Impagable (VHOPE) Historia 5

다섯

TAEHYUNG (15años)

Hoseok se quedó con nosotros durante casi dos semanas después de que su madre sufrió una sobredosis. Dormí en el sofá para que pudiera instalarse en mi habitación, y durmió en mi cama todas las noches. Comió en mi cocina cuando le dije que necesitaba comer. Se subió en el coche con nosotros camino a la funeraria y el cementerio cuando llegó el momento de enterrar a su madre. Y cuando el jefe  de Nam y Sehun se casó una semana después del funeral con la prima de Rose, asistió a la boda con mi familia. Ambos, Sehun y Rose, lo visitaron todos los días, pero cada vez que se presentaron, Hoseok se encerraba en su cascaron. No podía mirar a su hermano a los ojos, y pude ver lo mucho que le dolía a él. Creo que a Hoseok también le dolía, aunque no lo decía. Y no pregunté. Me imaginé que hablaría cuando estuviera listo. Me quedé a su lado casi todo el día, todos los días. Jackson incluso me dejó faltar a la escuela para quedarme con Hoseok. Luego por la noche cuando todo el mundo se quedaba dormido, me metía en mi habitación, que había sido de Jin antes de mudarse y casarse con Zico, y me metía en la cama con Hoseok para consolarlo. Siempre se hallaba despierto y siempre me apretaba la camisa fuertemente con el puño como si fuera una especie de salvavidas.  Por la doceava noche, no pude soportarlo más.

El se desvanecía delante de mí, y la pobre de Rose había estado llorando cuando habían salido con Sehun más temprano aquella tarde. Algo tenía que cambiar. Hoseok tenía que hablar, y puesto que yo era la única persona con la que parecía estar hablando, supuse que esta mierda dependía de mí. No dijo nada cuando entré en la habitación a oscuras, pero sabía que estaba despierto. Me había pasado bastantes noches con el como para saber que no tenía espasmos al dormir, y se movía sin cesar bajo las sábanas mientras levantaba una esquina de estas y me deslicé en la cama junto a el. Así que tenía que estar despierto. No me acurruqué junto a el, como lo había hecho las últimas noches. En su lugar, permanecí sobre mi espalda y me quedé mirando el techo oscuro, mientras el se sacudía dándome la espalda. Me sorprendió lo importante que se había vuelto para mí últimamente, porque nada en estos largos últimos días parecía tan esencial para mí como ayudarle. Un Hoseok feliz parecía tan vital para mí como mi propio bienestar. Y sufría tanto, por lo que yo también lo hacía. Necesitando parar ese dolor, solté una respiración honda y le pregunté.

—¿Qué te hizo Sehun?—Sorbió por la nariz como si estuviera llorando. Pero respondio.

—Nada. —Mi resoplido en respuesta le dijo que no le creía.

—Si no hizo nada malo, entonces ¿por qué estás enfadado con él?

—No estoy enfadado con él. —Cuando lloriqueó, me puse de lado y le toqué la espalda.

—Hoseok, puedes decirme. Está bien.— Se movió lejos de mí.

—No hay nada que contar. Sehun no hizo nada malo. Pero entonces empezó a llorar más fuerte.—Él nunca me haría daño.

—Mierda —susurré con ferocidad antes de tomarlo en mis brazos y tirar de el suavemente contra mí. Pasé mis dedos por su cabello—. Si no hizo nada, entonces ¿por qué no le hablas? ¿Por qué tienes demasiado miedo a vivir con él? ¿Por qué…?

—No tengo miedo —dijo entre dientes antes de girar hacia mí e inclinar su cabeza en mi pecho—. Me... me da vergüenza. —Entrecerré los ojos. ¿Avergonzado? No fue lo que pensé que diría.

—¿Que te da vergüenza?

—Me odiaría si se entera —continuó—. Nunca querría verme de nuevo. No sé dónde viviría, o lo que haría. Me enviaría lejos a…

—¡Hoseok! —Agarré su cara entre mis manos, obligándolo a levantar la  mirada—. Shh. Cuando por fin se calmó lo suficiente para mirarme, con su pecho agitado por su respiración ansiosa, sacudí la cabeza. —¿De qué diablos estás hablando?