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HOSEOK

—¡Sehun! —gritó Rose a través de la casa—.Deberías venir a buscar a tus pequeños traviesos antes de que los estrangule. Reí mientras Sun Ho, el hijo de dos años de Rose, se deslizó por debajo de su brazo y corrió de nuevo hacia donde yo estaba sentado en la cama, seguido casi inmediatamente por su hermana gemela Sun Mi, cuando se liberó de su madre. Se arrastraron sobre el colchón, Sun Mi fascinada con mi pendiente y tirando de mi cadenita de corazón, Rose se dio la vuelta y levantó las manos en derrota.

—Me doy por vencida. No puedo pararlos.

—¿Qué pasa?—Sehun apareció en la puerta, mirando el caos con cautela.

—Tus hijos—Rose los señalo, en caso de que los olvidara, supongo—. No dejan de perseguir a Hoseok. —Él parpadeó, claramente perplejo.

—Eso es lo que siempre hacen.

—Lo sé, pero estoy tratando de prepararlo para su cita, y sería muy bueno si no estuviera unido a los niños por una vez. ¿Puedes...? —Hizo un gesto hacia los gemelos y una mueca de dolor cuando Sun Ho estornudó en la parte delantera de mi camisa.

—Sip. Los tengo.—Sehun entró y arrastró a su hijo bajo un brazo y a su hija debajo del otro, y luego los levantó a ambos. Sun Mi y Sun Ho se echaron a reír, cuando los sacudió a propósito amenazándolos con dejarlos caer.

—Eres el hombre más increíble de mi vida —lo arrulló Rose, ahuecando su rostro en las manos antes de levantarse para presionar un suave beso en su boca. Le hizo un guiño.

—Me puedes pagar más tarde. —A medida que su mirada se desvió hacia mí, su sonrisa cayó.

—Te ves bien —murmuró antes de preguntarle a su esposa—. ¿Estás segura .de que esa camisa no esta muy escotada?

—Es perfectamente respetable argumentó—.Le queda de maravilla.

—Hasta que se mueva, y va a estar haciéndolo toda la noche.  Acariciando sus mejillas, Rose se río y lo echó de la habitación.

—Todo lo que quiere es bromear con su cita.

—¿Bromear? —Se hizo un eco, moviendo la cabeza para mirar boquiabierto a Rose—. ¿Qu-qu-qué, podría ser una broma? No tiene por qué haber ninguna burla.

—Oh, pfff. Tiene veintidós años. Deja de preocuparte tanto. —Con eso, le dio una palmada en el trasero para que se vaya.
Parecía como si quisiera discutir con ella antes de mirarme y ver el dolor en mis ojos. Se encogió de hombros en derrota, dejó escapar un suspiro y luego se dio la vuelta, preguntando a sus hijos

— ¿Quién quiere helado? Sus chillidos resonaron por el pasillo mientras se los llevaba. Rose gimió cuando volvió a mí.

—Sí, eso es lo que necesitan —se lamentó—. Una dosis de azúcar para hacerlos más hiperactivos.

—Es probable que les dé galletas, también —sentí la necesidad de añadir. Porque era cierto. Sehun consentía demasiado a sus hijos. Me parecía que era un aspecto adorable en mi hermano. Rose se quejaba de ello, pero sabía que también le encantaba, sobre todo porque amaba todo lo que estuviera relacionado con él. Me frunció el ceño un momento antes de romper en una sonrisa.

—Estoy segura de que lo hará. Es muy blando.  —Oh sí, sin duda le gustaba su lado consentidor. A mí también me gustaría si estuviera casado y la mayor debilidad de mi marido fueran nuestros bebés. Una punzada de pérdida, pero también de anticipación recorrió mi cuerpo. Siendo realistas, sabía que probablemente nunca podría experimentarlo, pero... tal vez si esta noche iba bien tenía que dejar de pensar de esa manera.

Impagable  (VHOPE) Historia 5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora