Capítulo 22

1.8K 229 47
                                    

Madelaine

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Madelaine

Me despierto sintiendo una vibración al lado de mi cabeza.

—Apaga —pido dormida contra la almohada—. Cinco minutos más.

La vibración de la almohada sigue haciendo que caiga en la realidad en la que vivo. Como es de esperarse Connor no está a mi lado para apagarla, como tiene la costumbre, y debo obligarme a abrir los ojos para buscar el móvil y poder apagar la alarma.

Son las siete de la mañana, en media hora debo estar en el gimnasio para que mi entrenador Malee Bunmi me de una clase extra de Keysi.

La ansiedad me estuvo carcomiendo todo el día de ayer, y ya me es imposible de controlar. Tampoco quiero tener que tomar la píldora para calmarme, por los efectos secundarios, ni tampoco quiero recurrir al sexo para liberarme cuando no tengo ganas de estar con alguien que no conozco. Por lo que ayer al atardecer opté por hablarle a Malee por una clase y matarme ejerciendo antes de ir a uno de los últimos días de grabación.

—Más fuerza Madelaine —exige mi entrenador— Si no te esfuerzas detendré la clase aquí, te enojes o no, ¿entiendes?

—Malditaseas —siseo entre dientes tratando de golpearlo.

—Estás distraída, fuera de ti —comenta esquivando una y otra vez todos mis intentos de golpe, que han sido fallidos desde que empezamos—. No sé que te distrae, pero aquí vienes a gastar y descargar toda esa energía y ansiedad que corre por tu cuerpo desde hace años por lo que tienes dos opciones, o te olvidas de eso y te concentras, o te vas a canalizar la ansiedad a otro lado. No estoy para juegos de niñas principiantes —termina diciendo.

No he podido dejar de pensar en Connor, en Alex y sus besos que comparé todo el tiempo con los del productor. No dejo de pensar como se caló en mis huesos convirtiéndose en una persona de mi círculo íntimo a la que le tengo aprecio y no quiero que salga lastimado.

Otra de las cosas que no sale de mi cabeza, el que pueda ser lastimado como mi familia. El que pueda llegar a ser un daño colateral de mis problemas, errores y malas decisiones del pasado, me rompe en mil pedazos.

Nunca debí involucrarme con él como lo hice, debería haberlo hecho una o dos, máximo tres veces y dejar todo ahí, sin llegar a más, como siempre hago con todos los hombres, pero no tuve que ir y estar incontables veces con él. Para después ir y decirle que si quería que mantengamos esa rara relación sexual.

O sea, que no solo lo involucro en mi vida convirtiéndolo en un posible blanco sino que también voy y lo involucró más haciéndolo efectivamente un blanco de mis enemigos.

—Dos segundos y estoy guardando las cosas —da un último aviso el español.

Un grito sale de lo más profundo de mi garganta junto a una gran descarga de fuerza física que muy pocas veces aparece, y la inteligencia de reacción de mi cerebro se activa, también. Atacando a mi entrenador con todas las técnicas, tácticas y movimientos estratégicos que he aprendido sobre el Keysi a lo largo de los años y las nuevas que me ha enseñado él en estos últimos meses .

FUEGO © (Arder 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora