Capítulo 3 ― El accidente

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Acomode sus piernas de tal forma que me dieron un acceso más satisfactorio para seguir embistiéndola como deseaba. Acomodé mis brazos y aceleré las penetraciones, tanto que sentía como su vagina me envolvía con una delicia sin igual.

Una, dos, tres, cuatro y hasta 15 embestidas le di a esa prostituta que literal gritábamos como locos. En eso sentí como sus paredes interiores se contraían con fuerza, besé sus labios y la escuché gemir mi nombre una y otra y otra vez, un líquido se derramó por todo mi miembro al igual que mis testículos que provocó una avalancha de emociones dentro de mí.

Sentí una presión en la punta de mi pene que me hizo perder la cordura y estalle en un orgasmo abrazador que me dejó exhausto, me deje caer sobre ella y solo sentí sus manos acariciar mi espalda.

Quería decir que me sentía bien pero no fue así, me sentí un completo perdedor quien había ido a buscar con quién desquitarse ante el engaño de la mujer que yo amaba. Me levanté sin siquiera mirar a la chica rubia quien estaba sumamente sonrojada y despeinada.

― Retírate, dile a tu jefe que has hecho un buen trabajo, se te pagará bien ― aún desnudo tome mi pantalón y saqué mi billetera y le di uno fajo de billetes a la chica que se levantaba y tomaba su ropa mirándome como si quisiera decirme algo.

― Pero señor...

― ¡¿Que?! ¡¿No oíste?! ¡Lárgate mujer y toma los malditos billetes! ― enojado se los arroje y ella asustada los tomo, no sin antes darle una última mirada llena de molestia la cual paso de largo pues no estoy para consentir a nadie.

Me visto rápidamente como puedo, tomo una botella de vino y sin usar la copa bebo de ella directamente, mi corazón dolía demasiado. Quizás el alcohol sería un buen curandero está noche.

A partir de ese momento me perdí en un mundo de lujuria y perversión, mis amigos estaban más que emocionados de que podían al fin llevarme, según ellos, a mejores ambientes y un nivel superior.

Eric y Martín eran mis dos cómplices en todo este mundo de obscenidades, se preguntarán ¿Que paso con Jasmín y su amante? Bueno hice lo que cualquier millonario rico haría. Me vengue de la peor manera.

Busque la forma en que desprestigiaran a su amado Carlos que era un Arquitecto poco conocido con ambiciones demasiado altas, perdió su empleo al igual que ella. La dejé en la calle pues le arrebaté todo lo que le había regalado. Al grado que varias veces me fue a pedir perdón a las oficinas de mi empresa, pero siempre la rechace como perro pateado.

Tristemente debí haber tratado con ella y alejarla de mí, ya que en la desesperación de no tener nada, haber perdido a sus padres pues no tenía ni para pagar los gastos médicos se ellos, busco hacerme daño sin que yo me diera cuenta.

Un día salí del Storm bastante ebrio, aunque mis amigos me dijeron que debía evitar conducir de esa forma, no les hice caso, tome mis llaves y maneje mi auto por las calles solitarias de esa ciudad. Quería perderme un instante pues, aunque no quisiera aceptarlo; jazmín seguía muy clavada en mi pecho y no había podido olvidarla con nadie.

Aceleré el auto sin percatarme que alguien me seguía de cerca, seguí manejando hasta que en un cruce que había semáforo en rojo no me detuve y otro carro impacto contra el mío con una fuerza bastante potente la cual me hizo dar varias vueltas sobre la calle que estaba en bajada.

Las bolsas de aire no respondieron por lo que mi cuerpo recibió todos los golpes hasta casi quedar inconsciente, lo último que recuerdo es a alguien acercándose a mí con algo que parecía ser un chuchillo.

― Hoy pagarás todo lo que me has quitado Jack Black, eres un ser despreciable que merece quedar marcado de por vida ― escuché la voz de jazmín y reaccioné en ese instante.

La Obsesión de Jack Black [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora