Capítulo 27

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Madelaine

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Madelaine

Refriego mis ojos con cansancio, en cuanto los vuelvo a abrir por... no sé ¿quinta o sexta vez?. Me han puesto anestesia para que no sintiera el dolor de los golpes que recibió mi cuerpo, que ahora no puedo aguantar más de una hora despierta.

Doy un vistazo alrededor de la habitación blanca y vacía, estoy completamente sola aquí.

El ruido de las máquinas, el color blanco pulcro y el olor a productos de limpieza me recuerda los días en los que pasaba la tarde entera en el hospital sentada al lado de la camilla esperando que la persona en ella despertara de una vez por todas.

Esperando que la culpa pudiera disiparse en algún momento luego de que consiguiera su vida de nuevo, pero aún no es así.

Niego, tratando de borrar mis pensamientos sobre esos días porque aun después de tres años no puedo hacer nada que cambie la situación y me angustia más de lo que ya estoy.

No puedo creer que me he roto en frente de Connor, y lo más importante le he entregado en bandeja las coordenadas de lo más importante en mi vida. Él puede hacerme el mayor favor o arruinarme la vida.

Puse en sus manos esa información porque me ha dado muchas razones para confiar en él, por lo que al dárselas yo sabía que protegería lo que hay ahí. También sabía que sin mucha información sobre eso, y con los ojos cerrados, lo iba a hacer porque confía en mí.

Que haya hecho tal como yo lo imaginé, me confirma que no me he equivocado en confiar en él.

Aunque sé que algo me está ocultando. No tengo la menor idea de que es, pero es algo que ha pasado después del accidente.

La puerta se abre de pronto dejándome ver a Connor con la misma ropa que ha tenido desde que ha llegado a la sesión de fotos.

—Bien, avísenme cualquier cosa, y sean discretos. Solo responden a las órdenes de mi hermano o a las mías —añade, escucha algo que le dicen antes de cortar.

Me mira, le regalo una pequeña sonrisa de boca cerrada, que es lo que me permite el moretón de mi mejilla izquierda.

—Despertaste —dice con alivio, como si no le gustará que esté dormida porque eso le preocupa.

—¿Con quién hablabas? —pregunto ignorando lo que me ha dicho al entrar.

—Con respecto a los agentes que me pediste, ya están allí.

—Gracias —desvío la mirada y muerdo mi labio, queriendo no hablar sobre el tema. Porque, como persona normal, va a querer indagar dejándome solo dos posibilidades, contarle todo o mentirle. Y ninguna de las dos opciones me gustan.

—Mad —dice suavemente—. Puedo enviar toda la seguridad que tu quieras a ese lugar... pero no puedo hacer más que eso si no me cuentas y explicas que hay en ese lugar, que es eso tan importante.

FUEGO © (Arder 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora