십사

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TAEHYUNG

Tenía que ser el hijo de puta más estúpido del planeta. No simplemente besé a mi mejor amigo, sino que lo inhalé. Probé lo prohibido y fue el sabor más dulce que bendijo alguna vez mi maldita lengua. A cambio, me dio una parte de sí mismo de forma permanente. En serio, ¿cómo diablos se suponía que debía besar a otra persona después sin compararla con Hoseok? Sin desear...¡¡Mieeerda.!! Esto no era bueno. ¿Y si el quería más?. Se lo daría, pero luego lo perdería, y eso era lo único que no podía soportar. Hoseok era mi constante cuando todo lo demás se sentía inestable. Era la voz de la razón cuando era irracional. El estaba... allí, siempre allí para mí, cada vez que lo necesitaba. Confiaba en el más que nadie en el planeta, excepto supongo que no podía confiarle la única cosa que no le confié a nadie. Tenía mi corazón, pero no podía darle mis temores. Ellos deformaron una parte de mí, y me avergonzaba demasiado dejarle ver esa parte, porque estaba muerto de miedo de que eso pudiera ser lo único que lo alejara para siempre.

—Es parálisis cerebral, ¿verdad? —Salté y miré alrededor para encontrar a Hanna mirándome fregar manchas de cerveza de la barra con furia. Encogiéndome internamente, decidí que aceptar ir a una cita con una chica en la noche anterior a la que se suponía que trabajara con ella de nuevo, quizás no fuera lo más inteligente que hice. Pero bueno, con las decisiones que tomé últimamente, la inteligencia me abandonó hace mucho tiempo. Al igual que fue una estupidez no golpearle la cara a Taemin la noche anterior cuando estuve en su apartamento para recoger a Hoseok.

El imbécil era astuto. Hoy hice una visita al apartamento 5A y nadie abrió la puerta. Tenía la certeza que oí a alguien en el interior. Pero el pequeño hijo de puta tenía demasiado miedo para enfrentarme. Debería tenerlo. En verdad deseaba poder haberle golpeado en la cara, cualquier cosa que me ayudara a dejar de pensar en lo que Hoseok  y yo hicimos anoche. Lo que me recordó que Hanna parpadeaba en mi dirección, esperando una respuesta. Mierda. ¿Qué había dicho? Sacudiendo la cabeza, murmuré.

—¿Disculpa?

—¿Tu Hoseok? —recordó, haciendo que el latido de mi corazón martilleara con ese título. Mi Hoseok —. Tiene parálisis cerebral, ¿verdad?

—Sí —dije en voz baja. Con recelo—. ¿Cómo lo sabes?— Se encogió de hombros.

—Mi primo Dawn la padece. Pero me tomó un tiempo darme cuenta que Hoseok también lo tiene porque es un poco diferente. Mientras que él tiene mejor movilidad, mi primo tiene una postura mucho peor. Asentí, dejando caer el trapo que estuve usando para enfrentarla.

—Es probable que padezca parálisis cerebral espástica, que es el tipo más común. La de Hoseok es atetoide.

—Oh. No sabía que existían diferentes tipos. —Abrió la lavadora de vidrio bajo la barra para encontrar que, sin sorpresas, el personal que trabajó la noche anterior no vació el último ciclo. Así que cuando comenzó a retirar los platos, respondí.

—Hay diferentes tipos para casi todo lo que existe. —Levantando las cejas, murmuró.

—Touché. —Se volvió brevemente para
apilar vasos con los demás que recubrían la pared del fondo y luego se volvió—. Mi, eh..Dawn Tiene problemas de razonamiento y para pensar las cosas. Me sorprendió que Hoseok pareciera tan...

—El es muy inteligente —le dije—. Solo alrededor de un tercio de las personas con parálisis cerebral tiene problemas de razonamiento o convulsiones. Hoseok tiene convulsiones pero ningún problema para razonar. De hecho, el año pasado, lloró cuando obtuvo su primera C en una maldita clase de biología.

—¿Está en la universidad? ¿Cuál es su especialidad?

—Programación de computadoras. Nos graduamos esta primavera.

Impagable  (VHOPE) Historia 5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora