Capítulo 15

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Connor

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Connor

Sin abrir los ojos bostezo y hago el intento de estirarme, pero un brazo que atrapa mi cintura no me lo permite.

Abro mis ojos encontrándome a Madelaine de costado y su brazo rodeando totalmente mi cintura como si no quisiera que me escapara.

Cierro mis ojos nuevamente evocando los recuerdos de la noche anterior. Luego de que tiré de ella para llevarla al cuarto de baño, nos dimos una ducha simple entre besos, y cuando cerré el grifo volví a hundirme en ella, ensuciándonos de nuevo. Madelaine se encontraba en un estado totalmente relajado e ido luego de llegar a su punto máximo, por lo que lave su cabello, y luego pase el jabón de ducha por su cuerpo limpiando cada centímetro de su blanca y pecosa piel.

Al volver a la habitación parecía ya haberse recuperado de su cansancio y relajación porque me despojo de la toalla y empujo hasta que mi espalda dio con la cama para luego montarme como solo ella sabe hacerlo. Hago memoria de cómo movía sus caderas ni lento ni rápido, sino al ritmo justo en el que ambos obtenemos más que placer, aprieto la mandíbula cuando se me viene la imagen de sus tetas moviéndose sin cesar por cómo se movía la mujer que duerme a mi lado. Poco después de haber llegado al clímax los dos, la puse sobre mi regazo, su espalda contra mi pecho y la empotré una y otra vez con fuerza a la vez que pellizcaba sus pezones y jugaba con su clítoris.

Luego de esa última sesión, de sexo salvaje y duro, y cuatro órganos anteriores, ya no le quedaba más fuerzas ni para mantener sus parpados abiertos, por lo que apenas apoyo su cabeza en la almohada quedo dormida.

Vuelvo a abrir mis ojos, empalmado totalmente, entre los recuerdos y la erección matutina.

Como pensé la primera vez que la vi, es una completa diosa. Madelaine, totalmente desnuda, está de costado pegada a mi cuerpo, con su brazo sobre mi cintura, su cabeza sobre mi pecho y una de sus piernas entre las mías.

No logro llegar a entenderla, es una mujer segura, fuerte y decidida, al mismo tiempo que fría como un iceberg, pero en momentos parece dejar atrás esa faceta característica en ella y es intensa, divertida y cariñosa, como lo es en este momento, totalmente vulnerable dormida encima de mi cuerpo.

Sus labios llenos están entreabiertos y mantienen su color rosado natural, observo las pecas que llenan su cara, desde la frente hasta sus pómulos incluida su nariz respingona.

—Si sigues observándome, confirmaré que eres un pervertido obseso —dice con voz suave haciéndome notar que está despierta.

—No te estaba observando —miento—. Estaba viendo cómo te has colgado como si fueras un koala en un árbol.

No tarde en abrir sus ojos y separarse de mi cuerpo como si se quemara y no quisiera estar en contacto.

—Seguro que me acomodaste tú así, al propósito —se queja irritada, haciendo referencia a la forma en que dormía.

FUEGO © (Arder 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora