Primera parte de la Bilogía Arder.
Madelaine Dumont, es una actriz con talento abriéndose paso en el mundo de la fama, que al obtener un papel importante en la industria del cine se deberá trasladar a los Estados Unidos. País, en donde, se topará un...
¿Por qué hay capítulo hoy si no es lunes ni jueves?
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Disfruten.
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Madelaine
Diciembre, 2012
Estaba a tan solo dos meses de cumplir dieciséis años cuando me encontraba soltando un suspiro mientras admiraba al capitán del equipo de jockey de mi instituto en el último partido del año antes de que llegaran las fiestas y tuviéramos las vacaciones de navidad.
Hacía dos años que estudiábamos juntos, nos conocimos en una clase en la cual a los dos nos iba fatal por lo que comenzamos a estudiar juntos y así pudimos sacar la materia. No habíamos formado una amistad, tan solo hablábamos una que otra vez sobre cosas banales, pero para mi no ser su amiga era algo bueno. Porque lo que él no sabía era que yo tenía un mini enamoramiento por él.
Aunque no nos detendremos mucho en él, ya que no es de quien termine enamorándome al final del cuento, que tiene un final no muy feliz.
Esa noche el equipo del instituto ganó el partido, como venían haciendo desde principio de año, desde que entró el nuevo jugador, Grigoriy.
Como era costumbre se llevó a cabo, esa misma noche, una fiesta para festejar el resultado positivo.
—Hoy es la noche —exclamó Ava a mi oído mientras se movía al ritmo de la música.
—No estoy segura —hice una mueca.
—¿Pero que estás de coña? —preguntó tomándome por los hombros—. ¿Tú no te ves todas las mañanas en el espejo al lavarte los dientes? —dijo haciéndome reír—. Irás allí, lo sacaras a bailar y luego lo encaras. Luego él te llamará, saldrán, serán novios y luego ya se casarán, tendrán hijos.
Que ilusa que era mi amiga. ¿Pero quién podía culparla? Tan solo tenía dieciséis años
—Como si fuera fácil.
—Como buena Dumont iras y lo conquistaras —aseguro poniendo toda su confianza en mi apellido y en mi, y en que podría conquistar a uno de los chicos más lindos y solicitados de la escuela.
Que por alguna razón desconocida no estaba con ninguna chica en las fiestas, tampoco se había corrido rumor alguno de tener novia o estar con alguien de otro instituto. Yo le atribuía la razón de que aún éramos unos niños.
—Ve ahora —me apresuró Ava.
Resoplé mirándola antes de terminar de un trago el contenido de mi vaso. Sintiendo la frambuesa del vodka pasar por mi garganta, quemándola.
