravilloso, amaba mirarla por horas y horas, cada noche que pasaba se agrandaba más su luz, preparándose para el viernes en la noche poder brillar con su complejidad, quedando completamente llena, ese día sería el fogón de luna llena, haríamos algo que los profesores nos había explicado hace unos meses, ellos estaban emocionados pero nadie entendía lo que haríamos, solo quedaba esperar.

Llegué a destino, cansado de llevar mi valija me acerque a los chicos quiénes parecían zombies

- Hola - Saludó amargo Minho.

- Hola - Contesté del mismo modo.

- Tengo frío - Se quejó Félix abrazándome observe a todos, cada uno tenía a su respectiva pareja en brazos dándose calor mutuamente.

- Espera - Dije separándolo de mi, él me observó, dirigí mis manos a la orilla de mi buzo, agradecí que este me quedara gigante - Entra - Le dije, él con una sonrisa se metió bajo mi buzo sacando su cabeza junto a la mía pegándose a mi cuello, sentí como sus brazos fríos se pasaron por mi pecho, yo lo abracé fuerte y trate de calentarlo lo más posible.

𝐔𝐧 𝐀𝐥𝐟𝐚 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐫𝐨𝐥𝐚𝐝𝐨 ᶜʰᵃⁿᵍˡⁱˣDonde viven las historias. Descúbrelo ahora