Taehyung
El interior de mi camioneta quedó en silencio una vez que llegamos al
apartamento de Hanna y la acompañé hasta su puerta. Cuando volví, Hoseok miraba por la ventana del acompañante, ignorándome. Me enojó. El tenía que comenzar a hablar. Ahora. Subí a la camioneta, encendí el motor y volvimos a la carretera, rechinando los dientes hasta que no pude soportarlo más.—Esta —gruñí cuando di vuelta en su calle— es exactamente la razón por la que quería saber más sobre él antes de que salieran. —Me miró sobre su hombro, suspirando.
—En verdad, no me siento de humor para un “te lo dije”.
—Eso no es lo que hago—Traté de mantener la calma, pero aún seguía molesto por verlo llorar y no poder acabar con ese bastardo por ello... o al menos saber qué hizo para causarlo. Pero no pude enmascarar la burla en mi voz cuando murmuré— Discúlpame por preocuparme por ti.
—Bueno, discúlpame por querer salir en una cita como una persona normal, sin todo el drama que conlleva que averigües sus antecedentes, o lo sometas a un interrogatorio o quizá lo amenaces para que me trate bien. —Dios, odiaba cuando tenía razón.
—Tal vez no habría hecho eso. —Excepto que lo habría hecho, porque no era un chico común y corriente. Era lo más preciado de mi vida. Sabía que era ilógico lo mucho que daba por sentado que estaría ahí para mí cuando necesitara un amigo, pero no me
importaba. Hoseok era irremplazable para mí. No podía dejar de sobreprotegerlo, y gruñir a todo lo que se le acercara. No sabía cómo decirle algo sobre estos sentimientos, y parecía dispuesto a despertar mi mal humor.—Eso es exactamente lo que habrías hecho —despotricó—Maldición, eres tan predecible que ya no es gracioso. Me encanta que me cuides, pero lo llevas demasiado lejos.—¿Demasiado lejos? ¡No hice nada! Y en realidad no apreciaba recibir la peor parte de lo que sea que comenzó el come-mierda de Taemin. Lo haría sufrir tiempo extra solo por eso. Apretando la mandíbula, estacioné en la esquina de su casa, intentando calmarme porque discutir sobre lo que podría haber sucedido no nos llevaría a ningún lado. Tan pronto como apagué el motor, lo enfrenté y exigí.
—¿Puedes decirme qué te hizo de una vez?
—Qué te jodan.—Abrió la puerta y se bajó dando un portazo. Pero no podía ir demasiado lejos, quedarse fuera de su casa no era una opción, y no tenía la fuerza necesaria para quitar su silla de mi camioneta. Me tomé un segundo para apretar mi agarre en el volante y cerrar los ojos. Cuando me bajé y fui a la parte de atrás de mi camioneta para bajar su silla, se hallaba apoyado a un lado, esperando con impaciencia. Abrazándose todo el tiempo, moviéndose como loco y evitando todo el contacto visual, con la barbilla
levantada con terquedad. Desplegué la silla y la dejé en la acera, asegurándome que se encontrara preparada para que se sentara él.—Su carruaje —le dije. Lanzándome una mirada asesina, murmuró.
—Bastardo —y se deslizó hacia abajo, sentándose. Me reí.
—Dicho sea de paso; de nada. Es en verdad un honor salvarte de tu maldita cita. — Hoseok me ignoró mientras rodaba la silla por el camino sin un adiós o un púdrete o una mirada hacia atrás. Mis manos se cerraron en puños. Oh, esto no había terminado. No lo dejaría solo hasta no descubrir qué hizo el viejo y querido Taemin. Debió saber que lo seguía, porque una vez que abrió la puerta principal y entró a la casa, intentó cerrarla de un portazo en mi cara. La atrapé antes de que me rompiera la nariz y vi como pasaba a toda velocidad frente a su hermano, que se encontraba en el sofá mirando la televisión y usando nada más que pantalones de pijama.
—¿Qué demonios? —le gritó, poniéndose de pie y quedando con la boca abierta, luego de que su hermano apenas mirase en su dirección.
—Me voy a la cama. Buenas noches —fue todo lo que murmuró. Sehun se volteó con lentitud hacia mí con una mirada confusa en su rostro.
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Impagable (VHOPE) Historia 5
FanfictionBienvenidos a un Rincón Vhope Tres cosas eran un hecho en mi vida. Necesito a Hoseok para sobrevivir. Necesito el sexo para mantener la cordura. Y nunca podía mezclar el sexo con Hoseok. Simplemente sabía -en mi interior- que si lo mezclaba, iba a p...