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El sol salió, y solo eso, puesto que ninguno de sus dos mayordomos apareció.

Taehyung supuso de ante mano que algo así pasaría y no los culpaba, cada quien procesa las cosas a su tiempo, él lo entendía y esperaba que ellos lo entendieran a él y recapacitaran. Mientras tanto, los papeles se invertían y ahora él sería quien esperaría.

Caminó por el castillo sintiendo la frialdad a la cual tendría que ir acostumbrándose pues sería su única acompañante no muy tarde.

Sinceramente, esperaba que fuera más tarde que pronto.

Le estaba resultando demasiado difícil desprenderse de las únicas personas que amaba, pero porque los amaba, les quitaría las cadenas que él cargaba.

Desde un principio ya se había predispuesto que en caso de que llegara a fracasar con la maldición, los dejaría ir. No se sentía capaz de retenerlos con él para siempre por su mero capricho de no querer estar solo.

Con Jimin ciertamente lo hizo por bastante tiempo pues sus esperanzas de liberarse aún subsistían, siempre fue consciente de lo injusto que eso era y definitivamente no pensaba volver a hacer algo así de egoísta con Jungkook.

Por eso, aún y cuando el miedo lo carcomía y las lágrimas amenazaban constantemente en salir, su decisión no cambiaría, verdaderamente deseaba verlos libres y viviendo felices, se lo merecían.

Él ya había probado la felicidad al enamorarse de la mejor persona que pudo conocer... Ahora les tocaba a ellos.

...

Jungkook miraba fijamente el techo de su habitación, el dilema en su mente no lo dejaba en paz, revivía en su cabeza cada palabra antes dicha por Taehyung, había cosas que no entendía, y otras tantas que, aunque lo hacía, no le parecían.

Dejar el castillo era una de las primeras.

No comprendía por qué tanto desagrado y disconformidad de su parte, se le dijo que era lo mejor para él, inclusive Taehyung se encargó de asegurarle que seguirían viéndose y siendo amigos... No debería haber ningún problema.

¿Entonces por qué él sentía que sí?

Estaba dudando de las decisiones de Taehyung, e incluso se mostraba reacio ante ellas. No quería apoyarlo, ni mucho menos escucharlo, y eso solo conseguía hacerle sentir que le estaba fallando.

Ya ni siquiera se sentía con el derecho de llamarse su amigo y eso le dolía.

Jungkook siempre valoró esa palabra, la primera vez que la escuchó, fue cuando tenía 11 años, en uno de sus encargos, salió y dos niños se llamaron así mientras reían, la curiosidad lo llevó a acercarse y preguntarles qué era.

Fue testigo de la gran y hermosa sonrisa plasmada en sus caras mientras en sus palabras le definían lo que era la amistad, sonaba bonito, alguien en quien confías, te quiere, y siempre está para apoyarte, desde ese momento Jungkook siempre quiso tener su propio amigo y no pudo sentirse más feliz cuando lo encontró en Taehyung.

Sin embargo, ahora con todo lo que sucedía y estaba por suceder, esa palabra le pesaba y hasta cierto punto, le molestaba, le hizo ver su posición, la distancia que los dividía, los límites que le impedían ir más allá, pero eso era lo que no comprendía...

¿Qué era ese "más allá"? ¿A dónde quería llegar?

Para él, eso y más le resultaba complicado de descifrar. Su inexperiencia y falta de conocimiento en relaciones interpersonales le dificultaban ver lo que realmente ocurría, y la frustración en él crecía por no poder definir lo que él mismo sentía...

Bestia [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora