23/01/14 04:39 pmSe robaron los pequeños mueblecitos que teníamos aquí en el "sofá" del patio. Me sorprende lo que la gente se atreve a robar y como nuestra mueblería aquí afuera es de madera estos tablones me andan cuadrando el trasero y realmente se vuelve una molestia, me gusta como está el cielo ésta tarde, las nubes se tintaron de un color naranja y extrañamente se tornan púrpura es un espectáculo hermoso, ¿sabes? Me gustaría que por un día dejaras el trabajo y me acompañes a mi plazuelita, para conversar un rato de ciertas cosas y hacerte los chistes que tanto te hacían reír, como cuando tenía 5 años y te encerrabas en el baño para llorar, sabía que algo andaba mal, pero creías que yo no veía cómo corrías con la mano en tus ojitos para que ni Mateo ni yo viéramos lo mal que te sentías, hasta que un día no pude más y me senté en la puerta a esperar que salgas, cuando lo hiciste observé tus ojos rojos con un claro rastro de tristeza, atiné únicamente a cogerte de la mano con mis dos manitas mientras tu admirabas con cierta fascinación el tamaño de mis deditos en comparación con los tuyos, y yo.. Yo veía en tus ojos un brillo especial, no sé si por el rastro que dejaron las lágrimas o por algún sentimiento diferente, te llevé a mi dormitorio poniéndonos en la esquina de mi cama, te recostaste en mi regazo y mientras jugueteaba con tu cabello empezaba a contarte cualquier chiste que se me ocurría -claramente copiados de Mateo y sus amigos bobos- y así reías. Que hermosa risa tienes mamá. Amo ver como se te achinaban los ojos al reír, mientras tus cachetes se tornaban rosaditos y esos agujerillos se volvían más pronunciados. Fue la única vez en la que me sentí útil en tu vida, no como hija, sino como persona.. como amiga. Con sólo 5 años, me sentí tu amiga. Y aunque creas que no lo recuerdo, cosas así, jamás se olvidan. Incluso podría jurar que hay ciertas situaciones que tu memoria capta cual fotografía, y al momento de recordarlas se puede ver esa simple fotografía por cinco segundo.. Como un maravilloso retrato que debe ser guardado para ocasiones especiales, tus ojitos achinados, tu sonrisa, tus hoyuelos, tu hermoso cabello castaño y mis deditos. Todo en un perfecto marco guardado en mi memoria, como mi más preciado secreto.
Me desvíe bastante de lo que te quería contar, hablaba de llevarte a mi lugar especial, que pues como ya habrás leído lo llamo "Plazuelita" y es porque es como una. Tiene un enorme árbol en medio -al que por cierto llamo Gort- y alrededor cuatro bancos de piedra que son bastante largos, esta un poco descuidado puesto que al parecer nadie llega a cuidar y regar a las pequeñas plantitas que se encuentran en la parte posterior a los bancos, así que llevo la pequeña regadera de Rachel y con el caño que el estado le proporciona a todos los parques comienzo a mojar toda el área verde -que está más que amarillo- que encuentre, así que ese lugar cada día esta con más vida, esta posicionado en toda una esquina y es muy pacífica porque está respaldada por un enorme parque al que poca gente llega, así que cuando salgo a caminar, escuchar música o a veces a leer, voy ahí. Así mi día está mal.. O esta bien, si lloro o me enojo pues voy a pensar y conversarlo todo con Gort -al que le cuento todos mis problemas- si, quizá pienses que estoy loca. Y pues si, lo estoy. Lo sabe todo el mundo -mejor dicho los 2 mejores amigos que tengo y la familia.
- Y ahora lo confirmé yo. -El ambiente se inundó de un olor a tabaco y menta.
- Si saludaras antes de pegarme el susto siempre, tal vez.. Sólo tal vez, podría ser más amable contigo -dije con fingido enfado, ya había llegado a acostumbrarme a sus llegadas repentinas.
- ¿Gort? ¿Es enserio? Deberías pensar en poner nombres más creativos. -abrí los ojos cual platos- ¿qué es? ¿Una mascota? ¿Un novio? -dijo en tono burlón.
- ¿Desde hace cuánto estas ahí? Debes dejar de leer mis cosas. ¿Entiendes? -fruncí el ceño.
- ¿O qué? ¿Se lo contarás a tu mascota parlante Gort? -Alzó la ceja derecha en son de burla.
- No, te patearé la cara. -dije amenazante, acto seguido me paré para retirarme y sentí una mano detenerme.
- No te vayas, esta bien.. Lo lamento. -lo sentí acercarse ligeramente- ¿Podemos salir a caminar?
- Ahmm, y-yo.. -¿Porqué me pongo así con el roce de su jodidamente suave piel?- n-no lo se.. Tal vez tenga.. Cosas por ha..
- No recibiré un no por respuesta, te lo advierto. Soy fuerte y puedo cargarte con facilidad. -aunque aún no lo veía, podía saber con exactitud que él estaba sonriendo.
- Ni se te ocurra porque te partiré más que la cara. -lo pensé con satisfacción.
< ¿qué de malo puede pasar? -te puede violar, raptar, sacar tus órganos y venderlos en el mercado negro, para después comprarse una moto, hacerse 3 tatuajes, uno de su banda favorita, otro con forma de cigarro y el último con algo hipster, se conseguirá una novia emo, tendrán dos hijos Ernesto y Amanda, se casarán y ella tendrá un vestido negro para la boda, para la luna de miel viajarán juntos a Honolulu y por ello necesitan el dinero de tus órganos.>
- Déjame meter el diario.. -rodé los ojos- ahora salgo.
- Oh no, señorita.. No confío en usted. Déjeme poner un pie en la puerta y nos retiramos. -sonrió.
- ¡Aish! Qué especial eres SEÑORITO. -refunfuñé.
Luego de un par de intentos fallidos entre cerrar la puerta y golpearlo para que se aleje, Faiver logró sacarme de casa, cogió MIS llaves y salimos.
- Esta bien, digamos que si eres más fuerte que yo.. Pero sólo es una suposición, yo no estaba lista para ese jaloneo. -dije con notable enfado.
- Oh vamos. Eres una nena debilucha. -sonrió y me despeinó.
- Calle usted bobo. -sonreí.. < ¿Qué? ¿Ahora no puedo ser amable con él? Vale, tal vez no es tan mala su compañía. >
- Si, soy muy bobo. -dijo mientras sacaba un cigarrillo.
- No fumarás delante mío ¿verdad? -alcé una ceja.
- Si, lo haré. Tendré cuidado para que el humo no llegue a ti -dijo prendiendo el cigarrillo.
- Okay. -crucé mis brazos.
- Ay no. ¿Te enfadarás? -hizo una mueca, frunciendo el ceño mientras hacia su boca como la de un pato.
- ¿Ahora quieres ir al baño? ¡Ay no! Así es tu cara al natural ¿verdad? -dije, imitando su mueca. Rió con notable gracia, dejando el cigarrillo en su bolsillo.
- DEJÓ EL CIGARRILLO, OH ALELUYA GLORIA AL CIELO. ILUMINENOS SEÑOR CON SU MISERICORDIA. -grité alzando los brazos al cielo y riendo.
- Ja, ja. -entrecerró los ojos y me dirigió una falsa sonrisa.
- ¿Bueno y? ¿De qué hablaremos?
- Pues.. No lo sé. ¿Qué quieres saber de mi? Mira que es tu única oportuni..
- ¿Porqué fumas tanto? -dije interrumpiéndolo.
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Desde lo más profundo de tu coño
Teen Fiction¿Imaginas poder decirle a tu madre aquellos secretos íntimos y reclamos a través de escritos? Esta idea se le ocurrió a Taylor, después de un frío día en el patio de su casa, luego de un desliz por parte de sus padres que la dejaron fuera después de...