5:38 pm.- Jamás olvidaré la expresión de mi mami, al verme entrar semi desnudo al dormitorio, mi padre detrás mío, usando un cuchillo contra mi cuello para obligarme a empujones a pasar. Mi madre... Ella -trató de respirar para mantener la compostura- no sabía que hacer, hubieras visto sus ojitos...
< Esto es demasiado para mi. ¿Cómo puede ser alguien tan perverso? ¿Cómo Fai puede haber provenido de un hombre tan repugnante? Siento que en cualquier instante vomitaré, me siento enferma, impotente, por no poder hacer nada. Sólo quiero abrazarlo, besarlo, pero nada de mi cuerpo parece reaccionar ante mis órdenes. >
- Todo fue tan de repente. -miró al vacío, recordando- me lancé a abrazar a mi mamá, prefería morir; Tay, juro que prefería morir. Así qué me negué. La abracé, hasta que sentí el arma punzo cortante arremeter contra mi espalda. Gritos de mi madre, diciéndole a esa bestia que me dejara. Su cuerpo en el piso; patadas, puñetes, jaloneos... Mi madre casi inconsciente. Y el cuchillo. El cuchillo a unos metros de distancia. Con la poca fuerza que mi cuerpo me brindaba, me arrastré y lo cogí, todo mi cuerpo temblaba, -se acurrucó en mi cuello- así yo no quisiera; era mi padre. Un asqueroso hombre, que sólo me destruyó. Sin pensarlo mucho, clavé el cuchillo a la altura de su rodilla, jalando con lo que mi mano diera hacia el tobillo, y lo último que oí fue su alarido. -le besé la mejilla.
- Si ya no deseas continuar... Lo entiendo. -le llené de pequeños besos el rastro que dejaban las lágrimas en su mejilla derecha.
- Si quiero Tay, el miedo tiene que acabar. Y confío en ti más que en nadie. -se acurrucó aún más a profundidad en la pequeña cueva que forma mi cabeza y mi hombro.
- Te quiero como no tienes idea, Fai -susurro en su oído y percibo una ligera sonrisa asomándose por la comisura de sus labios.
-Tomó un profundo respiro y continuó- Amanecí en un hospital de aquí, yo vivía en un pequeño barrio, por un pueblo un tanto lejano, la familia de mi padre se sintió un poco culpables de toda la situación y nos pagaron absolutamente todo. -Bufó- Como si eso fuera suficiente para apaciguar todo el dolor que ese hombre nos ocasionó. -dijo casi en un suspiro- Obviamente ellos no sabían por lo que habíamos vivido, pero al ver la desfigurada cara de mi madre y las heridas en mi cuerpo, sacaron sus conclusiones. Mi papá trabajaba en una de las empresas de su familia, ahí en mi pueblo. Más que nada la empresa se encargaba de transportar carga a diferentes lugares, tanto nacionales como internacionales y obviamente eso es algo de lo que se gana bien. Nuestra casa era demasiado humilde para la paga de mi padre; quien se excusaba con que quería que nosotros viviéramos en un ambiente simple para no acostumbrarnos a la lujuria ni a la vida fácil. Claramente ésta no era la verdadera razón; -rió sin ninguna pizca de gracia- quería dinero para sus mujeres y sus fiestas. Felizmente no venía ni ebrio, ni drogado. Sino ni mi mamá ni yo hubiéramos tenido oportunidad alguna de escapar de ese infierno. -forzó una sonrisa- Dos meses después de nuestra casi recuperación nos permitieron salir del hospital y se venía la parte más difícil del caso. VOLVER. -me dirigió una triste mirada- Para buena suerte mi mamá ya había conseguido un trabajo aquí, y yo con algo de suerte podría entrar a una escuela nacional. Debíamos ir al pueblo por nuestras cosas -cerró los ojos- y DEBÍAMOS verlo. No quise, dos meses no son suficientes para eliminar el dolor de tanto años. ¿Y si ya no volvíamos a salir? ¿Y si ahora sí nos mataba? -sentí como su cuerpo se retorcía ante la idea- Llegamos a nuestro antiguo suplicio. Y mi madre tenía las llaves aún, con un poco de suerte él no se encontraría en casa y podríamos sacar nuestras cosas con facilidad y nunca más volver. -su mandíbula se puso rígida.
- Él estaba ahí ¿verdad? -susurré, esperando menos sufriendo para él.
- Él se había ahorcado en mi dormitorio. -sentí caer nuevamente sus cálidas lágrimas en mi piel- Lo hizo en mi dormitorio. -lo dijo con tanto sufrimiento, que me puso la piel de gallina.- Él sabía que yo lo vería ahí al recoger mis cosas, ¿yo qué le hice? -terminó en un susurro- ¿Porqué en el día de mi cumpleaños, Tay?
< Si es que eso último no me lo hubiera dicho tan cerca del oído, estoy segura que no lo habría escuchado; me cayó cual baldazo de agua helada. De un momento a otro comprendí todo, por eso la familia de su padre no se acercaba en su cumpleaños. Por eso a él no le gustaba ese día... Todo le recordaba a el idiota ese. No merece ni siquiera tener el honor de ser recordado como un padre. >
Dejé que llorara... Era lo menos que podía hacer, jugueteaba con su cabello de vez en cuando y besaba su frente cada que su sollozo se volvía más profundo, él es tan valiente, tan cariñoso a pesar de todo, tan juguetón y carismático. Que por más veces que lo vieras no dudarías ni por un segundo de su felicidad. Todo en él es tan cambiante que podría ser lluvia por un momento y luego completamente sol. Dudoso un día y completamente seguro al otro. Él podía ser imponente un segundo del día y coqueto en el siguiente. Él cambio mi rumbo, y yo quería seguir siendo el suyo. Su manera de ver la vida es tan diferente a cualquier persona que haya conocido alguna vez, tanto, que asusta; y he caído en la cuenta de que... maldita sea, me he enamorado.
________________N/A: ¡HASTA QUE LO ACEPTÓ! *-* si bebés, también me emociono xD
Gracias por todo ♡ espero compartan mi novela con sus amiguitos, me sirve de mucho :$
- Los quiero, nos leemos prontito ♡
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Desde lo más profundo de tu coño
Jugendliteratur¿Imaginas poder decirle a tu madre aquellos secretos íntimos y reclamos a través de escritos? Esta idea se le ocurrió a Taylor, después de un frío día en el patio de su casa, luego de un desliz por parte de sus padres que la dejaron fuera después de...