Madrugadas agitadas. -II parte-

1.5K 167 0
                                    

23/01/14 03:46 am

No puedo dormir... Tuve una pesadilla y la verdad tengo miedo de tratar de conciliar el sueño y regresar a ella. Era sobre papá, me encontraba caminando por un bosque, llevaba en la mano un bolsa de peritas y me digne a buscar un árbol que se viera agradable para comer -mis hermosas peritas necesitaban un buen lugar para ser comidas por mi- así que de pronto los árboles empezaron a caerse... Uno por uno, abriendo paso a campo de flores, hallé una mariposa bastante llamativa por lo que me provocó alcanzarla cuando por un par de centímetros ya casi la obtenía, tropecé. Y mirando al suelo hallé el brazo de papá. Ahogué un grito y al ver a mi alrededor solo pude hallar sangre, lo más perturbador es que dentro de mi... Yo sabía que esa sangré era suya. -dejé de escribir el diario, me levanté de la cama y me dirigí a la ventana. ¿Será que el dormitorio de Faiver es justamente el superior al mío?¿cómo sabía que éste era mi cuarto? Ya qué. Debe estar dormido.. ¿O no? -busqué entre mis cosas algo para tirar hacia su ventana- ¡mi pulsera rota! Aish... Era tan linda... Para algo servirás ahora -susurré.

Primer intento... Fallé. Segundo intento... Le di -con mi excelentísima puntería- exactamente al suelo del edificio, es decir.. No estuve ni cerca de llegar a mi objetivo. La tercera es la vencida -pensé- apunto.. Y.. -tiré el pequeño artilugio- Nope. No lo logré. ¡Ya que! Me la pasaré toda la madrugada aquí hasta que lo logre.

Intento número 274 -poc- ¡OH POR DIOS! ¡Al fin! -no obtuve respuesta. Lo que me faltaba, me gasté una pulsera rota, cuchocientos piedritas que junté en una playa junto con mi mamá, un collar de una de mis sobrinitas y miles de esperanzas idas en mi nada precisa puntería.

- Quería ver cuanto durabas con esto de ensuciar la acera, el estado debería denunciarte por ser un vecina muy puerca y ruidosa. -dijo en tono burlón.

- ja- ja. ¿Hace cuánto estas ahí? -lo miré de cabeza.

- Desde tu diecisieteavo intento. -aguantó la risa.

- Oh esto no es cierto, ¿¡me hiciste sufrir tanto sólo para burlarte!? -lo miré con fingido enfado.

- Pues tus gruñidos fueron mejor aviso que tus piedritas -Esbozó una sonrisa.

- ¡No gruñí! -Objeté.

- ¿Ah no? -Alzó una ceja- entonces el gato de nuestro vecino se atragantó de nuevo con una bola de pelos.

- P-pues.. Tal vez. -Fruncí el ceño- y tú ¿Porqué estas despierto hasta esta hora?

Desde lo más profundo de tu coñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora