Capítulo 8 ― Buenos amigos

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Jack...

Cuando Eric y Martín me convencieron de venir a este tonto club en Wisconsin, una tonta ciudad donde del frío es horrible aún en el mes de abril. Tengo una reunión con un Directivo de la NFL justo en esta ciudad, sede de los Green Bay Parkers, un poderoso equipo, pero, quien no le llega ni a los talones al mío.

— Vamos hoy al Maple hermano — dice Eric cuando estamos en la camioneta que nos lleva al hotel donde se llevará a cabo la reunión el día de mañana por la tarde.

— Ustedes vallan, yo tengo cosas que hacer — sin despegar la vista de mi computadora les confirme.

— ¡Vamos Jack! No has salido con nosotros en un mes y de verdad que las nenas deben extrañarte — respondió Martín recargándose en mi auto como todo un rey.

— Dije que no, además no sé por qué los traje en este viaje — algo fastidiado les respondí, no sé por qué me quieren en ese lugar si ellos saben muy bien lo que me pasa.

— Nos trajiste porque... Somos tus socios y amigos apoyándote para que los malditos imbéciles de arriba no te quiten tu puesto como dueño de los Steelers hermano. Sabes que esos hombres te quieren derrocar desde hace ya tiempo — explica Eric, levantó la mirada y asiento, tiene mucha razón. Esos imbécil llevan tiempo queriéndome quitar el poder al imperio que mi familia con tanto esmero a protegido por tantos años.

— Y la segunda... — prosigue Martín — que, teníamos ganas de viajar. — Eric se carcajeo y le lanza una almohada.

— ¿Que no tienen empresas valuadas en millones de dólares que atender? — cierro ni laptop y los miro.

— Si, pero para ello están los subordinados o si no ¿Para qué les pago? — sonreí un poco, quizás sería bueno salir un rato, aunque sea a tomar una copa.

— ¿No se desmorona tu automotriz? ¿O tú papi te grita y golpea? — me burle de Eric y el solo me aventó otra almohada.

— ¡Oye! Esa vez mi padre no me golpeó, solo... Solo... Me dio un abrazo muy fuerte — Martín y yo nos reímos muy fuerte por qué, la verdad ese día su padre lo tenía contra el suelo por no cuidar bien el negocio.

— Aja, y después te amenazo con quitarle el dinero si te la pasabas con prostitutas Eric — explico Martín de manera burlona.

— No son prostitutas, son chicas que buscan una noche conmigo y ¿Quién soy yo para no dárselas? — si algo tienen estos dos chicos es que, son mis buenos amigos de verdad, no me dejaron cuando me pasó el accidente, ni cuando mi rostro se deformo.

Por ello confío plenamente en ellos, son mi mano derecha, mis piernas, mis oídos si me faltan. Han estado conmigo en esta lucha de poderes tratando de defender lo que mi padre me heredó.

— Iré, pero solo a beber. — musite — no quiero otra cosa.

— ¿Aún no sientes nada? — pregunto Eric un tanto preocupado — ¿Es por eso que ya no nos acompañas ni de modo espectador?

Me quedé callado por un momento mirando a la ventana, ¿Para qué sirvo si no pudo caminar ni 2 metros? Pero lo que más me duele, ¿Para qué sirvo si no puedo sentir nada? Ni placer.

— Igual, he ido con innumerables doctores y nada... Parece ser que, así seré siempre — los tres nos quedamos callados hasta que Martín rompió el silencio.

— Bueno, hoy puede ser que haya algo diferente. Dejemos la tristeza de lado y disfrutemos — solo sonreí de lado y miré nuevamente la ventana.

— Después del hotel, llevamos al Maple Steven — le dije a mi asistente y subordinado, él ha estado conmigo desde antes del accidente y es un buen elemento. Sabe cómo hacer su trabajo y me protege de manera excelente.

La Obsesión de Jack Black [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora