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—Taehyung —nombró al mismo tiempo que esbozaba una sonrisa llena de felicidad.

El menor se aproximó al príncipe quien no paraba de mirarlo fascinado, nunca imaginó lo mucho que le iba a afectar ver a Jeon Jungkook portando un traje.

—Te ves... —dijo tragando saliva y atreviéndose a cortar más la distancia—. Hermoso.

Un prominente sonrojo se apoderó del rostro de Jungkook, su mente alterándose al no saber cómo reaccionar, era la primera vez en su vida que alguien lo llamaba así, sus mejillas ardían y su corazón golpeaba fuertemente su pecho, agachó un poco su cabeza... ¿Era normal sentirse así por unas simples palabras? 

De pronto, sintió un suave roce en su mejilla que hizo que alzara su vista, Taehyung lo miraba con una dulce sonrisa que solo provocó que su sonrojo se extendiera hasta sus orejas.

—¡T-tú también! —dijo conteniendo la vergüenza—. Luces hermoso, Taehyung...

Y era verdad, al igual que Jungkook portaba un traje, pero de un color más claro que hacía resaltar su bellísima piel morena, su cabello estaba peinado consiguiendo exponer mejor su rostro, pero en definitiva para Jungkook lo más bonito que portaba era esa sonrisa cuadrada que se agrandó cuando escuchó sus palabras.

Se quedaron mirándose mutuamente con sonrisas plasmadas en sus caras acompañadas de un bonito rubor, ambos creando un ambiente más adorable a su alrededor.

—¡Bien por ustedes! ¿Qué tal si continúan adentro? —sugirió Jimin rompiendo su burbuja pues seguía parado detrás cargando las bolsas mientras ellos estaban justo en medio de la puerta obstruyendo la entrada—. Con su permiso, Amo... —pronunció con una media sonrisa.

Taehyung se sonrojó maldiciendo mentalmente por haberse olvidado de la presencia del pelirrojo, soltó un carraspeo y volvió a su postura firme de siempre.

—Adelante, Jimin —contestó serio y el mencionado le guiñó el ojo caminado lejos.

—Taehyung... —llamó Jungkook entrando y cerrando la puerta detrás de él—. ¿Podrías explicarme que está pasando?

—¿Y si mejor te enseño? —preguntó sonriendo y el menor asintió dudoso—. Pero... —dijo jalando de su brazo recuperando la cercanía de hace un momento—. Tienes que confiar en mí, ¿de acuerdo? —susurró acercándose aún más, Jungkook asintió sintiéndose nervioso pues no entendía las actitudes repentinas de Taehyung, pero de alguna manera, le gustaban.

—Está bien... —susurró de igual manera.

—Cierra los ojos. —Jungkook obedeció, sintió una tela taparle los ojos y apretó un poco el brazo de Taehyung—. Tranquilo, aquí estoy contigo, no te va a pasar nada Kookie —dijo acariciando suavemente su mejilla.

Jungkook le creyó, su cuerpo comenzó a relajarse gracias al suave tacto y Taehyung sonrió al ver que ya no estaba tan tenso, tomó su mano y la puso alrededor de su codo para poder escoltarlo fácilmente.

En el camino, Jungkook venía aferrado al brazo de Taehyung, moría por ver qué era lo que estaba ocurriendo, y por qué tanto misterio.

Caminaron hasta que Taehyung se detuvo y por consiguiente Jungkook también. El príncipe lo tomó por la cintura moviéndolo para colocarlo de espaldas a su pecho, Jungkook podía sentir la respiración de Taehyung chocar contra su nuca, lo cual le provocaba un ligero cosquilleo por todo el cuerpo.

—¿Listo? —preguntó cerca de su oído y Jungkook sintió su piel erizarse, asintió despacito y Taehyung subió sus manos comenzando a deshacer la venda poco a poco—. Sorpresa. —La venda cayó.

Bestia [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora