Ocho. "Madrugadas agitadas"

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Por obra de el Dios de los caramelitos de pera, que me ama tanto, un impulso repentino movió el cuerpo de mi padre hacia las ventanas de la sala, al parecer se percató de que estaban abiertas y decidió cerrarlas, dándome el tiempo suficiente para meterme a zancadas de regreso en la esquinita del dormitorio.

- ¿Mateo? -Papá entró dudoso- Mateo.. -Aumentó el volumen de su voz, moviendo con una mano a mi adormilado hermano.

- ¿Hmmmm? Mamá. dame.. 5 minutos. más. -balbuceó entre sollozos infantiles.

Éste es mi fin -pensaba- en mi funeral quiero margaritas, exijo bolsas de peritas -así les digo a mis caramelitos- alrededor de toda mi tumba. ¿Qué? ¡Quiero morir dulcemente al menos! No me juzgues. Yo estaba exactamente posicionada en la esquina de toda la escena, a menos de medio metro se hallaba la cama de mi hermano, y a lado estante -que sostenía el televisor de Matt- que se encontraba a casi nada de mi ¡estaba mi papá! Sentía que ya no aguantaba más sin aire. De tanta tensión hasta se me olvidó respirar.

- Hijo, la ventana está abierta de par en par, si no te cubres en este instante te dará un feo resfriado -dijo preocupado.

< Claaaaaaro, no pensó en eso mientras que yo estaba en el patio a las 8 de la mañana del primero de enero. >

- ¿ah? Oh.. -refunfuñó Mateo. Ya.. Yo.. Ya Me. Tapo. En. Ahorita. -dijo sin lograr armar al menos una oración comprensible.

- Hasta mañana. Que te vaya bien en el trabajo -Se acercó ligeramente a sacudirle las piernas en señal de despedida.

¡Qué se vaya yaaaaa! Papá, te amo. Pero Mateo tiene 27 años, no se va a morir por un bendito resfriado. Oh no.. -pensé- si vino a asegurarse que su ventana está abierta.. ¡IRÁ A VER LA MÍA! ¿Cerré la puerta de mi dormitorio? Dime qué sí.. ¡Dime que sí! -casi me moría de angustia- al tratar de recordar si lo había hecho logré respirar al escuchar la puerta de Matt cerrarse. Agudicé mi oído y para mi gran suerte, entró directamente a su dormitorio.

< Okay, eso es bueno.. ¡PERO SE NOTA QUE NI SE PREOCUPÓ POR MI! Bueno, ya estoy acostumbrada. No me choca tanto después de todo. >

Cual espía, me puse de puntillas y logré entrar a mi dormitorio con éxito. Papá orangután estaba en el nido (? Bueno no, ¿entró en su hábitat? LO QUÉ SEA. Ya estaba en su cuarto. Y así es como la Reina Perita -o sea yo- ya podía dormir tranquila.

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N/A: PERDONEN POR ALGUNAS FALLAS ORTOGRÁFICAS POR AHI, PERO ES QUE EL DEDO A VECES ME FALLA :( QUERÍA COMENTARLES QUE ESTOY HACIENDO UN PROYECTO SUPER CHULO CON UNOS CHICOS MARAVILLOSOS Y LAS PERSONAS QUE DESEEN SER PARTE DE ELLO, ME PUEDEN HABLAR POR MENSAJE PRIVADO <3 GRACIAS POR EL APOYO *-* Y ESPERO SIGAN DISFRUTANDO DEL LIBRO.

Desde lo más profundo de tu coñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora