Capitulo: 21

1 1 0
                                    

Sabia que haría frío por la zona en la que nos encontrábamos, pero no esperaba que hiciera tanto, rápidamente metí mis pies entre la camisa y espalda de Sam, lo sentí retorcerse, pero yo estaba disfrutando de su calor corporal, además, parece que no le importo, porque siguió en la misma posición. Unos minutos después se volteo para estar frente a frente, sus ojos no dejaban de observarme, una sonrisa se me escapó, fácilmente podria perderme en sus ojos, acaricio mi mejilla, rápidamente le di un beso el cual devolvió. No necesitábamos hablar para expresar lo que sentiamos en ese momento, la forma en la que me veía lo decía todo.
Me oculte en su pecho, me abrazo, no quería que me soltara nunca, quisiera poder estar en esa posición toda mi vida, nuestros pies jugueteaban, con su mano libre acariciaba mi espalda en pequeños círculos, era de madrugada, pero quería comérmelo, así que no me iba a quedar con las ganas, me importó poco si nos escuchaban, lleve mi mano hasta cierta zona de su pantalón, al sentir el tacto Sam soltó un suspiro, me miro sorprendido, después sus ojos se movieron cómo si tratara de encontrar una respuesta lógica a lo que sea que estuviese pasando por su mente, decidi tranquilizarlo metiendo mi mano completamente provocando que soltara un gemido de placer el cual ahogo tapándose la boca. —¡Rocio¡ aquí no. —Me susurro al oído, pero fingí no escucharlo. Jugue unos segundos con su miembro hasta que se monto sobre mi, sonreí tan descaradamente que lo tomo como un reto, ya que me quito la blusa al instante. Me enamore del Sam tímido, pero también me gustaba este Sam, sus ojos no se despegaron ni un sólo segundo de mis pechos, sí queria besarlos eran suyos, no le pondría ningún al y como si hubiera leído mi mente; lo hizo.
...
Me acosté en su pecho, entrelace mis piernas con las de el, acariciaba mi piel desnuda, apoye mi mano a un costado, nuestras respiraciones se habían sincronizado, a veces no podía creer que pudiera estar completamente desnuda frente a el, pero me sentía tan segura que ya no me importaba y me alegraba que el tampoco se avergonzara.

—Tendremos que cambiar las sabanas. —Era lindo que eso le preocupara en este momento.

—Podriamos usar las de la otra cama para que valga la pena la limpiada.

—Mejor volvemos a usar esta, nos duchamos juntos y la otra la usamos para dormir en lo limpio. —No me dejó hablar, volvió atacar mis labios, esa noche fue fascinante en muchos sentidos.

A la mañana siguiente comenzaron a tocar la puerta, quería seguir durmiendo, Sam se levantó para ver que es lo que querían, entonces regreso y me obligó a despertar por completo, estaba enojada hasta que mire la hora, era de esperar que vinieran a buscarnos, estaban por dar 11:30am, era algo tarde, casi no dormimos, y no me arrepentia de ello, haber despertado en la madrugada fue genial. No tardamos mucho en bajar a la sala, nuestros amigos nos observaron curiosos, preguntaron el por que despertamos tan tarde, Sam mintió diciendo que había tenido una pesadilla y no pudo volver a dormir, yo pase parte de la noche calmandolo. Obviamente no era lo que paso y mucho menos lo creyeron, pude notarlo por la forma en que nos sonrieron. En lo que Sam y yo desayunabamos algo, Andrea y Marcos salieron a terminar de limpiar los restos de la fogata y lo que dejamos anoche.

—No nos creyeron ¿Verdad?

—Claro que no, la forma en que sonrieron lo dijo todo.

—Bueno, que más da. —Dio un trago a su bebida.

—Por cierto, más tarde ¿podemos dar una vuela? Tengo curiosidad de explorar.

—Claro, le diré a Marcos que me diga lugares bonitos cercanos.

—Hay un campo de flores hacia el sur a unos 300m de aquí y un lago hacia el oeste a 1km. Si quieren, podemos preparar la comida e ir a uno de esos dos lugares a pasar el rato. —El mencionado se acerco a nosotros.

—¿Que dices? —Sam me miro.

—Vayan al campo si quieren, estoy segura de que quieres pasar un rato a solas con Sam, Marcos y yo nos encargaremos de la comida para ir al lago un poco más tarde. —Andrea se sirvió un poco de jugo.

Caminos CruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora