이십 구

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TAEHYUNG

Tener tu polla bloqueada por el hermano mayor apestaba, pero me gustaba que la gente ya supiera. Me gustaba tener la certeza de que Hoseok y yo estábamos juntos. Porque toda la semana anterior esto me asustó a muerte. Dejé su casa el lunes en la mañana, sintiéndome mejor que nunca, más feliz, más seguro, solo… sí. La vida había sido perfecta, hasta que me di cuenta que me evitaba. Y luego todo se deslizó cuesta abajo desde allí.  Pero después de anoche… anoche cuando por fin fui capaz de confrontarlo y poner algunos límites duros entre nosotros, me sentí mejor de nuevo. El sábado en la mañana le anuncié a mi familia que Hoseok y yo estábamos juntos, y esperaba una respuesta mucho más impactante que la que tuve.

—Bueno, por supuesto que sí, cariño —dijo Jackson, palmeando mi mano con una sonrisa indulgente. Nam frunció el ceño y sacudió la cabeza.

—Estoy confundido. ¿Dices que antes no estaban juntos? —Suspiré y apreté los dientes.

—Bueno, ahora es oficial. Y exclusivo. —Sentí la necesidad de añadir ya que Sehun lo trajo a colación.

—Ya era el maldito momento —habló Jungkook, encontrando mi mirada con algo de cautela—. Estoy feliz por ustedes. Alejando la mirada, asentí.

—Sí. —Honestamente, era extraño mirarlos a los ojos en estos días. Las cosas se volvieron raras. Ellos me trataban como si fuera… rompible. Odiaba que ahora lo supieran, y aun así en estos días tenía más certeza que nunca de que me amaban sin importar qué. Solo deseaba que pudiéramos relajarnos alrededor de los otros de nuevo. Nada se volvió poco natural y raro entre Hoseok y yo a causa de ello, ¿por qué tenía que serlo con mi familia? Supongo que esa era la razón por la que Hoseok era tan importante para mí. Aunque deseaba haberlo podido llevar a una segunda cita el sábado en la noche, tenía que trabajar de nuevo.

Era la noche del karaoke en Forbidden. Bah.  Pero tenía que trabajar con Know y algún otro tipo que más o menos iba
recogiendo lo que desordenaba. Me alegraba no tener que trabajar con Hanna. Ella dejó de preguntarme sobre compensar nuestra cita, así que estaba muy seguro de que entendió que eso nunca iba a pasar. Pero una parte de mí aún se tensaba a su alrededor, preocupado porque preguntara de nuevo y tendríamos que tener esa charla. Esas conversaciones apestaban, así que en general trataba de jugar a la mezcla de bebidas con ella cuando trabajábamos juntos para distraerla de ir allí. Lo sé, era un maldito cobarde. Pero ella me agradaba, y ese es el por qué quería evitar decirle que no me gustaba de esa manera. Feliz por no tener que preocuparme de nada esta noche, les serví algunas margaritas a un par de chicas universitarias con las que juro tenía una clase. Mientras pagaban, un chico dijo mi nombre. Levanté la mirada para ver a Han llevando a su esposa a caballito hacia el bar.

—¡Taehyung! ¿Cómo va todo, hombre?— Le sonreí a la pareja mientras Han deslizaba a Daewon por su espalda para sentarla en una silla de la barra.

—Hola, chicos. ¿Qué hacen aquí esta noche?

—Mi mujer quería cantar, así que vamos a conseguir un poco de acción en el karaoke. —Han serpenteó un brazo alrededor del cuello de Daewon, así podía besar su mejilla. Ella lo besó en la suya como respuesta antes de ofrecerme un golpe de puño.

—Oye, Tae. Espero que tus orejas estén listas para que retumbemos el lugar.— Sacudí la cabeza mientras chocaba mis nudillos contra los suyos.

—Ustedes dos me dan risa. Son unas jodidas estrellas de rock y, ¿aún vienen aquí a cantar en el karaoke? Hombre… podrías cobrar por esa mierda, ¿lo sabías? —Sonriendo, Han apenas sacudió la cabeza.

—No. Solo nos divertimos. Además… —Miró a Dae y compartió una mirada significativa con ella—. Como que es algo nuestro.—Demonios. Verlos hacer eso, hizo que extrañara a Hoseok.

Impagable  (VHOPE) Historia 5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora