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—Oh... —Fue lo único que pudo decir el pelinegro. Seguía completamente pasmado, mirando con la boca entre abierta a Taehyung, Jimin soltó risitas y chocó su hombro con él para que saliera de su ensoñación.

—Te entiendo Kook, por eso le digo que debería de vestirse así más seguido... —dijo el pelirrojo mirando orgulloso su obra maestra.

Se había tardado aproximadamente 2 horas arreglando al príncipe para que quedara impecable, cada esquina, cada detalle, cada zona en Taehyung era perfección, sus cabellos estaban peinados hacia atrás descubriendo su frente, su piel luciendo radiante, su traje color blanco sin arrugas haciendo destacar el pequeño broche dorado de la letra "K" que portaba, emblema característico de la familia Kim.

Jungkook reconoció eso pues lo había visto en Jin, pero fuera de eso no hubo nada más, era extraño para él, el que estaba ahí era Taehyung, lo sabía, pero, aun así, su aura era completamente diferente, estando a su lado se sentía... pequeño.

—No es para tanto... —habló Taehyung rascando su nuca y Jimin rio acercándose a él. 

—Bien, bien, entonces ya estamos todos... —Taehyung se puso rígido justo como lo predijo Jimin, por eso se colocó detrás de él y colocó sus manos sobre sus hombros—. ¡Vámonos! —exclamó animado dándole un suave empujón.

—¡V-vamos! —dijo Taehyung tratando de imitar el tono alegre del mayor.

—Eres malísimo —comentó el pelirrojo carcajeándose y Taehyung se sonrojó.

Jungkook seguía viendo a Taehyung sin pestañear, pero cuando el mayor miró hacia su dirección, sintió sus mejillas calentarse y se esforzó por no desviar la mirada. 

—¿Listo? —preguntó Taehyung acercándose a él.

—S-sí —contestó regalándole una tímida sonrisa.

Todos abordaron el carruaje, Jungkook estaba emocionado, era la primera vez que conocería el lugar donde Taehyung creció, y no era cualquier lugar, era el palacio real, su imaginación comenzó a volar imaginándose cómo sería el castillo, cómo sería por dentro, sonrió cuando imaginó a un mini Taehyung en él. 

El viaje continuaba y Jungkook seguía metido en sus pensamientos, fue hasta que Taehyung tomó su mano que regresó a la realidad y notó que a lo lejos ya se podía ver el pueblo.

La mano de Taehyung temblaba un poco y Jungkook se percató que, aunque se veía intimidante como un rey, seguía siendo Taehyung. Con sutileza le dio un suave apretón y el mayor lo miró, no se dijeron nada, solo se quedaron mirando el uno al otro, de alguna manera eso logró relajar a Taehyung pues Jungkook sintió su mano destensarse sobre la de él. 

—Ya estamos llegando —dijo Jimin asomándose por la ventanilla y los dos menores lo imitaron.

Mientras el carruaje avanzaba más y más personas se podían ver, fue cuestión de unos minutos y finalmente el palacio hizo su aparición.

Pasaron los filtros de seguridad hasta por fin llegar al castillo, aun y cuando Jungkook lo estaba esperando, ni su imaginación le atinó a lo enorme y bello que en verdad era, parecía 100 veces el castillo de Taehyung, de hecho, no había punto de comparación, este brillaba por los colores blanco y dorado que lo adornaban haciéndolo llamar la atención.

Bajaron y ni más ni menos quien estaba ahí parado esperando felizmente para recibirlos era Jin.

—¿Qué tal el viaje? —preguntó sonriente.

—Largo —respondió Taehyung.

—Estoy feliz de ver que llegaron bien, por cierto... Te ves magnífico.

Bestia [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora