La Obsesión de Jack Black [✓]

Capítulo 13 ― Yo seré su respaldo

La mujer solo me miro por unos segundos y después siguió su camino, me le quedé mirando como un tonto por mucho tiempo hasta que Steven me saco de mis pensamientos empujando mi silla hasta el lugar designado que tenía en la inmensa mesa en esta sala.

― Señor la reunión ya va a empezar, ¿Desea que le traiga algo? ― me preguntó susurrando en mi oído.

― Solo una botella de agua, deja las carpetas en la mesa ― conteste sin dejar de mirarla, algo en ella me llamaba increíblemente la atención, pero, otra parte de mi dudada.

¿Como una chica como la de anoche asistiría a una reunión cómo está? ¿Quién era? ¿Qué demonios hacia aquí?

― ¿Así que usted el Señor Black? O ¿Me equivoco? ― un hombre de piel morena, bastante fornido me preguntó con cierta duda y desdén en su voz.

Traía mi máscara puesta, que cubría la mitad de mi cara. Sabía que sus ojos me escaneaban, buscando algo de que burlarse l decir algún comentario idiota.

― ¿Por qué no lo sería? ¿A caso hay un patrón que seguir? ― lo mire a los ojos sin temor, el solo se acomodó en su lugar mirándome fijamente, entrecerré mis ojos y lo rete con la mirada.

― En realidad no, solo es extraño que alguien que... No puede caminar esté al frente de algún deporte. No te ofendas ― la mayoría de los directores habían llegado así que todos escucharon su comentario.

― Valla Levi no sabía que tenías una boca tan aguda ― la voz de la mujer llamo mi atención, estaba en diagonal a mí, que podía mirarla a la perfección y ella a mí.

― Solo digo la verdad Mariel, él no está hecho para este deporte. ¿Cómo das el ejemplo a los jugadores? ― dijo con burla, que los demás soltaron una risa ligera.

― ¿Y usted si lo está? ¿Un hombre lleno de escándalos sexuales y monetarios? ― respondí fríamente, su mirada se oscureció y resoplo.

― ¡¿Que acabas de decir?! ― exclamó enojado.

― Se quién es usted Levi Frankfort, es protagonista de innumerables chisme en la alta sociedad. No crea que vivo en la oscuridad, o de hecho si lo estuve, pero conozco mucho de este mundo ― no mentía, sabía de muchos directores de la NFL, conocía sus antecedentes, excepto justamente, de la mujer que estaba frente a mí.

― «jajajajaja» ― la mujer soltó una risa un poco escandalosa, pero se veía hermosa ― al fin alguien te puso en tu lugar Idiota.

― ¡Cállate Mariel Lamberts! Tu tampoco tienes mucha voz aquí ― bramo a la mujer quien sonrió de lado.

― ¿Porque tan enojado? ¿La verdad duele cierto? Y sabes que tengo tanta voz como tú o quizá más, te molesta el hecho de sentirte intimidado por mí o por el caballero que conoce tus secretos ― la forma en que ella le hablaba era impresionante, su voz era idéntica a la mujer que había estado conmigo anoche.

― ¡Maldita estúpida! ― se levantó yendo había ella, le hice una señal a Steven que se acercara a defenderla, pero, para mí sorpresa y la de todos ella lo enfrentó.

― ¡¿Que?! ¡¿Me vas a pegar?! ― lo miro con frialdad, Levi apretaba los puños enojado, supe que tenía un pésimo control de la irá, parecido a mí, pero yo sabía cómo comportarme frente a los demás.

― Ganas no me faltan, una mujer como tú no debería de estar aquí. No vales nada ― ella sonrió con burla y prosiguió.

― Eso me lo han dicho mucho, pero ¿Sabes qué? Tus palabras me entran por dónde no hay luz y salen por dónde tampoco hay luz, búscate otros insultos que valgan la pena y al menos me hagan llorar ― está mujer era sumamente increíble, su forma de hablar era segura y llena de confianza, era increíblemente bella.

― ¡Todos a sus lugares que ya empezaremos la reunión! ― grito otro hombre cuya voz reconocí inmediatamente, Raúl Logan... Mi primó.

La mujer sonrió con satisfacción y se sentó en su silla guiñándome un ojo, sonreí un poco y asentí. Levi se sentó en su lugar y no quitaba su mirada de enojo, lo cual me produjo un poco de gracia.

― ¡Primo Jack! Qué bueno que estás aquí ― mi mirada demostró el desprecio que le tenía a este hombre, quería desesperadamente quitarme del camino, aunque era también dueño de un equipo, parecía que sus ambiciones eran mayores.

― Las sorpresas son las mejores ― respondió cuando ocupó su lugar justo al lado de Levi, sus palabras demostraban que no estaba contento con verme. Más por qué sus familia apelaba por mi empresa con nuestro abuelos paternos. Todos ellos eran solo vividores y sanguijuelas.

― Esperemos que te sientas como en casa y convivas con nosotros, después de todo, sé que no es fácil salir de una cueva y... Mostrarte tal cual eres ― el ambiente comenzó a ponerse sumamente pesado, los dos éramos hombres difíciles de tratar, sentía las miradas de los demás sobre nosotros, pero no me inmute.

― La ventaja de estar en las sombras es que conoces a tus adversarios en todos los aspectos, pero, ellos a ti no. Solo te digo que vallas con cuidado, no sea que escupas al cielo y te mojes ― su sonrisa desapareció de su rostro mostrando el enojo qué intentaba contener, mire de reojo a la mujer y ella me observaba con esos hermosos ojos azules.

Si ella era la chica de anoche, ¿Que debería hacer? ¿Hablarle? ¿Presentarme? Jamás me había visto en esta situación, estaba en una encrucijada, pero, ya tendría tiempo de describir que hacer.

La reunión empezó de la mejor manera, los directivos de la NFL nos entregaron los calendarios de partidos que nos llevarían a las eliminatorias, estábamos en abril, teníamos 5 meses para prepararnos para iniciar con la temporada, preparar jugadas, hablar sobre nuevas ideas de llevar los partidos y, sobre todo, el presupuesto que se nos daba a cada equipo en este año.

― Señor Brown, ¿Cómo es que mi equipo no figura en el calendario? ― la voz molesta de Mariel se escuchó en la sala, la mire y note su rostro rojo de irá. Pero no sabía por qué.

― Su equipo no ha dado el requerimiento para esta temporada, lamento si nuestra decisión le afecta señorita Lamberts ― respondió con cierto desdén el directivo lo que me pareció injusto.

― ¡Pero eso no es justo! ¡Los Steleers han ganado más partidos que muchos de estos equipos! Usted está yendo directo contra mí...

― ¿Y que si estamos yendo contra usted? ¡Es una mujer, no debería estar al frente de este equipo, si ellos nos juegan es por su culpa! ― lo mire con frialdad ante la obviedad de su desprecio hacia ella.

― ¿Por qué es mi culpa? ¡Soy mujer eso es todo lo diferente señor Brown, está siendo misógino! ― su voz sonaba algo entrecortada y estaba perdiendo el control.

― Piense lo que quiera, es una decisión. Si equipo no juega hasta que renuncié...

― ¡Eso va contra la reglas! ― respondí mirando los hombres que presidian la reunión ― usted no puede solo designar que su equipo no juegue a menos que haya una razón válida ― Mariel me miro sorprendida pues estoy seguro que no esperaba mi defensa.

― Señor Black, eso no le incumbe ― dijo apretando los dientes.

― Si me corresponde, somos una liga nacional, se supone que hay democracia u justicia, se supone que no discriminamos y usted ― lo señale con el dedo sin temor ― lo está haciendo deliberadamente.

La sala se quedó en silencio y solo se escuchaba sus respiraciones, no entendía por qué estaban contra ella.

― Si la señorita quiere participar debe tener un respaldo...

― ¡Eso jamás! ― exclamó ella.

― ¡Yo lo seré! Usted sabe quién soy, si ese él es requerimiento, yo lo seré.

La mire decidido, no sabía por qué la estaba ayudando, pero algo dentro de mí me lo decía, ella estaba atónita que, supongo, olvidó reaccionar. Tenía la esperanza que ella no se negara a mi ayuda, no solo por qué sentía pena por cómo era discriminada, si no, por qué deseaba que ella fuera la chica que me embrujo con su cuerpo la noche anterior.