¡Carrera de carritos! -II parte-

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Podía sentir el aire acondicionado del centro comercial golpeando mi rostro. Mientras que con la ayuda de Fai sujetaba el carrito de compras, habíamos quedado en el transcurso de los minutos que yo buscaba las secciones y él cogía los productos. Le di una ojeada a la pequeña listilla que tenía entre mis dedos, mientras se lo mencionaba a Fai:

- Galletas Oreo.
- Tocino.
- Masa casera para pizzas.
- Queso parmesano.
- 2 gaseosas.
- 4 potes de helado.
- Pop Corn para microondas.
- Huevos.
- 2 Paquetes de harina sin preparar.
- Leche.

- Tay, ya han pasado tres minutos, y sólo hemos puesto.. -miró nuestro carrito- Ahmm si. ¡Exactamente nada!

- ¡Ay! ¡Es que eres un despistado, Fai! -paré el carrito- así jamás llegaremos, me vuelvo vieja buscando contigo.

- La idea es que nos volvamos viejitos juntos, preciosa.. -me hizo ojitos coquetos.

- ¡No es momento, Fai! -le golpeé la boca de pato que me había dirigido, divertida.

- ¡VAMOS A PERDER! -lloriqueó.

- Oh, ¡de ninguna manera! -puse en marcha el carrito- tu irás por las primeras 5 cosas, y yo por las otras 5 que quedan. -musité, rompiendo por la mitad el papel- Nos vemos aquí exactamente en 4 minutos. ¡No te entretengas en otra cosa, Fai! -refunfuñé- Oh, y ¡guarda mi celular! No quiero dejarlo por ahí tirado.. -le tiré de volada mi preciado teléfono.

- ¡Está bien! -dijo mirándome, corriendo hacía el lado opuesto.

- ¡Cuidado con e..! -oí un golpe seco- Olvídalo.

Excelente, 5 minutos de pérdida. Al menos chocó contra la repisa de galletas y ya tenemos las oreo, a un par de repisas más pude visualizar a Noe, cargando lo que parecía ser salsa de tomate y un par de bolsitas de malvaviscos. Además tiene una bolsita de... Ohhhhhhh ¡de peritas!. ¡Pensó en mi!

- ¡TAYLOR, CORRE! -escuché a Fai que se encontraba en el suelo.

- Si sí, ¡lo siento! -divisé las secciones que tenía a mi alcance, hace mucho que no vengo con mi madre. Por lo que ciertas cosas han cambiado por aquí- ¡Helado! -corrí hacia dónde se encontraban, cogí los cuatro sabores que tenía a la vista, para mi buena suerte una sección al lado se encontraban las latas de leche.

< Bien... Oreo, listo. Helado, listo. Leche, listo. >

- ¡Ya tengo las pizzas, Tay! -escuché la voz de Fai desde el lado contrario.

- Nadie quiere saberlo, niño. -una viejita renegona murmuró a mi lado.

- Usted no sabe lo que es perder contra Noe y Ál. -achiné mis ojos mientras le quitaba el paquete de harina que tenía entre sus manos- Harina, ¡lista! -grité.

- ¡Van a perder! -escuché a Ál a mi lado, mientras que aproveché para ver cuantas cosas portaba en el carrito.. Siete.

- ¡Tu calla, bobo! -tiré de su carrito de compras.

- ¡TRAMPOSA! -abrió sus ojos cual platos.

< Tay... ¡CORRE! >

-le hice caso a la inteligente vocecita y huí despavorida- ¡Por alardear! -le grité a lo lejos.

< ¿Qué nos falta? > - miré la lista.

- ¡Ya tengo el tocino y el queso! -me tomó por sorpresa un muy agitado Fai.

Desde lo más profundo de tu coñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora