El Juego del Destino

Mudarse

"...¿Pretensioso? ¿Eres ... realmente tú?

"Kay".

Arturia estaba temblando, no podía creerlo, pero debió ser cierto. Este hombre tenía cicatrices en todos los lugares correctos, olía a manzanas y estaba caliente. Este era su hermano. Esta era Kay.

"No entiendo. ¿Cómo?"

El hombre se apartó para mirarla directamente a los ojos.

¡No importa cómo! Arturia... ¡Malditas! Hay tantas cosas, tantas cosas que tengo que contarte. Lo siento mucho. Nunca debí haberte dejado sola bajo toda esa presión, simplemente no pude ... "

Kay se detuvo abruptamente al darse cuenta de que tenían compañía. Diarmuid se quedó nervioso, mirando hacia un lado. El irlandés sintió que no tenía derecho a ser testigo de un momento tan privado, pero ahí estaba. Kay miró a Arturia y se compuso mientras se levantaba.

Hablaremos más tarde.

"Te prometo que estaré ahí para ti de ahora en adelante. Te lo prometo, Arty. Joder, ni siquiera pensé que podría volver a encontrarme contigo. Gracias al cielo y gracias al destino. ¿Dónde has estado?"

"¿Dónde he estado? Donde has estado Kay, discúlpame por el término, pero pareces un poco mayor ", dijo, observando más de cerca la apariencia de su hermano.

Este era Kay, de hecho, pero las arrugas en las esquinas de sus ojos se habían profundizado, un signo de sus años a pesar de su rostro todavía joven. Llevaba el cabello recogido hacia atrás con producto, los lados estaban cortados en un tono limpio. Se veía pulido y con un corte limpio con su traje, un marcado contraste con el hermano de pelo irregular con el que ella creció.

"Y tienes el aspecto que tenías la última vez que te vi, querida hermana", respondió, dándole un beso en la mejilla a sus hermanos.

Arturia miró a su compañera y se sonrojó. Los ojos de Diarmuid miraron hacia otra parte, por respeto, pero aún así, ella había sido tan ... vulnerable cerca de Diarmuid recientemente, se preguntó si su opinión sobre ella había cambiado. Sacudiendo el pensamiento, aceptó la mano extendida de su hermano. Unas calles más tarde, los recién resucitados se encontraron sentados frente al caballero de la mesa redonda.

"He estado de regreso en esta tierra durante casi siete años, Arturia. Este mundo más nuevo es extraño. No necesitan caballeros ni reyes, y el pueblo no está gobernado, sino alineado por leyes. Ah, y por supuesto, hay dinero. La gente común se rige por tiras de papel, ¿lo creerías? Kay continuó, sosteniendo a su hermana con los brazos extendidos.

¿Siete años?

Arturia recordó lo que Shirou había dicho el día que llegaron. Si Kay estaba aquí debido al Grial, solo podía imaginar qué otros sirvientes habían venido al mundo.

"¿Cómo llegó a ser eso?"

Si estuviera dentro de mi conocimiento, Arty, te lo diría. Un minuto estaba en mi lecho de muerte, y al siguiente, en un lugar nuevo y extraño que solo después me di cuenta de que era Camelot, cientos de años después ".

Si Kay no sabía los detalles, lo más probable era que fuera una actividad del Grial, como habían discutido Shirou y Rin. Pero, ¿por qué Camelot? Saber enarcó una ceja.

"Camelot, confirmó Kay. Y pronto, me rodearon varios magos que vestían atuendos ridículos que no tenían sentido para mí. Un pelirrojo, un moreno con los ojos más azules como los de Ginebra, y un hombre con cabello que rivaliza con el largo de Lancelot. Ese hombre fue el que me trajo aquí, Lord El-Melloi II ".