Capítulo 14 ― Quieren guerra, la tendrán.

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Mariel....

La forma en la que ese hombre me observa me pone nerviosa, su mirada es penetrante y fría. Cómo si pudiera leer cada parte de tu alma, hasta los lugares más recónditos de ella.

Siento que de alguna manera es el hombre de anoche, pero, no recuerdo haber visto una silla de ruedas en la habitación. Podría decir que es el hombre a quien vi cuando acompañe a los otros dos papuchos junto con mis amigas, pero, el que me hizo tocar el cielo innumerables veces, no lo creo.

Lo que más me sorprendió fue el hecho de que, congeniamos muy bien en las palabras. La forma en que insulto al tonto de Levi, me hizo reír fuertemente. Nadie se había atrevido a si quiera levantarle un poco la voz, más que yo obvio en algunas ocasiones.

Pero Jack Black « Que sensual suena ese nombre » supo callarlo y darle donde más le duele; sus escándalos. Me pareció tan irónico la forma en que explotó que incluso quiso golpearme, pero, para sorpresa de todos lo encare, nadie se atreve a insultarme de esa manera.

— Tal vez ahora te salvaste perra, pero, no te atreverías a mirarme si estuviéramos solos — musitó cerca de mi antes de darse la vuelta.

— Cuando quieras te espero — le guiñé un ojo y el apretó los puños — veremos quién es más fuerte y quién solo habla por hablar — me senté en mi asiento justo cuando Raúl entro con su discursito de "Todos a sus lugares compañeros"

Los mire con detenimiento, no sabía que se conocían, es más, ni siquiera sabía que el dueño del gran Pittsburgh Steelers era un hombre en silla de ruedas, eso es histórico. Para mí es admirable, pero, recuerdo muy bien que un tal Evans era el que siempre asistía a las reuniones.

— Él es el dueño original Srita. Lamberts, estuvo en las sombras todo esté tiempo — susurra en mi oído Janneth y asiento, valla que sorpresas da la vida.

La tensión entre Raúl y Jack es demasiada, todos lo podemos notar y el silenció incómodo reina el lugar hasta que los directivos de la NFL entran como todos unos dioses que se sienten.

El señor Brown en el directivo general o CEO como quieran llamarle y después está el señor Sanders y Montgomery, sus ejecutivos adjuntos.

La reunión empezó bastante bien, no podía quejarme todos debatíamos de la mejor manera, recibimos los presupuestos, las asignaciones, pero todo se complicó cuando llegamos justo a la parte del calendario por ninguna parte veía a mi equipo jugar está temporada, mi enojo fue tal que explote contra el Directivo.

Sus miradas de desprecio me hicieron enojar tanto que termine gritándole hasta de lo que se iba a morir.

— Usted está siendo injusto con ella — la voz del Sr. Black me sorprendió, no esperaba eso más por qué no lo conozco.

— Es la realidad Señor Black, una mujer no debería estar al frente de un equipo jugado por hombres — su desprecio hacia mí era obvio y en parte me enojaba, si estaba molesto por qué nunca quise acceder a acostarme con él y si forma de desquitarse era está, no sabía cómo lidiarla.

— Sabe que eso va contra el reglamento de la NFL, si es un juego de hombres pero no dice nada sobre que una mujer esté al frente de ellos afecte el rendimiento de un equipo de Football — su mirada era fría y sus palabras acertadas, me sentía bien de alguna forma pero siempre me defendía yo sola, jamás intercedían por mí.

— Está decisión ya está tomada, a menos que alguien más la respalde y en ese momento hagamos una votación. — bufé y rodeé los ojos, ¿Cómo se le ocurre ponerme en esta situación? Es obvio que nadie votaría en mi favor.

— ¡No necesito a ningún respaldo! — brame enojada.

— ¡Yo seré su respaldo! — exclamó con firmeza, me quedé sorprendida de su astucia, lo miré en shock pues no sabía que decir, ¿Por qué me quería ayudar? ¿A caso me consideraba débil?

— ¡Señor Black, deje de involucrarse! Esta situación no le incumbe más por qué usted acaba de tomar la dirección de Green Bay — dijo Brown.

— Corrección, siempre he estado en la dirección de Green Bay Señor Brown, el que usted no lo haya sabido no es mi problema, Ryan Evans solo estaba como mi representante, usted puede verlo en los documentos oficiales de mi equipo — El hombre detrás de Jack se acercó a Brown y le dio una carpeta, este la leyó con detenimiento para después lanzarle una mirada llena de furia, Jack sonrió con satisfacción mientras sus delgados dedos tintineaban la mesa.

— Bien — resoplo, cerrando la carpeta con enojo, sabía que esté hombre estaba frustrando sus planes, pero, mis dudas crecían dentro de mi pecho. Nadie te ayuda solo por qué sí.

— No quiero ningún respaldo Señor Black, puedo luchar yo misma por el lugar que ni equipo se merece — respondí con firmeza, entrecerró los ojos y me observó.

— ¿Esta segura que no quiere mi ayuda? Estos tipos la quieren hundir señorita Lamberts, y tristemente usted no puede luchar contra ellos sola — apreté los puños, aunque no quisiera escucharlo, tenía razón.

— Yo opino que la señorita Lamberts no está calificada para el puesto que tiene — Una voz que conocía muy bien de repente hablo, alce la vista y ahí lo vi, parado con las manos en su bolsillo; Félix Dubois, podría decirse que mi ex al que bote o más bien, me aburrí de él.

— ¿Que mierda haces aquí? — pregunté entre dientes, no entendía su presencia en esta sala y más sus estúpidas palabras.

— ¿Por qué no puedo estar aquí? ¿Te intimidó? — sonrió de lado con confianza mostrando su increíble atractivo, no podía negar que era increíblemente guapo pero, era un patán en todo el sentido de la palabra.

— Señor Dubois que bueno que ha llegado — Brown lo saludo con afecto al igual que los demás directivos, inclusive el tarado de Raúl se levantó como el lame bolas que es.

— Agradezco su invitación, entonces rectifico mis palabras al apelar el hecho de que la señorita Lamberts no está hecha para este puesto, quizás como ni secretaria si — las risas no se hicieron esperar, pero me valían, cruce los brazos y lo rete con la mirada.

— ¿Y usted si está apto para el puesto? — pregunto Jack con confianza, aunque estaba en silla de ruedas el aura que el emanaba de una seguridad increíble, no se dejaba humillar y su ser era noble y elegante a la vez.

— Disculpe ¿Quién es usted? — pregunto con desdén mientras se sentaba al lado de los directivos.

— Quien soy no creo que sea importante repetirlo, solo le advierto que no sea tan confiado. La NFL es justa y lo que está pasando aquí es una completa conspiración contra la señorita Lamberts que ha demostrado su valía a lo largo de los años así que, no veo el porqué de hacer algo tan bajo. A menos que ella sea un peligro y una amenaza para ustedes — simplemente este hombre me dejaba callada, ¿Cómo le llevas la contraria a alguien que te está defendiendo con tanto afán?

— Está decisión ya está tomada — dijo Félix con arrogancia.

— No puedes quitarme de mi puesto sin una justa razón querido, además la firma a pertenecido a mi familia desde su fundación. Si intentas derrocarme te vas a enfrentar a todo el clan Lamberts — brame y lo señale con el dedo, su mirada demostraba el odio que me tenía y no me importaba.

— No tienes un respaldo.... — expreso con desdén.

— Si lo tengo — miré a Jack y asentí, él sonrió y prosiguió.

— Yo soy su respaldó señor Dubois, si le afecta en algo puede decirlo directamente, pero, ella no está sola y no pueden dejarla fuera de la liga solo por qué sus bolas lo desean — Jack era increíble en su papel de defensor, si pudiera besarlo lo haría, pero no debía. Nuestra relación sería meramente laboral, jamás me involucraba con mis socios o compañeros.

— Bien hagamos un acuerdo — hablo Montgomery después de solo mirar la situación — si los Steelers pueden llegar a los cuartos de final este año, seguirá en su puesto, si no. Señorita Lamberts debe renunciar a su cargo y cederlo a Félix Dubois sin refutar.

Fruncí el ceño y entrecerré los ojos, esto era una guerra y claramente ellos me la estaban declarando, bien si quieren guerra la tendrán, aún no conoces a la verdadera Mariel Lamberts.

— Hecho, pero si llego a ganar. Usted señor Dobuis renunciara a perseguir en el futuro cualquier dirección de cualquier equipo de Football americano — sonreí y lo señale, me estaban provocando, les demostraría de que estoy hecha

La Obsesión de Jack Black [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora