Primera parte de la Bilogía Arder.
Madelaine Dumont, es una actriz con talento abriéndose paso en el mundo de la fama, que al obtener un papel importante en la industria del cine se deberá trasladar a los Estados Unidos. País, en donde, se topará un...
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Madelaine
En la madrugada cuando llegamos al departamento después de diez horas de viaje en avión, estaba tan cansada que directamente entré al nuevo departamento y fui directo a la cama. No me quejaba de haberme dormido, estaba agradecida de haber estado tan cansada como para dormirme y no soñar.
No me puse a detallar lo que había elegido Cherry, ni el inmueble, ni los muebles ni la poca decoración. Por lo que ahora, después de haber dormido toda la mañana y tarde me encuentro observando todo. Cherry se ha lucido, ha escogido una buena zona, un buen pent-house, con una gran cocina, un salón y dos habitaciones con armario y baños individuales.
Todo grita lujo, pero al mismo tiempo es simple y delicado.
La puerta del elevador suena antes de abrirse y dejar salir a un Marcus relajado con pantalón y remera de deporte llevando en una mano cajas de comida.
—Te has levantado —comenta—. He traído comida.
—¿Te has quedado aquí anoche? —pregunto porque sinceramente anoche solo quería dormir y no me preocupé por él.
En mi vida me preocupo realmente solo por tres personas, una en especial. Marcus no es una de ellas, pero me ha demostrado su lealtad hacia mí en incontables veces, por lo que me permito abrirme a él y también me permito preocuparme un poco.
—Sí, en la otra habitación. No hemos hecho nada tranquila —se burla, como respuesta revoleo los ojos.
Ya estoy más que acostumbrada a Marcus, su presencia, sus costumbres, su personalidad y sus chistes, nada me incomoda por parte de él. Además, de que soy igual cuando estoy de buen humor y lo más importante que sabemos respetar nuestros límites y espacios.
—Mi departamento está al otro lado de esa puerta —señala la puerta que hay en la cocina, la cual había intentado abrir, en mi recorrido, pero estaba cerrada.
—Está cerrada —le digo alzando una ceja.
—Ya lo sé, lista —se burla—. Cherry me ha dicho que se ha olvidado dejar las llaves, que luego me las dará. Estaré siempre cerca por si me necesitas.
—¿Todos los departamentos son así en este edificio?
—Según lo que me dijo Cherry, la gran parte son así. La mayoría de la gente que viene a este edificio es importante o famosa, por lo que tienen guardaespaldas a los que no los quieren tener lejos.
—Interesante —Marcus asiente en respuesta.
Él sabe darse cuenta cuando un tema concluye para mí. Como yo estoy acostumbrada a él, él está acostumbrado a mí.
—¿Qué has traído de comer?
—Comida china, tú favorita —me guiña un ojo con una sonrisa que me hace negar con la cabeza.
