TAEHYUNG
Me desplomé en la silla junto a Sehun, con los codos en las rodillas y el rostro entre las manos. El hermano de Hoseok se encontraba silencioso como una tumba mientras tamborileaba los dedos contra su muslo, viendo a cada camillero que pasaba por la sala de espera del hospital, donde nos encontrábamos jodidamente sentados… esperando. Condujimos juntos al hospital, siguiendo a la ambulancia; Sehun me interrogó sobre todo lo que pasó. Me encontraba tan asustado y adormecido por la conmoción que le solté todo. Incluso la parte del cinturón. Apretando el volante, dijo entre dientes.
— Jodido idiota. Si se muere esta noche, te mataré. —Y no me ha hablado desde entonces. Cerré los ojos y traté de respirar a través del miedo; no me molesté en decirle que no debía molestarse. Si Hoseok moría, me mataría yo mismo. Todo el oxígeno en mis pulmones salió precipitadamente de mí en un estremecimiento paralizante. Jesús, será mejor que no muera. No sobreviviría a eso. Cuando pasos resonaron en la sala, levanté la mirada solo para encontrar a Rose entrar corriendo. Tuvo que quedarse con los niños y esperar a que Jong
aparezca y los cuidara.—¿Dijeron algo? —preguntó sin aliento, pasando la mirada entre Sehun y yo. Sehun se paró de un salto de la silla.
—No. Todavía no. —La jaló contra su pecho y la abrazó fuertemente, enterrando el rostro en su cabello. Tuve que apartar la mirada, ya que necesitaba que Hoseok estuviera aquí para que me abrazara y tranquilizara. Un dolor pasó por mi abdomen, haciendo que me doble y me agarre el estómago. Pero seguí sentado allí, reprimiendo la urgencia de dar puñetazos a la pared más cercana o romper a llorar. No estoy seguro de cuánto tiempo estuve allí, simplemente aguantando todo, cuando alguien dijo.
—¿Taehyung? —Levanté la mirada para encontrar a Nam, Jungkook y Zico aproximándose lentamente, viéndose cautelosos y precavidos. Parpadeando, sacudí la cabeza, confundido.
—¿Qué hacen aquí, chicos?
—Jong me llamó —explicó Nam mientras se sentaba a mi lado—. Estamos aquí para ti. ¿Cómo está? ¿Ya oíste algo? —Negué y busqué con la mirada a Sehun y Rose, pero ya no se hallaban en la sala. Preocupado de haberme perdido algo, me puse de pie de golpe, pero Jungkook me agarró el brazo.
—Están en el pasillo —murmuró; la advertencia en sus ojos me decía que no me acercara a ellos.
—Y Sehun parece molesto —añadió Zico—contigo.
—¿Qué pasó? —preguntó Nam poniéndose de pie detrás de mí. Cerré con fuerza los ojos, tratando de bloquear el recuerdo de Hoseok convulsionando en su cama.
—Tuvimos sexo —susurré.
—Pero… creía que ustedes ya…
—Fue más excéntrico esta vez —espeté, mirando a Jungkook hasta que cerró la boca. Luego mis hombros colapsaron mientras el dolor se apoderó de mí una vez más—. Él, eh, las convulsiones empezaron tan pronto como lo desaté. Mis hermanos hicieron una mueca junto a mi cuñado.
—Maldición —murmuró Zico. Lo atravesé con una mirada dura, preparado para uno de sus comentarios estúpidos e inapropiados, para así poder pegarle hasta la próxima semana. En realidad, lo ansiaba. Quería tanto golpear algo. Pero solo se encogió con simpatía, y estuve tentado a golpearle la mandíbula, de todas maneras, solo para aliviar algo de agonía. En el pasillo, escuché a alguien decir “familiares de Jung Hoseok” y fui
tambaleándome a esa dirección, desesperado por oír buenas noticias.Para el momento en que llegué al pasillo, donde Nam, Zico y Jungkook se amontonaron detrás de mí, el doctor ya hablaba con Sehun y Rose. —…parece haber sido el resultado de un derrame. —¿Un derrame? —Me ahogué por el impacto, y mis rodillas se doblaron debajo de mí. La única razón por la que no me caí fue porque uno de mis hermanos puso la mano alrededor de mi brazo, para sostenerme. Pero parecía como si me cayera en un gran y angustioso abismo. El aire fue succionado de mis pulmones mientras manchas negras salpicaban mi visión. Todo ese tiempo, el doctor siguió hablando, explicando el daño ocurrido en el lado más débil del cerebro de Hoseok. Ya no se desangraba, y solo les preocupaba su visión y quizás algo de parálisis en su lado izquierdo. Bajé la cabeza, tratando de respirar normalmente y fallando hasta que el médico dijo enviaría a una enfermera con más noticias tan pronto como Hoseok fuera movido a una habitación normal. Mientras sus pasos se desvanecían, levanté la mirada, echándole un vistazo a Sehun.
Se veía tan blanco como un papel. Tenía una sensación de que no había mejorado nada el diagnóstico del doctor. Hoseok tuvo un derrame. Y fue mi culpa.
—Sehun —dije con voz ronca, tratando de alcanzar su brazo—. Jesús, Dios. Lo siento. Estoy tan…
—No. —Apartó mi mano antes que hiciera contacto. La mirada que me envió causó que un sollozo se abriera camino por mi garganta—. Ni siquiera me hables. Solo… quítate de mi vista.
—Pero… —Abrí la boca para pedir consideración, pero sabía que no merecía nada. No merecía su perdón. No merecía la jodida vida. Había causado que mi persona favorita en el mundo tuviera un derrame. Pude haberlo matado.
—Apártalo de mí —le gruñó a Namjoon—. Y mantenlo alejado de mi hermano.
—Vamos, Taehyung —murmuró tristemente Nam, alcanzando mi brazo.
Me aparté de su agarre.—No. —No me iba a ir, no podía irme hasta que estuviera con Hoseok de nuevo.
—Taehyung —dijo mi hermano un poco más firmemente—, vamos. —Cuando trató de alcanzarme de nuevo, lo esquivé.
—Tengo que ver a Hoseok.—Tenía que verlo en ese momento. Me comenzaba a sentir aterrorizado e inestable, y nadie me calmaba como Hoseok. Hoseok mejoraría esto. Esquivando a mis hermanos e incluso a Sehun, corrí por el pasillo, sin idea de a dónde iba. Corrí en la dirección en la que fue el doctor, irrumpiendo por una puerta, por la que me hallaba seguro, no se suponía que pasara. Alguien del hospital gritaba detrás de mí, pero seguí corriendo, respirando con dificultad, con el corazón acelerado, las palmas sudando. Necesitaba estar con Hoseok. Cuando apenas capté un vistazo del doctor que acabó de hablar con Sehun y Rose, corrí detrás de él justo cuando hacía a un lado una cortina para revisar al paciente detrás de ésta. Cuando estuve lo suficientemente cerca para ver que era él, me detuve en seco, jadeando. Se hallaba tan quieto y sin vida, pálido y pequeño, con todo tipo de cables conectados a él. El monitor de su corazón sonaba a un ritmo constante, diciendo que se hallaba vivo, pero lejos de estar bien. Ahogándome con el sollozo que salió de mi garganta, caí de rodillas, incapaz de apartar los ojos del chico que acababa de destruir.
—Oh, Dios. —Lágrimas pincharon mis ojos. Estremecimientos sacudieron mi cuerpo. Me encontraba frío y entumecido, muriendo un poco más cada segundo que lo observaba.
—No, está bien. —Escuché vagamente que decía alguien, justo antes de que una mano me agarrara suavemente el hombro—. Somos sus hermanos. Nos encargaremos. Lo sacaremos de allí.— Pero sacudí la cabeza. No quería irme. No quería dejarlo. Lo necesitaba.
—Taehyung. —La voz de Nam en mi oído me rompió. No pude más; me cubrí el rostro con las manos y lloré.
—Lo siento. Lo siento tanto. Hoseok… —Fui levantado y forzado a caminar. Sin estar seguro de a donde me llevaban. Pero no importaba. Ya nada importaba.
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Impagable (VHOPE) Historia 5
FanfictionBienvenidos a un Rincón Vhope Tres cosas eran un hecho en mi vida. Necesito a Hoseok para sobrevivir. Necesito el sexo para mantener la cordura. Y nunca podía mezclar el sexo con Hoseok. Simplemente sabía -en mi interior- que si lo mezclaba, iba a p...