하나

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TAEHYUNG: (13 años)...

El novio de Nam, Jackson, era una cosita pequeña. A los trece, yo ya era más alto que el y probablemente también más pesado. Sin embargo, eso no significaba que confiaba en el.  Después de que Jin rompió con su imbécil novio rico para siempre, se puso muy enfermo, de una forma en que debí haberlo llevado al hospital o llamado a una ambulancia. Pero en todo lo que podía pensar era en cuánto dinero nos iba a costar y en que no había forma en que nos lo pudiéramos permitir. Así que hice la siguiente mejor cosa. Llamé a Nam.

Doce horas después, se apareció con su mejor amigo, y se hicieron cargo de todo. Mientras tanto, intenté visitar a su ex y darle una golpiza por dañarlo. Fue una lástima que la pequeña perra estuviera rodeada de sus amigotes de la escuela. Sabía que podría haberlo tomado por mí mismo. Pero en cuanto solté un buen movimiento, su pandilla se abalanzó y me pateó el trasero. Un ojo negro, nudillos magullados, y unas cuantas costillas doloridas después, Nam se encontraba allí,
empacándonos en la camioneta de su amigo Zico y llevándonos con él de regreso a la universidad. Para siempre. Todo era tan surrealista. Estaba feliz de irme, escapar de ese parque de casas rodantes de mierda, abandonar la escuela donde todo el mundo pensaba que yo era basura, y nunca volver a ver a Haneul en tanto viva. Pero se sentía demasiado bien como para que fuera real. Seguía esperando que el lado malo de todo esto se nos estrellara.

Extrañamente, todavía no lo había hecho. Nos quedamos más o menos una semana con Nam en el departamento que comparte con Zico. Pero no había espacio para los cinco, así que Jackson , el novio de Nam, nos dejó mudarnos con el a su casa de tres habitaciones. De repente, Jin tenía un cuarto para el solo, y Jungkook y yo teníamos nuestras propias camas en el cuarto que compartíamos mientras que Nam el solo… se ocupó de todo. Al igual que Jackson.  El nos llevó a comprar ropa nueva. Después nos inscribió en la escuela local. Y luego… luego nos alimentó. Todos los días. Cada maldita comida. Era más allá de bizarro. El chico era tan bueno. Me hacía suspicaz. Tenía que esconder algo malo. ¿Qué tal si se volvía como Haneul y decidía que tenía hambre de niños de trece años? De acuerdo, dudaba de esa parte, pero solo para estar a salvo, le ponía seguro a la puerta cada noche así no podría entrar por Jungkook o por mí.  Pero el solo seguía haciéndose más y más amable, lo cual me ponía más y más receloso. Nadie era así de amable. Ocurría algo sospechoso. Esa es la razón por la que mantenía un ojo en el, tratando de averiguar su intención oculta. Por lo que cuando Nam se encontraba trabajando, Jin refugiado en su habitación, y Jungkook envuelto en una manta, mirando caricaturas en la sala de estar, caminé hacia la cocina para espiarlo. Jungkook se encariñó con Jackson inmediatamente; en realidad era Namjoon del que parecía tener miedo. Niño idiota. Pero habían pasado tres años desde que en verdad veíamos a nuestro hermano mayor, y Jungkook no lo recordaba. Sin embargo, Nam haría cualquier cosa por nosotros. Era la última persona en la que tener cuidado. Jackson, por otra parte… El tarareaba bajo como si fuera feliz en lo que trabajaba en la cocina, cocinando, haciendo esta… cena. ¿Por qué nos cocinaría una cena cada noche cuando nuestra propia madre nunca lo hizo? ¿Y por qué estaría feliz sobre eso? Sin duda algo tenía que ocurrirle. Debió de haberme sentido en la puerta, viéndolo, porque miró sobre su hombro y saltó.

—¡Oh! —Después vino la cálida y bienvenida sonrisa. Tenía que ser falsa—. Hola, Taehyung  ¿Quieres ayudar?— Me encogí de hombros y me alejé del marco de la puerta.

—Claro. ¿Qué necesitas que haga? —Esto era bueno. Podía acercarme, justo debajo del radar con el pretexto de ayudar, y averiguar lo que tramaba. El abrió la alacena y sacó algunos platos antes de ponérmelos en los brazos para acomodar la mesa. A medida que me puse a trabajar, colocando un plato frente a cada silla, me preguntó cómo iba todo. Con otro encogimiento de hombros, contesté.

Impagable  (VHOPE) Historia 5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora