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Para bien o para mal, Jungkook simplemente ya no pudo disfrutar su estadía en ese castillo. Haber presenciado por cuenta propia la mala imagen que tenían los residentes del palacio de Taehyung realmente le molestaba. Taehyung no era bienvenido, y eso solo lo hacía querer ir por él y salir de ahí cuanto antes posible.

Sin embargo, Jungkook sabía que debía esperar pacientemente, después de todo, estaba ahí por Taehyung y solo por él, aun así, cada vez esa tarea se le complicaba más, estaba preocupado, ahora comprendía mejor por qué a Taehyung no le agradaba ese lugar o siquiera hablar de cosas referentes a su familia. Jungkook no paraba de preguntarse por el estado del mayor, esperaba que nadie le dijera nada ofensivo, no quería verlo lastimado.

Cuando el cielo se pintó de un naranja rojizo, un alboroto comenzó a escucharse en los rincones del castillo, Jungkook y Jimin no tardaron en captar que la razón podría ser Taehyung así que se dirigieron rápidamente en busca de él.

Lo encontraron justo cuando este bajaba la gran escalera principal, acompañado de la misma persona que lo escoltó, su maestra, muchas personas que estaban dispersas alrededor lo veían de pies a cabeza mientras susurraban cosas entre ellas.

La mirada de Jungkook también fue atraída por Taehyung, y es que se había planteado previamente diferentes reacciones que este podría llegar a tener una vez hablara con su madre, posiblemente estaría enojado, triste, frustrado... Esperaba todo, menos lo que en realidad veía.

Taehyung tenía una sonrisa en su rostro, no era grande, ni muy marcada, era sutil, elegante, su mirada calmada, se notaba que no estaba forzando nada, era como si estuviera... conforme.

Los susurros provenientes de los presentes quienes únicamente estaban ahí con propósitos de husmear, no duraron mucho, pues pronto la maestra de Taehyung comenzó a regañarlos mientras los ahuyentaba a sus lugares de trabajo.

Cuando Taehyung hizo contacto visual con Jungkook, sus mejillas se delinearon más gracias a que su sonrisa se amplió, aceleró su paso y caminó hasta pararse justo frente a sus dos mayordomos.

—Vamos a casa —dijo mirando a ambos chicos.

—Enseguida Amo —respondieron los dos devolviéndole la sonrisa.

Sin necesidad de más, se despidieron y dejaron el castillo para emprender el viaje de regreso a su hogar.

Una vez en el carruaje, sorpresivamente no había signos de tensión en el ambiente, Jimin venía contándole a Taehyung todo lo que hicieron Jungkook y él en el castillo, claro, omitiendo la parte desagradable en el jardín. Dejando de lado eso, las anécdotas de Jimin lograron sacarle una que otra risa a Taehyung.

Jungkook realmente no fue muy participativo en la conversación, si bien, conoció muchas cosas y encontró el lugar hermoso, después de lo que escuchó y vio, no pudo sentirse cómodo estando ahí, así que solo se limitó a escuchar a los dos mayores charlar.

Algo que no pasó desapercibido por Jungkook, fue el hecho que de cerca si había rastros de lágrimas en el rostro de Taehyung, sus ojos hinchados lo delataban, a pesar de eso, no lucía triste y eso aliviaba un poco la preocupación de Jungkook, mas no por completo, aún tenía la intriga de saber que había pasado.

Cuando finalmente llegaron al castillo, el sol ya se estaba ocultando, los tres chicos entraron, Jungkook no estaba seguro en si decir algo o no, quería quedarse con Taehyung, así que esperó disimuladamente alguna señal de él, sin embargo, al verlo despedirse y retirarse supuso que tal vez no era el momento para una plática.

Al no quedarle de otra, regresó a su habitación, seguía sintiéndose preocupado e incluso dudaba si había hecho lo correcto en no preguntarle, pero al mismo tiempo estaba consiente que cuando Taehyung quisiera hablar con él, así lo haría y él con gusto lo escucharía, por lo tanto, se aguantaría su curiosidad hasta ese momento, él era bueno esperando.

Bestia [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora