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Habían pasado exactamente tres días desde que inició la búsqueda y Taehyung ya se sentía desesperado, perdido... enojado.

"¿Por qué?" 

No paraba de repetirlo en su cabeza, culpaba al tiempo, culpaba a las casualidades, culpaba a las personas, culpaba a todo, pero en especial se culpaba a él. La realidad es que en el fondo sabía que no era del todo así... Lo sabía porque él era la prueba viviente de que las cosas no siempre salen como se planean.

Qué maravilloso sería si en realidad todo resultara así, tal cual y lo ideamos, es más, sería perfecto, todos serían felices, una bendita utopía... pero desafortunadamente no es así, la vida no es perfecta, la vida es una línea de tiempo en la que toda acción tiene una reacción, a veces es repentina, un día puede ser todo color de rosa y al siguiente todo se derrumba, sientes que es demasiado, que es injusto, que es horrible.

Así se sentía Taehyung.

La persona causante de su alegría, motivación, esperanza... de su amor, ya no estaba y no tenía ni la menor idea si es que estaba vivo o no. Rogaba que sí porque si no, no podría levantarse, esta vez no.

Las veces que pasó por situaciones similares, hundido en el despecho, no se comparaba a como era ahora, aquellas veces decidió alejarse, cerrarse, ignorar todo para no sentirse mal, esta vez estaba lejos de hacer eso, así le tomara toda la vida, lo encontraría, simplemente no estaba dispuesto a dejarlo ir. 

El pueblo estaba tapizado de volantes con su información, inclusive ya se empezaban a distribuir en las afueras y alrededores de este, cosa que se lo debía a Jin, eso y que gracias a él podía ofrecer una recompensa montería por su paradero, de esa manera esperaba que el proceso se acelerara.

En el día se unía a la búsqueda y en las noches se sentaba en las escaleras a esperarlo.

Le era inevitable derramar lágrimas de dolor y de temor a la posibilidad de nunca poder volverlo a ver.

Jungkook también tenía miedo... y mucho.

No sabía exactamente cuánto tiempo llevaba que lo dejaron en ese cuarto y como no había ventanas, no podía darse una idea, pero por el hambre que tenía asumía que ya eran días, sus muñecas ardían por la soga que raspaba su piel y ni hablar de lo seca que sentía su garganta, lo único bueno es que no tenía frío pues aún portaba el abrigo de Taehyung, su olor ya no era tan intenso, pero aún se percibía. 

Si se concentraba y pensaba en él, las ganas de llorar desaparecían por ese pequeño instante, aunque no duraba mucho pues luego volvían con más fuerza. Lo único que impedía que se quebrara del todo era la esperanza que tenía en salir de ahí y regresar con Taehyung.

—Hola, Jungkook. —Esa voz robó su atención y vio al sujeto entrar y arrastrar una silla frente a él para tomar asiento—. Y bien... ¿Ya reflexionaste sobre tus errores? ¿Sabes qué hiciste mal?

—¿Cómo me encontró? —preguntó Jungkook moviéndose en el piso para mirarlo.

—Respuesta incorrecta. —Dio un chasquido y súbitamente dos hombres lo levantaron brusco posicionándolo frente a él—. Última oportunidad Jungkook, ¿Sabes qué hiciste mal?

—S-sí —contestó con miedo.

—Dilo.

—Me escapé.

—Y me debes dinero.

—Y le debo dinero... —repitió y mordió sus labios sintiendo el llanto picar sus ojos—. Y-yo no tengo mucho, p-pero puedo trabajar y-

—Jungkook, para las personas como tú ni trabajando toda su vida reunirían la cantidad que me debes, pero te escucho, ¿Qué otra solución tienes?

Bestia [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora