여덟

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TAEHYUNG(22 años)

Llegué a trabajar temprano. Jong In había contratado a un nuevo barman. Una chica. Probablemente la primera en mezclar bebidas detrás del mostrador del Club Forbidden y, siendo así, yo no quería asustarla. Pero el lugar era una maldita pocilga. Casi ninguno de los idiotas con los que trabajaba estos días limpiaba su lugar de trabajo al terminar su turno. No podía contar el número de veces que llegué para encontrar charcos y manchas de cerveza en el piso, o la caja registradora abierta y sin hacerse el conteo del dinero. Echaba de menos los días en que el viejo equipo solía trabajar aquí, como Nam, Sehun, Zico, y todos los chicos. Ellos sí que sabían cómo conservar un lugar en buen estado. Pero la mayoría se mudaron y consiguieron trabajos mejor remunerados en otros lugares antes de que yo fuera contratado. Los únicos dos que quedaban de la banda original eran Lee Know y Han, y ninguno de ellos trabajaba a tiempo completo. Know se había vuelto un buen luchador y se abrió camino en las peleas pagadas, mientras que Han... estrella de rock y todo eso. Ambos venían una o dos noches a la semana, por lo que las otras cinco o seis noches, me dejaban hacerme cargo de toda la mierda. De ahí la razón por la que me encontraba aquí, limpiando el desagradable suelo antes de abrir. Después de eso, me arrodillé detrás del mostrador para comprobar los tanques conectados al grifo, y mientras estaba allí abajo, la puerta principal del club se abrió de golpe antes de que una irritantemente familiar gritara.

—¡Soy yo! ¡Hermano mayor! ¿Dónde estás? —Cerrando los ojos, gemí antes de enderezarme para enviarle al muchacho un ceño fruncido.

—¿Qué haces aquí?

—Hay un partido de baloncesto local esta noche. Pensé en desviarme un poco antes de llegar allí para decirte hola. —Agarrando una toalla cerca, me limpié las manos.

—Tengo entendido que Jack te castigó.

—¿Lo sé, verdad? ¿No es lindo al intentarlo? —Dejándose caer en un
taburete al otro lado de la barra de donde me encontraba, Jungkook tintineó los dedos a lo largo de la encimera mientras estudiaba la fila de alcohol detrás de mí como si estuviera pensando qué ordenar. Negué con la cabeza.

—¿Seguro que quieres desafiarlo? Se hallaba bastante enojado contigo. Es decir, colaste a una chica a tu habitación. Para tener relaciones sexuales. Mientras todos estábamos en la maldita casa. Ni siquiera yo he hecho eso.

—No la colé. Entramos por la puerta principal, muy disimuladamente. No fue mi culpa que todo el mundo ya estuviera dormido cuando llegamos, de otra manera no la habría metido.— Después de lanzar la toalla a un lado, comencé a llenar los recipientes con cacahuates.

—Oh, ¿así que habrías pedido permiso para follarla en tu cama si Jackson y Namjoon hubieran estado despiertos?

—No lo sé. Tal vez. —Con una sonrisa, se acercó y se robó un puñado—¿Puedes servirme una Corona con Coca-Cola?

—Joder, no. —Golpeé su mano cuando se acercaba por más cacahuates—. ¿Por qué no vas a casa y le lloras a Jackson? Tal vez te perdone por romper tu castigo.

—Jackson me ama. Me perdonará de todos modos. ¿Qué tal un Tom Collins?

—¿Qué tal si te desapareces? No te daré alcohol, idiota. Eres menor de edad.
¿Quieres que pierda mi trabajo?— Jungkook dejó escapar un suspiro largo y dramático.

—Bien. Sé un perdedor. —Colocando su mano una vez más a lo largo de la barra, miró a su alrededor, viendo a las camareras arreglar las mesas, antes de girarse de nuevo a mí—. ¿Y dónde está la nueva camarera que, has dicho, es como la caliente Halle Berry? Tratarás de acostarte con ella, ¿verdad?. —Le lancé una mirada asesina, ordenándole en silencio que cerrara la boca, y justo en ese momento, alguien se aclaró la garganta detrás de él.

Impagable  (VHOPE) Historia 5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora