Madelaine
El aroma al café recién hecho me envuelve haciéndome suspirar con deseo. Mi boca se hace agua al pensar también en las donas recién salidas del horno que Connor lleva en una bolsa colgada de su mano.
—Podríamos haber tomado el café en algún parque alejado —comento mientras espero que el elevador abra sus puertas.
—Es mucho riesgo a ser descubiertos —responde el magnate, giro mi rostro hacia él arqueando una ceja. Siempre he sido yo la que se quiere mantener en secreto por obvias razones, y esquivo al máximo ir a lugares públicos juntos, cuando Connor varias veces lo ha propuesto; por esa misma razón me sorprendo al escucharlo pero él sigue hablando al ver mi rostro—. No me molesta que sepan que estamos juntos, es tan solo por ti.
—Pasamos el tiempo —le corrijo el estamos juntos, tan solo para molestarlo.
Ya he asumido que estamos en algo, y en algo juntos. No podía negármelo más a mi misma, además, después de todo lo que he pasado en el hospital y haberle confiado información de lo más preciado para mi, cruce una línea.
Una línea de la que ya no puedo volver.
—Lo que tu digas —me contradice antes de proseguir con lo que venía diciendo antes—. A mi me da bastante lo mismo si saben o no de nosotros.
—Pues a mi no... Demasiado riesgo...
—No entiendo de lo que hablas —dice, y ese es su modo de intentar de que le cuente algo, pero no lo hago. Ni siquiera le he contado de la visita de Dmitriy y su "plan" para ayudarme a que no haya terminado en peores condiciones que con un pie y mano esguinzada, más unos cuantos moretones más.
Cierro los ojos para no pedirle que se vaya y en lugar de responderle salgo del ascensor como si no hubiera escuchado nada.
Doy un breve vistazo por donde voy pasando y todo está impecable. A pesar de no estar aquí, Cherry se ha encargado de que la sigan limpiando a diario para que el lugar esté listo el día que quisiera volver, el cual era incierto.
Me daba cierto miedo volver y estar sola aquí, pero desde los diecisiete años he ido fortificando día a día al ser obligada por mi misma a valerme por mi; y no podía dejar todo ese esfuerzo detrás, como si nada. Tenía que volver a tener la seguridad que había generado y no iba a dejarme pisar por nadie.
Era fuerte e inigualable como nadie.
Me había forjado a duras penas.
Era fuego andante.
Me dirijo a hacia la cocina para buscar una bandeja mientras le pido a Connor que lleve lo que compramos a la mesa ratonera en la sala.
Hace dos semanas que ocurrió el accidente, y desde entonces he estado en el piso de Connor recuperándome sin hacer nada, ni una conferencia de prensa, ni tampoco saliendo a la calle, ni cumpliendo con los contratos, pero no es como si pudiera haber hecho mucho con moretones o con una tobillera.
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FUEGO © (Arder 1)
RomancePrimera parte de la Bilogía Arder. Madelaine Dumont, es una actriz con talento abriéndose paso en el mundo de la fama, que al obtener un papel importante en la industria del cine se deberá trasladar a los Estados Unidos. País, en donde, se topará un...